Son legión los españoles que se declaran fans de la voz y de la forma de analizar el deporte de esta mujer que nos cautiva por televisión unos Juegos Olímpicos tras otros desde Seúl 1988. La "banda sonora de nuestras vidas", como la definió la gimnasta Almudena Cid. Ella es Paloma del Río(@PalomadelrioTVE), la periodista madrileña que desde niña dormía con una radio bajo la almohada escuchando música y noticias y que apenas necesita presentación.
Directora de Deportes de TVE, redactora jefe, directora de Programas Deportivos, coordinadora de Patrocinios y Federaciones... A sus espaldas, decenas de Campeonatos de Europa y del Mundo, Juegos Mediterráneos y Juegos Olímpicos de verano y de invierno. Fue reconocida con la Medalla de Oro al Mérito Deportivo y el Premio Ondas, tiene tres libros en el mercado, además de prólogos y epílogos, y tres documentales audiovisuales.
Como una medallista más, su nombre ha sonado mucho en Tokio estos días atrás después de que, a sus 61 años y antes de jubilarse, haya retransmitido los que pueden ser sus últimos Juegos Olímpicos. La despedida estuvo cargada de emoción y lágrimas.
PREGUNTA: Para comenzar por el principio, creo que antes de empezar en la Facultad de Periodismo, te dedicaste a la Sanidad…
RESPUESTA: Cuando terminé BUP no me veía con fuerzas para meterme en COU y en la carrera. Lo que hice fue un curso de auxiliar de clínica y con 19 años empecé a trabajar en la Clínica Ruber. Allí estuve siete años trabajando en la UCI de diez de la noche a ocho de la mañana. Entonces, mientras trabajaba hice el COU y la carrera y la pagué con lo que ganaba en el hospital.
P.: ¿Con quién coincidiste en tu etapa universitaria?
R.: En aquella clase del turno de tarde de la Complutense estaban Vicente Vallés, Fran Llorente, Fran Sevilla, Albert Pozas, Teresa Viejo, Ángela Rodicio... En aquel momento éramos unos pipiolos, unos pajaritos de 20, 22 años, que estábamos estudiando. Cada uno tenía sus inclinaciones, unos querían ir a internacional, otros a política, yo tenía clarísimo que quería deportes… Tenía muy claro que mi vocación era el periodismo y dentro de él, el periodismo deportivo.
P.: ¿Cómo conseguiste hacer lo que buscabas?
R.: Mis compañeros en verano pedían prácticas, pero yo no podía hacerlo porque tenía que trabajar en el hospital y necesitaba descansar un poco del ritmo que llevaba. Pero en quinto de carrera vi en el tablón de anuncios de la Facultad que salieron unas becas para RTVE y que quien estuviese interesado se pasase por el Decanato para ver las condiciones. Yo fui porque pensaba que, ya en el último año de carrera, si hacía estas prácticas de ahí podía salir un trabajo. Vieron mi currículum y me dieron las prácticas para televisión.
P.: ¿Fue entonces cuando comenzaste a cubrir los deportes?
R.: Sí, cuando llegué me preguntaron qué quería hacer y contesté que deportes. Les extrañó un poco que una mujer optase por el deporte porque entonces se consideraba como una especie de castigo, pero esa era mi prioridad. Todo fue fenomenal, tuve la beca en julio y agosto, me prorrogaron en septiembre y me preguntaron si me quería quedar. Volví primero al hospital y el 1 de noviembre entré con contrato en la televisión. Poco después se convocaron oposiciones, me presenté y las aprobé.
P.: ¿Recuerdas cuál fue tu primera retransmisión deportiva?
R.: Claro, fue en marzo de 1987, una de tenis de mesa en Sevilla. Recuerdo que pasé miedo porque nunca me había enfrentado a una retransmisión. No sabía cómo organizar el viaje ni qué tenía que hacer, con quién tenía que hablar… Luego aprendes la mecánica y la logística y sabes que el productor te organiza el viaje. Pero aquella vez estaba un poco nerviosa y asustada porque no sabía a qué me enfrentaba.
P.: ¿Y cuál fue esa que nunca jamás podrás olvidar?
R.: Son muchas. Todas aquellas –en Juegos Olímpicos u otros campeonatos– en los que hay un español que tiene posibilidades de lograr medalla. Porque ya no es solo narrar el acontecimiento, sino que ves que también hay que apoyar anímicamente a los deportistas a los que habitualmente conoces y, por tanto, tienes un nexo con ellos y también pasas un mal rato porque quieres que lo hagan bien. Donde hay medallas por medio siempre son retransmisiones un poco más tensas.
Su intento de presidir RTVE
P.: ¿Te hubiera gustado ser presidenta de RTVE?
R.: Sí, yo me presenté con una ilusión tremenda al concurso público de la presidencia porque era en un principio era un concurso de méritos que iban a ser juzgados por una serie de expertos que los iba a valorar de una manera anónima. Pensé que, en tal caso, me veía con capacidad, con sentido común, con experiencia... Era conocedora de los flujos de trabajo de una casa muy grande y con muchas ramificaciones en la que entrando de becaria llegué a ocupar cargos directivos. Me veía con la suficiente fuerza y conocimiento del mundo audiovisual y de la empresa como para poder llegar, al menos, al consejo de administración. Lo de la presidencia me parecían palabras mayores. Sin embargo, algunos amigos me convencieron preguntándome: "¿Y por qué no una presidenta que venga del mundo del deporte?".
P.: ¿Y qué fue lo que sucedió?
R.: Trabajé en el proyecto durante un año, estudié, lo repasé muchísimo y me presenté. En un primer momento los expertos me contabilizaron mal los índices posicionales, hice una reclamación, me subieron la puntuación y estuve ahí, cerca de ser elegida. Pero claro, cuando ves como se ha desarrollado la parte final del proceso y han entrado en juego los acuerdos que tienen por debajo los parlamentarios para poner encima de la mesa una serie de nombres entre los que no estaba el mío, entiendes que no iba a poder ser. Lo cierto es que nunca he estado dentro del mundo de la política ni de la información política. Mi nombre podía no ser tan conocido y una vez que se dilucidó me olvidé, porque lo que no me gusta es dejar las cosas a medias.
P.: Hablas de injerencias políticas…
R.: Lo cierto es que me sorprendió mucho que a mitad del partido ya se supiera el resultado y así lo dije cuando hice mi comparecencia en el Senado. Expliqué entonces que mis reglas son las del mundo del olimpismo y pienso que hasta que no se acaba el partido hay que seguir peleando. Nunca he visto que a mitad del partido ya se sepa el resultado, pero eso fue lo que pasó. Esto es algo que me llama mucho la atención y me hace pensar en cuando los políticos se extrañan de que haya una desafección de la ciudadanía con el mundo de la política. A mí, con procesos como este, no me extraña.
Jubilación
P.: Hace apenas unos días, Almudena Cid te dijo durante la clausura de los Juegos de Tokio: "No sé si es tu última retransmisión". Pero Paloma debe saberlo porque dijiste que "salvo sorpresa es la última retransmisión de gimnasia olímpica que hago"...
R.: Exacto. Yo ahora tengo 61 años y mi idea es cuando llegue el momento de cumplir los 63, en abril de 2023, jubilarme. Ahora mismo tengo 42 años cotizados, cuando llegue ese momento tendré 44 y he hecho tantas cosas en la vida y he sido tan feliz haciéndolas… He cubierto diez Juegos Olímpicos, he escrito tres libros, me lo he pasado bomba, he disfrutado tanto haciendo lo que he hecho que llega un momento en el que te planteas que tienes una vida profesional plena y ahora toca tener también una vida personal plena. Todavía me quedan dos años de trabajo en TVE, pero si ya estoy jubilada y en un momento determinado se acuerda que se quiere contar conmigo para los Juegos de 2024, porque supongo que administrativamente se podrá colaborar 15 o 20 días y después reincorporarse a la clase pasiva, lo haría. Si no, veré los Juegos como espectadora y también me lo pasaré fenomenal.
P.: Cuando Almudena Cid te hizo llorar el otro día le dijiste que "todo en esta vida empieza y todo en esta vida acaba". Una verdad como un templo. Nos dices que tu vida profesional es plena, pero ¿se te queda algo en el tintero?
R.: Estoy muy contenta de cómo me ha tocado hacer las cosas, pero la tele es imagen y si algo he echado un poco de menos es haber hecho algo más de imagen. Pero luego pienso en lo que me dijo mi compañera de internacional Anna Bosch cuando me dieron el Premio Ondas: “Ganar un Ondas desde un locutorio es muy difícil”. Si he conseguido los premios que he conseguido, si tengo más premios que Juegos Olímpico he hecho, si haciendo retransmisiones he llegado a la gente como he llegado, todo está bien. Es cierto que me hubiera gustado haber hecho un poco más de pantalla, pero lo digo solamente por poner alguna pega, porque la realidad es que estoy muy contenta.
P.: ¿Hay relevo para el día en el que Paloma del Río decida decir "hasta aquí"?
R.: En este momento no lo veo. Cuando llegue el ese día se resolverá, pero ya sabemos como es el carácter español, hasta que no ves el problema encima de la mesa no te ocupas de él. Pero cuando llegue el momento en que Paloma diga adiós, supongo que a alguien tendrán que buscar, a alguien tendrán que poner, alguién lo asumirá igual que yo asumí el hecho de hacer las transmisiones cuando me las encargaron. Quien en ese momento sea responsable en la dirección de deporte supongo que tomará la decisión.
Impactada por la repercusión de su adiós
P.: Almudena Cid colgó en su Twitter el vídeo en el que anunciabas tu despedida de los Juegos y tres días después ya tenía más de un millón de reproducciones. ¿Eres consciente de la repercusión de tu trabajo y del cariño que la gente te tiene, a pesar de que, como tu misma reconoces, no se puede gustar a todo el mundo?
R.: ¡Caray! La verdad es que estoy dándome cuenta ahora. Estoy un poco impactada por la repercusión de la noticia y por el cariño que tanta gente me está demostrando. Cuando me hacen llegar mensajes, me dicen que no me jubile, que van a pedir a la Seguridad Social que me prohiba jubilarme hasta los 90, que me van a secuestrar… Todo eso me hace ver que a la gente le caigo bien. Yo y mi manera de hacer las cosas. He pretendido siempre, tanto en mi vida profesional como en mi vida personal, ser lo más honesta y humilde posible conmigo misma y con los demás, porque yo he visto gente en televisión que ha necesitado mucho foco y se han convertido en seres verdaderamente raros, extraños, con un punto de superioridad y de soberbia que a mí no me gusta nada. Siempre he huido de ese patrón.
P.: ¿Qué siente alguien que como tú llora al escuchar el himno olímpico, que ha hecho durante toda su vida bandera de los valores del deporte, de los valores olímpicos, cuando ve cómo el francés Morhad Amdouni, en uno de los puntos de avituallamiento repartidos por el recorrido de la maratón de Tokio, derriba con su mano toda una fila de botellas de agua destinadas al resto los participantes?
R.: No lo puedo entender. Cuando vi las imágenes puse un tuit en el que decía: “No puedo con esto”. No puedo con la mala fe. No me cabe en la cabeza que dentro del mundo del periodismo y del olimpismo se de ese comportamiento. Él cogió su vaso, pero antes tiró 10 o 12 en unas condiciones extremas de humedad y temperatura para todos los corredores. No puedo entenderlo.
P.: ¿Habría que sancionarle con dureza?
R.: Creo que si tienes en unos Juegos Olímpicos ese tipo de comportamientos no cumples con el espíritu olímpico. No sé si hay algún tipo de sanción para quien actúa así, pero desde luego el nombre de este hombre debería ser apuntado como ejemplo de comportamiento absolutamente antideportivo. Cada uno es responsable de su ética y de su moral.
P. ¿Qué opinas de la retirada de los Juegos de Simone Biles?
R.: En la gimnasia se necesita un absoluto control del cuerpo, el tiempo y el espacio. Tienes que controlarlo absolutamente y Simon Bailes decidió retirarse porque no controlaba donde estaba el suelo y donde el aparato y se trata de un deporte muy peligroso. A mi me parece que hizo muy bien retirándose. Desde que hace cinco años saltó el escándalo de los abusos sexuales se puso al frente de todas las gimnastas del mundo que han sufrido abusos o malos tratos, denigrantes, la presión que ha tenido ha sido brutal. A eso se añade lo mal que ha llevado este asunto la federación estadounidense que ni siquiera se ha disculpado con las gimnastas, que las ha intentado tapar la boca a cambio de 200.000 dólares si retiraban la demanda… Encima de ser abusadas han sido tan maltratadas que esa mujer, Simone Biles ha llegado a los Juegos Olímpicos con el peso de que si no gano, no solo soy estoy en el foco del mundo de la gimnasia sino también en el del olimpismo. En todas las quinielas de todo el mundo sobre quienes iban a ser los grandes triunfadores de los Juegos siempre aparecía ella y la presión ha sido tan tremenda que en un momento determinado su cabeza ha hecho 'click', hasta aquí. Me parece muy bien que haya tomado la decisión tan valiente de decir que no puede hacerlo porque se va a pegar una castaña a pesar que los demás están esperando que participe. Si te caes en una carrera de atletismo te puedes raspar e incluso lesionarte, pero con una caída en gimnasia te puedes romper la cabeza y quedarte en una silla de ruedas
P.: En estos Juegos te ha tocado trabajar desde España y en consecuencia, por la diferencia de horario, hacerlo de noche y dormir de día. ¿Cómo has llevado eso?
R.: El hecho de haber trabajado durante siete años de noche en un hospital me descuadraba mucho. En verano trabajábamos con la ventana abierta y en Madrid el Ruber de la calle Juan Bravo tiene enfrente un bulevar con terrazas y yo, cuando veía a la gente tomando copas a las tres de la mañana, solo pensaba en lo bien que se debía estar en la cama. Desde entonces siempre he utilizado las noches para dormir, cada vez que tengo que hacer una retransmisión por la noche lo paso mal, no me gusta. Soy una persona muy madrugadora, a las seis de la mañana ya estoy levantada y en el gimnasio. Cada uno tiene su biorritmo y el mío es acostarme muy prontito y levantarme también muy pronto. Sí, lo he llevado mal, es algo que te descuadra mucho el cuerpo y la mente.
P.: Gimnasia rítmica, gimnasia artística, patinaje artístico, hípica… En confianza, ¿qué disciplina es la que a ti personalmente más te gusta?
R.: Me gustan mucho las actividades que llevan música, por eso el patinaje artístico, que es de los deportes que más tarde incorporé, me gusta tanto. Entiendo la conexión de la música con el ejercicio y con la coreografía y el sentimiento que ponen los patinadores. Por eso el patinaje me gusta, aunque es muy difícil de explicarlo técnicamente a la gente, pero me abre mucho los poros y me conecta mucho. Y también me gusta la rítmica. Ahora van a cambiar el código y espero que sea un poquito más claro y nos permita ver no tanto malabarismo para que también podamos ver la parte corporal del ejercicio en el que podamos apreciar el movimiento y la parte artística de las gimnastas. No obstante, tengo que decir que la gimnasia masculina es una barbaridad con ese increíble control que tienen de su cuerpo, del espacio y del tiempo. Es de una conexión aeroespacial brutal.
Mujeres y periodismo deportivo
P.: Formaste parte de un grupo pionero y mítico junto a Mari Carmen Izquierdo, Mercedes Milá, Elena Sánchez Caballero, Olga Viza, María Escario, Mari Cruz Esteban, María Antonia Martínez… que ha luchado por conseguir y ha conseguido el reconocimiento profesional de las mujeres en un espacio hace años tan cerrado para ellas como el periodismo deportivo…
R.: El deporte era un espacio muy masculino, dirigido por hombres, mayoritariamente consumido por hombres y con un lenguaje muy andrógino. Era difícil, pero yo me encontré con todas ellas que ya habían abierto ese caminito. Aún así encontré dentro de la redacción señores, compañeros –es cierto que los más veteranos, los jóvenes no tanto– que nos miraban como si estuviéramos invadiendo su terreno, como si dijeran que esto es nuestro y no sabemos que estáis haciendo aquí vosotras. Pero ellas abrieron el camino, creo que especialmente Mari Carmen Izquierdo. A partir de ella las demás lo tuvimos un poco más fácil.
P.: Sin embargo, la brecha de género en este, como en tantos otros planos, continúa desgraciadamente muy presente…
R.: Así es. Además, es una realidad que hoy hay muchas mujeres estudiando periodismo, muchas mujeres ejerciendo el periodismo, pero se quedan siempre en unos puestos un poco secundarios a la hora de ejercer su profesión. Al final, en todos los cargos y puestos de responsabilidad se coloca a los hombres. Solo hace falta echar un vistazo a las manchetas de los periódicos deportivos y ver cuantas mujeres hay. Cristina Cubero en el Mundo Deportivo, Laura Martinez en la SER y poco más. Las demás parece que hemos sido siempre como un florero. ¿Cuántas mujeres presentan un programa de deporte en radio o en televisión? Están copados por hombres ¿Qué pena no? Que no somos tan tontas, que valemos para esto.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.