La Real Academia Española (RAE) define la sabiduría como el grado más alto del conocimiento, y desde hace mucho tiempo se cree que a medida que crecemos nos volvemos más sabios. Pero, ¿es esto verdad? Un reciente estudio publicado en la revistaCurrent Opinion in Psychologyha querido reflexionar sobre este tema a raíz de una revisión de otros estudios, y una de sus principales conclusiones contradice esta creencia popular.
“Ni envejecer ni acumular experiencias de vida es suficiente para volverse sabio. Si bien muchas personas asocian la sabiduría con la edad avanzada, volverse sabio claramente requiere algo más que simplemente envejecer”, asegura Judith Glück, psicóloga de la Universidad de Klagenfurt (Austria).
Además, Glück ha podido comprobar que el paso de los años no es sinónimo de volverte sabio, ya que “no existe una trayectoria universal de desarrollo de la sabiduría”.
Y es que, según apunta la autora del estudio, la sabiduría depende de cómo reflexionamos sobre las situaciones y experiencias que nos ha tocado vivir: “Que los individuos crezcan hacia la sabiduría y en qué medida depende de constelaciones individuales, de experiencias de vida y de recursos intrapersonales e interpersonales”, explica la experta.
Los tres componentes que conforman la sabiduría
En concreto, el estudio señala los tres componentes que conforman la sabiduría, que está relacionado con lo dicho anteriormente: experiencias de vida significativas, reflexión sobre las experiencias vividas y la compasión y empatía como fundamentos para decisiones sabias.
Otra de las variables que influyen en el grado de la sabiduría es el lugar donde nos ha tocado vivir y relacionarnos: "La investigación con muestras occidentales sugiere que superar las demandas del ego es un aspecto importante para volverse más sabio".
Y de hecho, comprobaron que "en sociedades altamente colectivistas, volverse más sabio podría implicar volverse algo más consciente de la propia individualidad"
Después de dejar claro que la sabiduría no tiene nada que ver con la edad, los resultados apuntan a que podría disminuir al cumplir años porque "algunos de sus componentes lo hacen", si la persona empieza a tener problemas para hacer frente a determinadas situaciones o a regular sus emociones.
Por último, Glück si que ha podido confirmar que "la sabiduría es un recurso para afrontar desafíos como la soledad, especialmente en las últimas etapas de la vida".
“La experiencia de vida acumulada es una base importante para la sabiduría, pero no todas las personas muy sabias son mayores y muchas personas mayores no son particularmente sabias”, concluye la psicóloga.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.