"Es urgente regular la eutanasia porque nos puede pasar a todos"

Marcos Hourmann: "Provoqué la muerte porque creo en la vida"

Luis de Marcos tenía 40 años cuando le detectaron esclerosis múltiple progresiva en primer grado. "En poco tiempo pasó de andar y conducir, a quedarse tetrapléjico y vivir con mucho dolor", explica su viuda Asun Gómez-Bueno. Fue entonces cuando ambos decidieron lanzar una campaña en Change.org, similar a la iniciada tras la muerte de Maria José Carrasco (61 años) con la ayuda de su marido, para solicitar la despenalización de la eutanasia. "Lo hicimos para sacar algo positivo de la travesía por el desierto" de Luis que murió finalmente en un hospital madrileño en agosto de 2017 de forma natural.

Han pasado casi dos años desde ese momento y 21 años desde la muerte de Ramón Sampedro y "no hemos avanzado nada, pese a la promesa del PSOE aprobar una ley de eutanasia que finalmente no ha sido admitida a trámite", denuncia Asun. Pese a que según las encuestas de Ipsos, más del 80% de la sociedad apoya regular la asistencia al suicidio en casos terminales, este acto sigue siendo ilegal. "Desgraciadamente los que legislan son los políticos y no la sociedad civil. Esto provoca que Ángel Hernández, el hombre que ayudó hace unos días a suicidarse a su mujer, se enfrente ahora a una causa trasladada desde este jueves al juzgado de violencia de género", opina Asun.

Acabar con el sufrimiento

"La eutanasia es la salida compasiva a un drama indeseado, la solución decidida por el enfermo es lo mínimo exigible a una sociedad civilizada", exigía el propio Luis de Marcos en su petición en Change.org antes de morir, diagnosticado por los propios médicos como caso de esclerosis voraz. "Los dolores insoportables de la enfermedad que me ha tocado me hacen desear abandonar este mundo ya, antes del tiempo que la naturaleza, pero la legislación española no me lo permite", declaraba Luis a quien sus conocidos definían como una persona tremendamente inteligente y vital.

"Ver sufrir a la persona a la que quieres es muy duro, pero lo es más cuando sabes que existe una posibilidad de que pueda morirse dignamente y no con la agonía horrorosa que vivió Luis una vez que se le aplicaron los paliativos. Su agonía duró casi 15 días, en los cuales se despertó varias veces. Eso no se lo deseo a nadie", recuerda Asun, quien considera que de momento el testamento vital, que explicita la voluntad de no prolongar la vida con medios artificiales, no elimina el dolor ni la espera en casos de enfermedades degenerativas, ni elimina el delito en caso de recibir ayuda de otra persona. Tal como recuerda Marcos Hourmann, el primer médico condenado por practicar eutanasia a un paciente "todo depende del doctor que te toque".

Responsabilidad política

Por eso pide a "sus señorías" que "por humanidad" reconsideren su postura sobre la eutanasia, que dejen de hacer promesas falsas y confundir términos relacionados con la muerte digna pero que no llegan a despenalizar el suicidio asistido por miedo a perder votos. "Dos terceras partes de votantes del PP están a favor de regular la eutanasia y un 56% de católicos practicantes también. Sin embargo, los partidos conservadores no dejarán de oponerse a la eutanasia hasta que no sea un derecho tan establecido como el divorcio o el matrimonio entre personas del mismo sexo", confirman desde la Asociación Derecho a Morir Dignamente.

Aún así ella confía en que en la próxima legislatura se consiga regular este derecho porque existe una gran reclamación social y "es la única solución de poner fin al sufrimiento" de casos como los de Luis o Maria José que no hacen más que hacernos "revivir la injusticia y el sufrimiento". "Yo les pediría a los políticos que actúen porque es lógico y necesario que se tenga derecho a elegir cómo morir. Que se dejen de hipocresía, porque hay algunos casos que logran repercusión mediática, pero esta situación nos podría pasar a todos", reclama Asun que sigue hoy en día peleando por hacerse oír. Esta misma semana acudía a la iniciativa de Change.org que ha instalado oídos gigantes en Madrid para recoger las peticiones de los ciudadanos a los políticos de cara a las elecciones del 28A. (En la foto principal).

Derecho a Morir dignamente

Desde Derecho a Morir Dignamente reclaman también que la ciudadanía pueda decidir su final en libertad. "Que para morir no tengas que recurrir al exilio (a Suiza) ni a la clandestinidad (como María José, que tuvo que conseguir su producto en el mercado negro y ser asistida por su marido). La experiencia de Bélgica y Países Bajos ha dejado claro que se puede legalizar la eutanasia con seguridad. Además, su despenalización impulsa los cuidados paliativos, que han de ofrecerse por obligación a quien pide ayuda para morir", recuerdan desde la asociación de la que eran miembros tanto Ángel Hernández como Maria José.

"Habríamos preferido contar con una ley de eutanasia y que la muerte de María José hubiese podido ocurrir en la intimidad. Sin una detención, sin riesgo penal para la persona que la ayudase a morir. Sin supervisión profesional. Sin tener que comprar un producto letal en el mercado negro, sin la incertidumbre de saber si funcionará o no, sin la angustia de morir pensando en qué puede pasarle a la persona que te deja sus manos para que termines tú misma con tu vida", denuncian.