Los pueblos de España son lugares cargados de magia y misterio. Muchos de ellos esconden leyendas y acontecimientos trágicos que les marcarían para siempre. Algunas historias ocurrieron realmente, otras cabalgan entre la realidad y la ficción. Pero, a día de hoy, son muchos los expertos y habitantes que aseguran haber presenciado en estos pueblos fenómenos paranormales a los que no han encontrado explicación.
Belchite (Zaragoza)
Dicen que en los lugares donde ha sucedido una muerte con mucho sufrimiento, ese sentimiento permanece grabado en el tiempo. Por desgracia, el pueblo de Belchite fue el escenario de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil, entre el 24 de agosto y 6 de septiembre de 1937. Esa época marcó este lugar hasta tal punto que pasear por sus calles traslada a los visitantes al horror de la contienda, ya que sus ruinas se conservan prácticamente intactas desde aquellos días.
La conocida como ‘Batalla de Belchite’ se inició un 24 de agosto. El bando republicando inició su ofensiva contra el pueblo para frenar a los nacionales en su marcha hacia el norte. 24.000 efectivos lo asediaban frente a los 5.000 que lo defendían. Belchite pagó la dureza de la guerra, tanto por tierra como por aire. Los bombardeos y los combates que comenzaron a suceder casa por casa provocaron la masacre de más de 6.000 muertos y un pueblo arrasado. Atrás quedaron sus capillas, palacios, iglesias o templos, que fueron auténticas joyas arquitectónicas. A partir de ese verano, los siglos de Historia del municipio aragonés quedaron enterrados junto a los fallecidos. El famoso libro de Ken Follett, ‘El invierno del mundo’, dedica un capítulo a la batalla.
Porque ahí no acabó la historia de Belchite. Después de la guerra, Franco optó por no reconstruir el pueblo para utilizarlo como elemento propagandístico. Quería mostrar la crueldad de los republicanos, por lo que dejó al municipio tal y como estaba y mandó construir uno nuevo al lado: ‘Belchite Nuevo’. Muchos vecinos del ‘Pueblo Viejo’ se vieron obligados a abandonarlo progresivamente, ya que el derrumbamiento de las paredes y de los techos, era cuestión de tiempo.
Ahora, Belchite Viejo se ha convertido en un museo al aire libre, cuyas visitas se han retomado recientemente tras la pandemia. Entre las temidas historias contadas en las rutas está la del llanto desgarrador de niños que aún puede oírse, junto con los gritos de terror y la presencia de dos mujeres que fallecieron por los bombardeos y que los guardias de seguridad aseguran haber visto vagar por sus calles, décadas después de la tragedia.
El misterio que esconde este pueblo salió a la luz cuando, en 1986, un equipo del programa radiofónico de 'Radio Heraldo' acudió allí para grabar un reportaje por la noche. Al día siguiente, los profesionales escucharon las psicofonías que captaron sus micrófonos: el estruendo de las bombas cayendo del cielo e, incluso, el ruido de un avión. La emisión se difundió por toda España.
Años después, el programa de Iker Jiménez, 'Cuarto Milenio', ha realizado varios reportajes sobre Bechite. Esto ha despertado el interés de muchos y los turistas se han disparado en la última década. Desde 2007 permanece vallado y solo se admiten visitas guiadas.
La Mussara (Tarragona)
Otro de los pueblos más siniestros de la geografía española es La Mussara, ubicado en el municipio de Vila Plana en Tarragona. Es uno de los lugares más tenebrosos de España que, además, permanece abandonado desde 1959. Ahora, junto a su belleza paisajística, solo quedan los restos de casas y edificios en ruinas. El único que se conserva es la iglesia de San Salvador con un campanario de 1859. De este municipio proviene la frase en catalán ‘bajar de La Mussara’ equivalente en español a ‘estar en la higuera’.
Cuenta la leyenda que una maldición cayó sobre este lugar tras la profanación de la tumba de una bruja. Aunque eso nunca se podrá demostrar, es cierto que varias desapariciones extrañas sin resolver han sucedido en este pueblo fantasma. Dicen que quienes desaparecen van a otra dimensión llamada ‘La Villa del 6’.
Josep Guijarro, periodista e investigador, relató en un reportaje para 'Telemadrid' que en La Mussara “convergen prácticamente todos los iconos del misterio: desde las psicofonías, las apariciones, los fenómenos geológicos o geomagnéticos, apariciones de ovnis, desapariciones, saltos en el tiempo...”. Incluso, sostiene que resulta sorprendente el desprecio que, durante siglos, han sentido los habitantes de los alrededores hacia los moradores de La Mussara, dejando constancia de ello en sus canciones o textos.
La historia cuenta que, supuestamente, en el viejo caserío se encuentra la puerta a la otra dimensión que da explicación a las numerosas desapariciones. Salvador Escuté, gerente de Jeep Adventure, narra, en el mismo reportaje, un acontecimiento extraño que sucedió en 1991. Escuté relata que, un día, con la niebla inundando La Mussara, una pareja americana fue a recoger setas. La mujer, que iba delante de su marido, se giró y este había desaparecido. Estuvieron buscándole durante seis meses y, un día, apareció. El hombre, asombrado, afirmó que había caído en la profundidad de la tierra y que había estado 10 minutos perdido.
Pero, sin duda, la desaparición más extraña tuvo lugar el 16 de octubre de 1991. Enrique Martínez Ortiz y sus amigos conocían perfectamente la zona y, también, acudieron a La Mussara para buscar setas. Estaban todos juntos y Enrique desapareció. Los amigos defienden que era un terreno llano, que no había podido caer por ningún precipicio. Aun así, nunca apareció el cuerpo.
Mucha gente de los alrededores coincide en que en la iglesia se han celebrado ritos satánicos. También, muchas otras advierten sobre la presencia de fantasmas a través de la niebla y afirman haber oído las inexistentes campanas de la ermita repicar bien entrada la noche.
El castillo de Pedraza (Segovia)
Pasear por sus calles es viajar a otro siglo, admirando los caserones y las mansiones que conserva de aquellos años de esplendor. Una de las visitas obligadas es su emblemático castillo, escenario de la historia más siniestra del pueblo.
Cuenta la leyenda que, en el siglo XIII, el señor del Castillo de Pedraza (Segovia), Don Sancho de Ridaura, se casó con una plebeya, Elvira. Pero el corazón de esta humilde y bella joven pertenecía a Roberto, un honrado labrador que, igualmente, estaba perdidamente enamorado de ella. El muchacho, dolido por ese matrimonio, ingresó en un convento cuando se enteró del casamiento. Al morir el capellán del castillo, Roberto fue elegido para reemplazar al fallecido sacerdote. En el momento en que Don Sancho tuvo que partir para luchar en la batalla de las Navas de Tolosa, los enamorados no pudieron contenerse y se veían a escondidas en los aposentos de la fortaleza.
Al volver, el señor del castillo descubrió la traición y, enloquecido por el amor y los celos, asesinó brutalmente a Roberto, colocándole sobre una corona de hierro con puntas afiladas. Ella escapó y se clavó una daga en el corazón. Después, el castillo ardió en llamas quedando únicamente los cadáveres calcinados de los amantes entre los restos. Actualmente, varios testimonios aseguran que, una determinada noche del año, una pareja formada por dos extrañas siluetas pasea por los alrededores del castillo luciendo una aureola de fuego sobre sus cabezas.
Barranco de Badajoz (Tenerife)
El Barranco de Badajoz (Güimar, Tenerife) es uno de los lugares mágicos del archipiélago canario. Según algunas personas, sus profundas gargantas ocultan puertas hacia otras dimensiones y túneles donde habitan personas extrañas. Según una de sus leyendas, en 1912, unos excavadores se adentraron en él con la intención de abrir una galería subterránea. Tras derribar una pared, dos siluetas blancas luminosas aparecieron justo delante de ellos.
Después, los seres se iban acercando cada vez más a los mineros, por lo que estos huyeron despavoridos. Horas más tarde, los hombres regresaron al lugar, pero ya no quedaba rastro del agujero ni de los entes luminosos.
Pero la leyenda más popular es conocida como 'La niña de las peras' de finales del siglo XIX. La historia cuenta que una muchacha fue a buscar fruta al barranco y no volvió. Décadas más tarde, la pequeña regresó a su casa: como es lógico, sus padres habían envejecido pero, por el contrario, ella tenía la misma apariencia física, como si nada hubiera pasado. La niña explicó que se había entretenido hablando con un ser blanco en el interior de la cueva. Para ella fueron un par de horas, para el resto del mundo 30 años.
En varias ocasiones, los profesionales han captado con sus cámaras imágenes que el ojo humano no es capaz de ver. En los 90, un fotógrafo detectó en sus instantáneas unas formas luminosas en medio de la oscuridad de la cueva. No se puede confirmar esta leyenda, pero son muy pocos los escépticos que, tras pasar una noche allí, han decidido volver. Si alguien menciona el Barranco de Badajoz a los güimareros, escuchará firmemente la advertencia de que, bajo ningún concepto, se acerquen a ese lugar.
Bélmez (Jaén)
Las Caras de Bélmez es el fenómeno más popular de la Historia reciente de España. Difundido a nivel nacional e internacional, ha sido considerado por numerosos expertos en parapsicología como un auténtico misterio paranormal.
Todo comenzó en 1971, cuando María Gómez Cámara detectó una mancha extraña con forma de rostro humano en el suelo de la cocina de su humilde vivienda. Lo que, en un principio, el matrimonio encontró divertido, al relacionar la cara con una simple humedad, pasó a resultarle aterrador.
Todo el pueblo comenzó a saber de esta peculiar humedad. Días más tarde, el hijo de María, Miguel Pereira, harto de las visitas de los vecinos, decidió raspar el pavimento y taparlo con cemento. Parecía que, al fin, se habían deshecho de la supuesta cara. Sin embargo, los dueños quedaron totalmente asombrados cuando hallaron, al cabo de unos días, un nuevo rostro en el mismo lugar, junto a otros nuevos que habían aparecido en otras partes de la vivienda. No permanecían en el mismo sitio, cambiaban y se transformaban constantemente.
Más tarde, la noticia saltó a la prensa nacional e internacional. Surgió, entonces, la polémica entre los que consideraban este suceso como un fraude, como un caso de pareidolia y los que lo apoyaban. Varios expertos del mundo de la parapsicología, como Germán de Argumosa o el alemán Hans Bender, trataron de encontrar una explicación, pero finalmente lo catalogaron como un gran misterio.
Germán de Argumosa asegura que, en una de las psicofonías que grabó en la casa, se puede escuchar “es que yo sigo enterrada” o “Germán pica patio, levanta cemento”. Igualmente, se excavó el suelo de la vivienda y encontraron restos humanos, supuestamente, del siglo XII.
Tras varios años sin volver a escuchar hablar de Las Caras de Bélmez, periodistas de la revista 'Enigma', entre los que se encontraba Iker Jiménez, reabrieron el fenómeno. Jiménez continuó con la investigación en su programa de televisión 'Cuarto Milenio', donde analizaron en varias ocasiones el caso.
Este mes de agosto se cumplen 50 años de su descubrimiento y las caras no han desaparecido. Es más, se multiplican y se han manifestado en otra vivienda cercana. Entre las opiniones dispares de los que defienden la autentificada del misterio y los que lo consideran una estafa, el centro de interpretación en Bélmez sigue atrayendo a muchos curiosos que quieren observar en primera persona la historia paranormal más conocida de los últimos tiempos.