Las campanas de las iglesias de varios pueblos de León y Zamora repicaron hace unos días por un futuro digno para la 'España vaciada'. En paralelo, más de 160 plataformas alzaron la voz ante el Congreso de los Diputados para decir que “ser pocos no resta derechos”. En un manifiesto colectivo de la Revuelta de la España Vaciada, las zonas rurales que luchan contra la despoblación afirman que “somos la resistencia de una forma de vida”. Una resistencia que se ha unido a lo largo y ancho de todo el país para convertirse en una sola voz. Sin embargo, dentro de las localidades que combaten para evitar desaparecer, existen pueblos por toda la geografía española que penden de un hilo para llegar al abandono total: los 1.800 pueblos en los que vive una sola persona.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los 1.800 núcleos son, fundamentalmente, pueblos, pedanías, parroquias y diseminados. Como observamos en este mapa creado a partir de los datos del INE, a medida que avanzamos hacia al norte de España, nos encontramos con más pueblos que tienen un solo habitante censado. Concretamente, Galicia y Asturias son las comunidades con el mayor número de núcleos poblacionales que están a punto de desaparecer. Como es el caso de Francisco, el único habitante de Ferreiros (A Coruña, Galicia). En una entrevista para Antena 3 Noticias, Francisco explicó que vive solo desde que murieron sus padres hace 10 años, rodeado de verde y contando con la única compañía de sus animales, entre los que hay gallinas, pavos, ovejas y numerosos gatos. Separado del centro de Santiago de Compostela por 20 kilómetros, el vecino solitario asegura que ahora puede no necesita a nadie, pero cuando llegue el momento si tiene que depender de otra persona, tendrá que abandonar el pueblo.
Medios internacionales se han hecho eco de la noticia, como el periódico francés Le Point. En nuestro país vecino, la situación de la Francia rural también es un problema y, antes de la pandemia, lanzaron iniciativas para combatirla. Pero, lo que sorprende al diario francés es el contraste entre las grandes ciudades españolas y las zonas rurales sin apenas habitantes. Como afirma Francésc Boya, secretario general de Reto Demográfico a El País, España es un país descompensado donde "tenemos a 41 millones de personas viviendo en el 30% del territorio y a 6 millones en el 70" además de ser "de los pocos países europeos que no tienen una ley de cohesión territorial". Igualmente, Sergio del Molino, autor del libro "La España Vacía. Viaje por un país que nunca fue", destacaba hace 3 años en el diario ABC que aunque la despoblación en las zonas rurales sea un problema de dimensión europea, "en España es infinitamente más grave que en el resto de Europa; evidentemente, el envejecimiento, el abandono del campo y la cada vez mayor irrelevancia del sector primario es una cosa no sólo de Europa, sino también de América e incluso de China. Pero el interior de España tiene unas características que hacen que el problema sea más agudo y requiera más atención".
En los últimos meses, los pueblos de nuestro país han aprovechado el deseo de huir de las grandes aglomeraciones de la ciudad debido al coronavirus y el aumento del teletrabajo para lanzar ofertas que atraigan nuevos habitantes. Algunos ofrecen vivienda y trabajo para frenar la despoblación. Asimismo, el proyecto Holapueblo, que facilita el contacto de pueblos en búsqueda de nuevos residentes con personas que desean realizar un cambio de vida, contó con la participación de 70 municipios este año en su segunda edición.
Por provincias
Según el informe 'La despoblación de la España interior' editado por Funcas (@FUNCASES) y publicado el pasado mes de febrero, un total de 23 provincias han perdido alrededor de la mitad de su peso demográfico, económico y laboral en España en los últimos 70 años. Todas estas provincias cumplen los dos criterios adoptados para ser incluidas en la que se ha denominado la España despoblada: haber perdido población entre 1950 y 2019 y tener un densidad por debajo de la media nacional, en ambos casos considerando, exclusivamente, los municipios que no son capitales de provincias ni superan los 50.000 habitantes. Funcas también diferencia tres grupos de provincias dentro de la España despoblada: "una España despoblada que decrece, una España despoblada que se estanca y una España despoblada que remonta". El informe analiza el fenómeno de la despoblación en España acotando su dimensión temporal y geográfica, así como sus vínculos con los factores económicos que lo determinan. A continuación, estos son el total de las provincias divididas en las tres categorías:
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La España despoblada que decrece: Ávila, Cuenca, León, Zamora, Salamanca, Lugo, Ourense, Segovia, Palencia, Soria y Teruel. Han perdido más población que los demás, tiene menos densidad de habitantes por kilómetro cuadrado, una población más envejecida y un efecto añadido como es una "muy fuerte destrucción de empleo".
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La España despoblada que se estanca: Albacete, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres, Córdoba y Jaén. Principal desventaja en comparación con los otros dos grupos son las variables económicas: escaso peso del sector industrial, bajos niveles de PIB por habitante y muy elevadas tasas de paro.
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La España despoblada que remonta: Guadalajara, Burgos, Huesca, La Rioja, Valladolid y Zaragoza. posición intermedia en cuanto a indicadores demográficos, con escasa densidad de población y problemas de envejecimiento, pero presenta los mejores registros económicos: un PIB per cápita por encima de la media, baja tasa de paro, elevado peso del sector industrial y, aun habiendo perdido población, la presencia de importantes núcleos capitalinos les ha permitido una creación de empleo positiva.
El informe también destaca que otras provincias se sitúan en el límite de cumplimiento de alguno de los dos criterios que se han tenido en cuenta. Así, Asturias también ha perdido población desde 1950, pero su densidad actual –excluyendo su capital y las ciudades de más de 50.000 habitantes– supera a la media nacional.