Convertirse en abuela es algo que trae consigo una mezcla de diferentes emociones, como amor, nostalgia y mucho orgullo. En algunas ocasiones, este tipo de sentimientos trasciende generaciones. En Lugo, una mujer de tan solo 33 años se ha convertido en abuela después de que su hija fuera madre a los 17 años.
La pequeña Emma llegó al mundo en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo, con 3,460 kilos. De esta manera, la pequeña convirtió también a Encarnación Campos, de 91 años, en tatarabuela, marcando un momento inolvidable en la extensa familia.
Emma es la primera hija de Yanira Martínez Prestes, una joven de 17 años que está llena de ilusión al empezar esta nueva etapa. Su madre, Lourdes Prestes Rodriguez, que es abuela de Emma a los 33 años, también se convirtió en madre a una temprana edad, continuando una tradición familiar. Por otro lado, Basi Rodríguez Campos, de 54 años, es la bisabuela de esta nueva pequeña.
“Somos una familia muy grande y peculiar”, comenta Lourdes a El Progreso. La abuela indica que las dinámicas del hogar desafían todo tipo de realidades, pues no es raro encontrar hermanos con décadas de diferencia de edad o sobrinos mayores que tíos. Uno de los casos es que la tía de Yanira, tiene apenas 14 años.
El hospital de Lugo ha sido el centro de las reuniones familiares para que todos puedan conocer a Emma. Sin embargo, Encarnación, la tatarabuela de la bebé recién nacida, no ha podido ir a conocerla debido a su delicado estado de salud.
Para anunciarle a Encarnación que se convertiría en tatarabuela, la familia organizó un emotivo juego que llenó de alegría a la mujer. Su única preocupación es si podrá vivir lo suficiente para sostener a Emma en sus brazos. Lourdes afirma que la primera salida de la recién nacida será para visitar a su tatarabuela y cumplirle ese sueño.