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Los españoles son los ciudadanos que más solos se sienten en la pandemia (48% frente al 46% a nivel global), según el estudio internacional de Nivea Situación del contacto físico entre las personas, realizado tanto antes como durante la pandemia COVID-19 en un total de 12 países (Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, India, Italia, Sudáfrica, Suiza, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos) y sobre una muestra de 12.207 personas.
Según Nivea, el estudio ha revelado niveles "preocupantes" de privación de contacto físico y de soledad entre las personas. En este sentido, casi nueve de cada diez personas señalaron en la encuesta que, especialmente la sensación de soledad, podría deberse a la ausencia de contacto físico con la piel.
En concreto, el 93 por ciento de los encuestados en España afirma que esa soledad se debe a la falta de contacto físico y, en este sentido, más de la mitad de los españoles (60%) ha afirmado no haberse sentido tan solo en su vida, frente a la media global, que es del 49 por ciento.
Así, el 81 por ciento de los encuestados a nivel global que indicaron sentirse aislados a menudo, desearía recibir más abrazos de otras personas, en contraposición al 45 por ciento de los que declararon no sentirse solos. Sin embargo, en España el 90 por ciento de los encuestados que se sienten solos desearía recibir más abrazos, frente al 70 por ciento de los que no se sienten solos, dato muy superior a la media global, "lo que indica el valor que tienen los abrazos en España", apuntan desde Nivea.
Así las cosas, la primera parte del estudio de Nivea sobre el contacto físico realizado antes de la pandemia COVID-19 reveló, a nivel global, un gran desconocimiento sobre los beneficios del contacto físico para la salud; es decir, muchas personas no eran conscientes de los beneficios para la salud del contacto físico. Concretamente, más de un tercio de los encuestados no sabía que el contacto físico disminuye el nivel de hormonas del estrés, y más de la mitad ignoraba que fortalece el sistema inmunitario.
Según los autores del estudio, conocer estos beneficios puede inspirar y ayudar a mantener un mayor contacto físico. De hecho, el 86 por ciento de los entrevistados considera estos beneficios un incentivo para incluir un mayor contacto físico en su vida diaria.
Es por ello que, entre los encuestados, se ha dado una demanda generalizada de enfoques más positivos a la hora de hablar sobre la privación de contacto físico. Precisamente, el 91 por ciento de participantes en esta encuesta cree que se debe hablar más sobre los beneficios del contacto humano, y el 84 por ciento piensa que en las escuelas debería hablarse sobre su importancia.
Beneficios del contacto físico para la salud
El contacto físico, por ejemplo, puede aliviar el dolor y tener un efecto positivo en el sistema cardiovascular. Un abrazo, un apretón de manos o una palmadita en la espalda en el momento adecuado también pueden aliviar la ansiedad o los síntomas depresivos y hacer que las personas se sientan menos solas.
En relación a ello, en el marco del estudio, se examinó más de cerca el papel de la oxitocina en la salud. Ya era conocido que la oxitocina es capaz de crear y profundizar los vínculos y las relaciones con otras personas, de mantener el sentimiento de apego y de reducir el estrés; sin embargo, este neurotransmisor también puede reducir la inflamación y calmar la piel sensible.
Con todo, las personas mayores se ven especialmente afectadas por la falta de acercamiento físico. De hecho, normalmente, las personas de 50 a 69 años experimentan el contacto físico en la vida cotidiana con menor frecuencia que otros grupos de edad. Según el informe, algunos expertos llegan a equiparar esta situación con la enfermedad crónica. "Se ha demostrado que la falta de contacto humano provoca mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión y una menor inmunidad a las enfermedades", se recoge en el documento. Por el contrario, el contacto físico afectuoso puede ser especialmente beneficioso; por ejemplo, se ha demostrado que los enfermos de Alzheimer se tranquilizan con el contacto físico.
Por otro lado, más allá de la pandemia, el 70 por ciento de las personas participantes en el estudio opina que el valor del contacto humano no es prioritario en la actual vida moderna, donde el estrés es cada vez más habitual, mientras un 63 por ciento dice estar demasiado ocupado y no tener tiempo para dedicar a la relación con otras personas. Además, el 77 por ciento de los hombres y el 75 por ciento de las mujeres testimonian que las inseguridades personales (no saber si alguien se sentirá cómodo al recibir un abrazo, por ejemplo) les impide contactar físicamente con otras personas.
Al respecto, tras la pandemia, cuatro de cada cinco encuestados en todo el mundo afirmaron evitar los rituales que incluyan contacto físico, como los apretones de manos, los besos o los abrazos. Esto es especialmente cierto en países gravemente afectados por la pandemia, como Brasil (92%), Sudáfrica y España (88%) e Italia (87%), donde se ha hecho más necesario extremar la distancia social en las relaciones interpersonales.
El estudio deja claro que los encuestados de todos los países han aceptado las barreras de la situación actual y están dejando en suspenso sus necesidades de contacto humano. No obstante, tres de cada cuatro españoles (77%) declaran su deseo de compensar la falta actual de contacto físico una vez resuelta la crisis sanitaria, siendo el porcentaje más alto de todos los países encuestados (el porcentaje a nivel global es de un 59%).
Según expresan desde Nivea, las personas que viven en países considerados "más sociales", como es el caso de España, Brasil o Italia, tienen un anhelo mayor de recuperar el tiempo perdido tras la pandemia. De hecho, el 77 por ciento de los brasileños, el 74 por ciento de los españoles y el 72 por ciento de los italianos afirmaron que el aislamiento les ha hecho desear más que nunca el contacto físico (frente al 58% global).