Mónica Van der
Sociedad
Los políticos viven más años que el resto de ciudadanos
Un estudio revela la diferencia entre la longevidad de los políticos con la nuestra
La presión a la que tienen que hacer frente los políticos, tanto fuera como dentro de España, es bastante conocida. Grupos de presión, oposición y cuidadanía descontenta; todo esto provoca un grado de estrés tan alto que puede provocar una alteración en la esperanza de vida.
Todo esto podría llevarnos a pensar que la esperanza de vida de los políticos tendría que ser la más baja de toda la polación. Pero contra todo pronóstico, un estudio publicado por la Universidad de Oxford revela que viven más que nosotros e intentan buscar algunos motivos.
En este estudio se ha comparado la esperanza de vida de la población general y la esperanza de los políticos de once países distintos. Además, han intentado acotar los años del estudio entre 1945 hasta 2014, pero como ya estaban establecidos algunos políticos desde 1816, se han visto obligados a ampliar la fecha.
Observando todos estos datos, no sólo han llegado a la conlcusión que la esperanza de vida de los políticos es más elevada; sino que esta brecha se ha ido encrementando a partir del siglo XX.
Aunque las causas no estén del todo claras, la mayoría conocide que uno de los principales motivos que pudieron provocar esta situación, podrían ser los privilegios que obtienen por el puesto. Sueldos elevados, planes de pensiones sufragados por el estado o ayudas para viajar al extranjero; son sólo algunos de los derechos relacionados con el puesto.
Resultados
A medida que va avanzando el siglo, la brecha va ampliándose y llega desde los tres años en Suiza y los siete en Estados Unidos. Un dato curioso que aparece en el estudio, es el caso de Italia. Un ciudadano italiano medio, tiene 2,2 veces más de probabilidades de morir el próximo año que un político que corresponda a su género y edad. Este dato resulta relevante, ya que la esperanza de la mujer suele ser mucho mayor que la del hombre.
Una de las grandes limitaciones que tuvo que hacer frente el estudio, estuvo en la presencia de la mujer en la vida política. La mujer no empezó a tener presencia en la profesión hasta la década de 1920. Para que la comparación estuviese equiparada, hasta esa fecha, sólo se tuvo en cuenta la esperanza de vida de los hombres.
Un dato que han tenido que tener en cuenta, ha sido la poca presencia de la mujer en cargos políticos. Un porcentaje que va desde el 3% en Francia y Estados Unidos, hasta el 21% en Alemania.
Algunas de las causas que podrían explicar estos cambios tan bruscos en las cifras, podrían estar en la modificación de algunos hábitos tanto en la vida de los políticos, como en el resto de la población. Por ejemplo, se cita el tabaquismo. Durante mucho tiempo, la tasa de población en general que fumaba, era muy elevada. En política, es conocido el caso de Ulysses Grant, que estuvo en la presidencia de los Estados Unidos desde 1869 hasta 1877 cuando murió de un cáncer de garganta.
La hipertensión también ha sido siempre, un factor determinante en la esperanza de vida. Casos como el primer ministro británico Wiston Churchill, o el presidente estadounidense Franklin Roosevelt, son reconocidos por fallecer por un derrame cerebral. En aquella época, existían una gran cantidad de prejuicios detrás de la enfermedad y no se buscaron tratamientos.
COVID-19
El estudio también aclara, que los políticos son muy propensos al contagio de la COVID-19, por estar constantemente en contacto con muchas personas. Durante los primeros meses de pandemia, la mayoría de los políticos españoles cayeron enfermos del conatgio.
Según los científicos de la Universidad de Oxford, esto también tiene un parte positiva. En la mayoría de los países, el acceso que tienen los políticos a determinados tratamientos como las vacunas, suele ser mucho más rápido. Aunque los políticos españoles se vacunaron cuando les correspondía en función del rango de edad, no ha sido así en otros países. El estudio cita el caso de Donald Trump, que fue una de las primeras personas en recibir el tratamiento, pero pagó por él medio millón de dólares.