Un paciente se considera frágil cuando se recupera con más dificultad de una enfermedad o es más vulnerable a ella por motivos propios (edad, polipatología, evento invalidante) o del entorno (pobreza, soledad, etc).
En este sentido, desde el blog de Quirósalud, definen la fragilidad de los pacientes como el "aumento del riesgo individual de cada paciente, en según que situación, de presentar resultados clínicos adversos", que se caracteriza por la disminución de fuerza, resistencia o de reserva fisiológica. Y estiman que "entre el 10 y el 20% de mayores de 65 años y más del 50% de personas mayores de 85 años" se consideran frágiles.
Con estas cifras, ni que decir tiene que la detención de la fragilidad es muy importante para poder adaptar los tratamientos y minimizar el impacto de la enfermedad y de las fracturas que más suelen sufrir los mayores. Las que se dan con mayor frecuencia son las fracturas vertebrales, la fractura de cadera, la fractura de radio distal o muñeca y la fractura de húmero proximal.
Fracturas vertebrales
Las fracturas por compresión vertebral en personas mayores son bastante frecuentes, y quienes las padecen tienen más riesgo de volver a sufrirlas.
Suelen producirse por un traumatismo de cierta intensidad, aunque si el hueso está muy debilitado se puede producir por un traumatismo leve o simplemente al realizar un esfuerzo en carga.
Los síntomas más habituales, según la Clínica Universidad de Navarra son:
Dolor dorsal o lumbar.
Síntomas por afectación nerviosa.
Incapacidad realizar la actividad normal.
Se suelen diagnosticar a través de una radiografía simple o una resonancia magnética, y su tratamiento pasa por medicación vía oral, el uso de una faja y reposo relativo, en los casos donde el dolor es controlable. En otros casos se puede hacer una cementación vertebral.
La fractura de cadera
De todas ellas, las de cadera son las que más preocupan porque son las más numerosas (en España hay entre 40.000 y 45.000 fracturas de cadera al año), y de las que más preocupan por ser un hueso grande que si no se trata bien puede que la persona no vuelva a andar y vea como empeoran sus otras enfermedades.
Según explican desde la página web de Sanitas, el tratamiento de esta fractura depende de varios factores:
La edad.
El grado de desmineralización ósea (si hay osteoporosis o no).
El tipo de fractura (si es estable, limpia, desplazada, etc.).
Las características biomecánicas de la articulación.
Lo más frecuente es que el tratamiento sea quirúrgico, aunque si es una fractura estable se puede optar por controlar el dolor, realizar ejercicios de fisioterapia y movilización temprana.
Fractura de radio distal o muñeca
Este tipo de fractura es más frecuente en mujeres mayores, ya que según explican desde Sanitas, "tras la menopausia sufren una desmineralización progresiva de los huesos, llegando a desarrollar osteopenia u osteoporosis, lo que las hace más proclives a las fracturas".
Las radiografías son las que confirman este tipo de fracturas, aunque estos síntomas, también son indicativos de fractura:
Dolor intenso.
Inflamación.
Sensibilidad a la presión.
Enrojecimiento de la zona en que se ha producido.
Limitación del movimiento de toda la articulación o del dedo pulgar de la mano.
Incapacidad para sujetar cualquier objeto.
Deformación apreciable de la zona donde se ha producido la fractura.
El tratamiento pasa por inmovilizar la muñeca con una escayola o una intervención quirúrgica si fuera necesario.
Fractura de húmero proximal
Al igual que la anterior, esta fractura es más frecuente en mujeres, y el 75% de las personas con esta fractura tienen más de 60 años, según explica el doctor Villanueva en su blog.
Entre sus síntomas se encuentran:
Dolor
Crepitación
Tumefacción
Edema
Hematoma sobre el hombro lesionado y el brazo.
En este caso también es necesario un escáner o TAC para determinar el grado de fractura y ver si es necesario operar o solo es necesario un tratamiento ortopédico.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.