El elixir de la inmortalidad ha pasado de ser algo que solo veíamos posible en las películas de ciencia y ficción a ser una realidad que cada día esta más cerca.
Y es que el envejecimiento es uno de los fenómenos más estudiados, y cada vez son más los científicos que quieren hallar la manera de prolongar nuestra vida unos años más. De momento se sabe que son nueve los factores que provocan el envejecimiento de los tejidos, que evidencian el paso del tiempo en nuestro cuerpo.
Del mismo modo, a día de hoy son varios los proyectos que quieren o bien, recuperar las células madres o reducir al máximo el daño oxidativo que sufren. Y de momento, de lo que se está más cerca es de eliminar las células viejas o senescentes.
Las células senescentes
Estas células se van apoderando de los tejidos, impidiendo que las otras células puedan realizar correctamente sus tareas diarias. Pero esto podría tener una solución, tal y como se demostró hace ya diez años, cuando una investigación eliminó estas células en un ratón transgénico, consiguiendo mejorar su calidad de vida, y aumentar su esperanza de vida.
Cuando los estudios demostraron que estas células podrían ser la clave para alargar la vida de los seres humanos, comenzó una carrera por encontrar la forma de eliminarlas, y pronto se dio con los senolíticos, que tienen la capacidad de matar a estas células, sin que las normales se vieran afectadas.
El único problema de estos fármacos son sus efectos secundarios, y por eso es necesario encontrar otras formas más seguras para tratar las consecuencias del envejecimiento.
Medicamentos más concretos
Frente a los senolíticos, la Universidad de Leicester (UoL) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) se plantearon la posibilidad de fabricar herramientas que sepan reconocer estas células y las destruyan. Esto se conoce como terapias dirigidas, y lo que pretenden es averiguar qué características diferencian la superficie de las células viejas de las normales, y que así se puedan identificar más fácilmente.
La segunda fase de esta investigación consistió precisamente en construir un aparato que permitiera descargar la sustancia tóxica dentro de estas células. El equipo decidió adaptar una técnica parecida que se utiliza para tratar el cáncer, pero adaptándola a estas células. El resultado fue "una bomba inteligente" que ataca a la célula vieja.
Aún no se sabe si funcionará en humanos
La "bomba inteligente" ha sido probada con células humanas en cultivo, pero aún no se sabe cómo reaccionará el organismo de una persona, especialmente si algo saliera mal. Por eso, el siguiente paso es probarlo en humanos.
De esta manera, los senolíticos disminuirían la eficacia de las células senescentes, y retrasar el envejecimiento en algunas ocasiones.
Aunque esto no nos convertirá en seres inmortales, si que podría ser muy útil para evitar las enfermedades que suelen aparecer en la última etapa de nuestra vida.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.