Esther Ruiz Moya (@Estherruizm), comunicadora y escritora, se ha incorporado recientemente al Comité Editorial de 65YMÁS, liderado por Fernando Ónega, presidente del diario, y formado por periodistas de prestigio como Carlos Herrera, Ramón Sánchez-Ocaña, Pilar Cernuda, Fernando González Urbaneja, Rosa María Calaf y Paloma del Río, que demuestran el compromiso de 65YMÁS de ofrecer a los lectores un periodismo ético, moral, riguroso y de calidad.
Hemos conversado con Esther Ruiz de periodismo, mayores y aprendizajes vitales.
PREGUNTA: ¿Qué supone para ti formar parte del Comité Editorial de 65YMÁS?
RESPUESTA: Para mí es un honor compartir el Comité Editorial con periodistas y profesionales no solo a los que admiro, sino en los que me miro. En nuestra profesión, la admiración es importante, pero también ese ejemplo, ese querer seguir y estos referentes, empezando por Fernando Ónega. O Paloma del Río, Rosa María Calaf... que han roto techos de cristal y que son mujeres muy importantes en la profesión.
Y, bueno, pues la verdad es que es un tremendo honor y también una responsabilidad, porque los comités editoriales de los medios son muy importantes, ya que los periodistas tenemos esa función, esa responsabilidad social de informar no sólo con noticias, sino con veracidad y conforme a unos valores y a unos principios que, sin duda alguna, reúne 65YMÁS totalmente.
P.: 65YMÁS tiene un serio compromiso con sus lectores de ofrecerles un periodismo ético, riguroso y de calidad. ¿Estos valores se están perdiendo actualmente por la velocidad a la que se consume y suministra la información?
R.: Yo creo que sí. Se habla de las crisis que tenemos: económica, social, sanitaria... pero también hay una crisis de valores importante y nuestra profesión no está exenta de eso.
Y es que la ética en una crisis de valores está muy cuestionada o la veracidad está reñida con la inmediatez, porque como queremos ser los primeros en publicar, no contrastamos y a veces se cometen errores y luego esa velocidad la que va todo... Esta sociedad líquida en la que hoy una noticia abre portadas y por la noche se ha olvidado, ya ni siquiera es al día siguiente.
Este momento que estamos viviendo, informativamente hablando y también socialmente, es un poco incompatible con esa ética, rigor y veracidad. Por eso es tan importante diferenciarte y saber que no siempre dar la noticia el primero es ser el mejor, sino que realmente tenemos que cuidar esa veracidad porque socialmente también tenemos una responsabilidad muy importante, y si queremos que confíen en nosotros, pues tiene que ser la cosa un poquito más pausada y contrastada.
P.: 65YMÁS nació con la vocación de ser la voz de los mayores y hoy cinco años después, nos hemos convertido en el diario líder del segmento sénior con más de 4,5 millones de lectores al mes en España. ¿Son necesarias más voces que pongan en valor a los mayores?
R.: Sí, porque los mayores muchas veces tienen voz, pero no altavoz. Y si tienen altavoz, no se les quiere escuchar. Esto es gravísimo. Por eso creo que es muy importante medios como 65YMÁS y todas esas plataformas que están dando voz a los mayores, que al final son los que nos han traído hasta aquí.
Hay que ser voz y altavoz de los mayores.
P.: ¿Crees que los medios de comunicación generalistas proporcionan una visión real de los sénior?
R.: Esto está cambiando, pero es verdad que los estereotipos aparecen hasta en las pictografías, cuando hablan de mayores y sacan una pictografía de un viejecito con un bastón. Y luego titulares como: "Un anciano de 65 años". Cuando se habla de mayores, se hace refiriéndose a enfermedad, vejez, a señores viendo obras y señoras, haciendo punto y cuidando de sus nietos. Hay muchos estereotipos y se deben combatir. Hay una diversidad de mayores que es a la que hay que darle voz y visibilidad, porque el no hablar de ellos en cierta medida es hacerlos invisibles y no lo podemos consentir.
P.: En pandemia escribiste 'Cuando esto pase…' , galardonado en 2021 con el Premio Círculo Rojo al “Mejor libro del año en la categoría de Motivación y Crecimiento personal”. ¿Hemos aprendido algo de la pandemia?
R.: Pues fíjate que teníamos aprendizajes, porque nos pasó de todo y era para aprender, pero yo creo que hemos salido regulares. Sí que es verdad que hay cosas que están cambiando, como que somos más conscientes de nuestra fragilidad y aunque seguimos con las prisas, nos paramos un poco más a separar lo importante de lo urgente, porque como siempre vamos con lo urgente nos dejamos por el camino lo importante, y luego viene una pandemia y te dice: "No puedes abrazar, besar, no te puedes despedir, te quito la agenda...". Con toda la incertidumbre que hemos pasado, hemos visto que la vida es cambio y que lo más cierto que tenemos es que todo es incierto.
Y luego hay cosas en las que hemos salido irregulares. Esto de la solidaridad maravillosa con la que aplaudíamos, pues se ha visto que estamos una sociedad muy individualista. Además, nos ha dejado otras pandemias importantes: la de la salud mental, la soledad... Creo que todavía nos queda mucho que aprender. Deberíamos pararnos y releer 'Cuando esto pase...', porque veríamos que hace un tiempo no tan lejano, pasamos un momento muy malo y que merece la pena pararse, aprender y mejorar.
P.: Los mayores fueron los más castigados por el Covid. ¿Consideras que la pandemia hizo que la sociedad pusiera su mirada en los mayores y empezara a ponerlos en valor?
R.: Yo creo que sí. En cierta medida se miró hacia ellos. Al principio del Covid tú eras un expediente médico y un número de edad, y a lo mejor contabas con una salud fantástica, pero ya tenías 70 años y ya no tenías prioridad y eso es injustísimo, por lo que hablábamos antes, no se puede generalizar. A lo mejor hay una persona con 30 años que tiene un expediente médico muchísimo peo. Esa criba fue tan cruel... Luego también, muchos problemas de residencias de mayores, de soledad... En definitiva, creo que sí, que se puso el foco en los mayores. Y también cierto agradecimiento, esa gratitud que debemos tener con ellos. Han pasado lo peor, han vivido una guerra, una posguerra... Las mujeres que se han peleado por nosotras. Afortunadamente, estudiamos lo que queremos y hacemos lo que queremos, pero antes muchas otras no se podían abrir ni una cuenta del banco. Son cosas que parecen de otra época, pero no es de hace tanto tiempo.
Ese reconocimiento es una pena que haya sido por la pandemia, pero sí, pusimos más el foco en ellos y en esa desprotección que tenían.
P.: En pandemia muchos mayores se digitalizaron a marchas forzadas, pero ¿también fue la excusa para algunas instituciones y empresas para imponer lo online y recortar costes en personal, algo que ha provocado también que a muchos mayores se les haya dejado atrás?
R.: En cierta medida, sí. También se ha aprovechado para hacer muchos recortes, para cosas que en ese memento se impusieron por necesidad. Como muchas veces pasa que tiramos por la calle del medio sin ver a quién hay enfrente, porque, claro, esta digitalización está muy bien, pero también tienes que pensar quién se queda fuera, porque hablamos mucho de esas brechas salariales, de género, pero... ¿y la brecha tecnológica? Esto no es un solo cuestión de bancos, es que ya no te puedes pedir ni la cita para renovarte el DNI si no es digitalmente.
Es uno de los errores más graves que cometemos: hacer las cosas sin medir las consecuencias y luego ya vamos arreglando. Ahora deberíamos parar, es muy importante parar para avanzar, ver quién se ha quedado atrás y qué se puede hacer.
También la importancia de los términos medios. Que tampoco ni todo puede ser digital, ni todo puede ser analógico. Pero vamos a ver cómo podemos casar eso para que entremos todos.
P.: Como miembro de nuestro Comité Editorial: ¿Qué mensaje darías a los lectores de 65YMÁS?
R.: Agradecerles esa confianza que tienen en nosotros y el que nos abran cada día sus pantallas.
Están en un sitio donde van a ver noticias sin un sesgo ideológico, sin esa crispación que lo invade todo. Hoy en día está todo polarizado y aquí va a ser como un oasis de sosiego.
Los lectores encuentran en 65YMÁS los principios del periodismo: informar, formar y entretener.