Todo apunta, según publican varios medios, a que el itinerario del rey emérito, Juan Carlos I, para abandonar España fue desde el Palacio de la Zarzuela hasta Sanxenxo, de la localidad pontevedresa por carretera a Oporto y de allí a la República Dominicana para alojarse en el en complejo hotelero de lujo de Casa de Campo regentado por sus grandes amigos de origen cubano, los hermanos Fanjul, Fanjul Corp, hijos de los magnates Alfonso Fanjul y Lillian Rosa Gómez-Mena.
La Casa de Campo se encuentra en la caribeña localidad de La Romana, a unos 100 kilómetros de Santo Domingo, la capital dominicana. Se trata de un complejo turístico de lujo que ocupa 3.000 hectáreas propiedad de la familia Fanjul, afincada en Miami, que logró hacer su inmensa fortuna, calculada en 8.200 millones de dólares según el catálogo de multimillonarios del mundo publicado por Bloomberg, en las plantaciones azúca. En Estados Unidos suele comentarse que dos de cada tres cucharadas de azúcar consumidas en el país que más azúcar consume en el mundo, salen del grupo Fanjul.
El complejo Casa de Campo lo conforman una docena de espectaculares mansiones frente al mar y con playas privadas, tres campos de golf , galerías de arte, viviendas a parte de la docena de villa que están a la venta por hasta 13,5 millones de dólares y un centro ecuestre por el que entre muchos otros nombres tan conocidos como pudientes se han alojado Beyonce y Jay-Z, Óscar de la Renta, las Kardashians, Julio Iglesias, Michael Jordan y los presidentes norteamericanos George Bush, padre e hijo, así como el matrimonio formado por Bill y Hillary Clinton.
Familias emparentadas por el matrimonio del herdero de Alfonso XIII
El espectacular complejo dominicano no le va a resultar extraño a don Juan Carlos porque tras su abdicación en 2014 lo ha visitado frecuentemente invitado por su íntimo amigo Pepe Fanjul, que actualmente cuenta con 76 años, segundo de los cuatro hermanos que controlan el imperio azucarero y su esposa Emilia, con quienes el rey emérito pasó las Navidades de 2018.
La relación de la familia española y la cubana viene de muy lejos. Se inició cuando la hermana de la abuela de los magnates, la cubana Edelmira Sampedro, hija de emigrantes burgaleses y gallegos que en el siglo XIX hicieron fortuna con el azúcar en la isla caribeña, contrajo matrimonio con el Príncipe Alfonso, hijo mayor y heredero de Alfonso XIII, el abuelo de don Juan Carlos que abandonó España con destino a Roma tras la proclamación de la II República española en 1931.
La familia Fanjul hunde sus raíces más profundas en España, pero los cuatro hermanos -Alfonso (Alfy), Pepe, Alexander y Andrés- vivían en Cuba cuando el 1 de enero de 1959 triunfó la Revolución en la isla y Fidel Castro entró en La Habana. Eso sí, antes de partir prometieron al patriarca de la familia, Alfonso Fanjul, volver a levantar el imperio azucarero que la familia había tardado 150 años en levantar y el castrismo les expropió al llegar al poder.
Y lo lograron rápidamente tras fundar el año 1960 Florida Crystals, con sede en Palm Beachy gracias a invertir todo su dinero en plantaciones de azúcar de Florida, país en el que la industria del azúcar está especialmente protegida, y la República Dominicana donde el imperio del azúcar de los Fanjul se ha diversificado e incrementado con inversiones en el sector inmobiliario y turístico.
En 1984, cuando Alfy y Pepe Fanjul anunciaron la compra a Gulf and Western Industries de todos sus negocios azucareros en Florida y República Dominicana, una operación cuyo precio no trascendió pero incluyó casi 100.000 hectáreas de tierras en la isla caribeña, 40.000 en el condado de Palm Beach y una antigua hacienda colonial iberoamericana con instalaciones para procesar caña de azúcar.
De Monica Lewinsky a las aguas contaminadas de Everglade
El Grupo Fanjul saca al mercado siete millones de toneladas de productos dulces cada año a través de sus filiales y marcas como Domino, C&H, Florida Crystals, Redpath, Jack Frost y Tate & Lyle. A esto se añade una planta de energía renovable en Miami y múltiples negocios en México, Canadá y 20 estados de los EE.UU.
En Estados Unidos es bien sabido que la familia Fanjul cuenta con importantes apoyos políticos, desde congresistas a presidentes, sean del signo que sean porque sus generosas donaciones a las campañas electorales se destinan tanto a los demócratas como a los republicanos.
Estas relaciones políticas han saltado en algunas ocasiones a los medios de comunicación. Durante el escándalo de Bill Clinton con la becaria Monica Lewinsky, esta declaró como estando con el presidente en el despacho oval de la Casa Blanca el presidente atendía siempre las llamadas de Alfy Fanjul, el mayor de los hermanos que si bien fue uno de los más destacados líderes del movimiento anticastrista en Estados Unidos, el año 2014, en una de las raras entrevistas que concede, en aquel caso a The Washington Post, declaró: “Si hay alguna manera de que la bandera familiar pueda llevarse de nuevo a Cuba, estaré muy feliz de hacerlo”.
Por su parte, The New York Times publicó que su negocio se multiplicó exponencialmente con el embargo estadounidense al azúcar cubano y que las 73.000 hectáreas que explotan en Florida vierten aguas contaminadas en la reserva natural protegida de Everglades.