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El jefe de UCI del Hospital Donostia, Félix Zubia, ha asegurado que los casos de la viruela del mono que se han detectado "han creado alarma, pero no provocarán una pandemia". El experto asegura que el revuelo generado en torno a esta enfermedad se debe más al "temor y recelo" que ha causado la covid-19, que al riesgo real.
Zubia, en declaraciones a Euskadi Irratia, ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad a la población. "Antes de la pandemia del coronavirus ya nos llegaban este tipo de alarmas y, después, también nos llegarán", ha explicado.
"Cuando una enfermedad sale de su entorno y aparecen más casos de los habituales, las autoridades sanitarias están obligadas a dar este tipo de indicaciones y los profesionales sanitarios debemos estar atentos, pero esa es la dimensión", ha añadido.
El facultativo ha destacado que, con lo que se ha vivido con la covid-19, la ciudadanía está "más sensible", y considera que "se ha montado un revuelo que, en realidad, no debería" haberse producido. Según ha subrayado, se trata de un problema que tiene que "preocupar a los trabajadores sanitarios y a los que cuidan de la salud pública de la ciudadanía", pero no es como para dar "la voz de alarma".
"Hay que informar a la población, pero esto no va a generar una pandemia. Esto no va a generar un montón de casos, se puede controlar y, si no se hace, será señal de que las cosas se habrán hecho mal", ha indicado.
Félix Zubia ha añadido que "la viruela mono no es propiamente una nueva aparición de la viruela", sino que "son dos dolencias distintas". "Esto es una zoonosis, es un virus que vive en roedores (ratas, ratones o similares. Es endémico en algunas zonas de África, donde se mantiene en los roedores", ha manifestado.
En este sentido, ha dicho que, "cuando se entra en contacto con estos animales, llega a las personas y la enfermedad que produce tiene similitud con la viruela, por las ampollas que produce en la piel". "De ahí su nombre, pero también hay otras dolencias, que nosotros llamamos enfermedades exantematosas, que afectan a la piel", ha señalado.
Asimismo, ha apuntado que la viruela símica "provoca fiebre, malestar y dolor lumbar o muscular, así como esa erupción que la caracteriza". "Se extiende de pies a cabeza, empieza por arriba y va hacia abajo. Se forman unas ampollas, luego revientan y emanan líquido, se secan y se cura, y esa es la evolución de la enfermedad. La particularidad que tiene es que estas ampollas aparecen también bajo las palmas de la manos y los pies, algo que no ocurre con otras enfermedades de la piel", ha explicado.
En todo caso, ha remarcado que "o es grave" porque "normalmente sólo afecta a la piel y no pasa al interior del cuerpo". "Solo los que tienen problemas de inmunidad correrían algún riesgo, si el cuerpo no es capaz de controlar el virus", ha advertido.
Transmisión por relación estrecha
El jefe de la UCI del Hospital Donostia ha afirmado que la viruela del mono es controlable con los protocolos de Salud Pública, y la transmisión "de persona a persona es bastante difícil" porque "hace falta una relación estrecha".
El contagio se produce, sobre todo, según ha asegurado, al tocar las lesiones "porque el líquido que sale cuando se vacían las ampollas es el que tiene más virus". "También se puede transmitir a través de las relaciones sexuales. Para hacer las cosas bien, hay que aislar a estas personas y es muy importante hacer un seguimiento a su entorno y a todas las personas con las que han tenido contacto", ha aseverado.
Zubia cree que la alarma que se ha creado se debe a que los casos han aparecido sin acertar a realizar un correcto seguimiento a la cadena de contagios. En esta línea, ha precisado que suelen aparecer en África y, en esta ocasión, hay casos sin origen en el continente africano.
"Esa ignorancia en la cadena de transmisión es la que ha generado la alarma. Sabemos que aparecerán más casos, pero conociendo las características de la enfermedad, aislando a estas personas y controlando los contactos por Salud Pública, el control de la dolencia debería ser relativamente sencillo", ha insistido.
La viruela símica no tiene cura, por lo que solo cabe esperar a que la enfermedad curse de la manera habitual y finalice de forma espontánea. "De momento, no se conoce ningún tratamiento y ningún otro medio para cortarlo. Sin embargo, conociendo su forma de transmisión, que no se contagia a través del agua ni del aire, y que la transmisión a través de objetos dura muy poco tiempo, sería fácil de controlar", ha indicado.
Tras reiterar su llamamiento a la calma, no considera oportuno ofrecer excesiva información a la sociedad sobre esta infección, y ha señalado que "la contabilización de los casos tiene más de alarmismo que importancia real".
"Evidentemente, todos deberíamos saber cómo es esta enfermedad y, si alguien tiene síntomas similares, debería acudir al médico. Nosotros tenemos la obligación de reportar si vemos algún caso. Se toman muestras y se analiza para confirmar el caso y si es así, se hace un seguimiento al paciente y a su entorno", ha concluido.