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La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha denunciado que la pandemia del Covid-19 haya evidenciado la "precariedad y escasez" de los sistemas de cuidados y de los servicios públicos.
"Esta crisis sanitaria, que algunos han llamado 'crisis matrioshka', ha permitido comprobar las carencias del sistema, por sus deficitarias políticas de salud y políticas sociosanitarias. Y ha destapado las demás crisis asociadas, lo que podría suponer también una oportunidad de oro para afrontar las carencias estructurales graves de nuestros sistemas de protección, incluido el sistema de salud y, dentro de este, la atención a la salud mental", ha dicho.
Además, prosigue, en el transcurso de la pandemia se hizo evidente que las desigualdades sociales son, una vez más, condicionantes de la salud de la población y nos recuerdan que ningún análisis puede hacerse prescindiendo de los determinantes sociales de la salud. "En el tiempo que llevamos sufriendo los efectos de la pandemia, los grupos vulnerables no han sido solo las personas mayores, hemos observado la existencia de muchos más", ha detallado la FADSP.
Dicho esto, ha denunciado que se haya "criminalizado" a la migración durante la pandemia, encerrado a personas sin techo en centros abarrotados, con confinamiento familiar en estructuras sociales desiguales, aumento de situaciones de violencia machista, el abandono de muchas personas mayores en las residencias y los domicilios.
"No debemos olvidarnos de otro grupo importante, el de la infancia, adolescencia y juventud, que ha sufrido las acciones de confinamiento sin que tuvieran medidas compensatorias ni adaptadas a sus necesidades ante el cambio radical en su aprendizaje, enseñanza y tiempo libre, sin refuerzo hacia las personas en riesgo de quedarse atrás. Todos han sido colectivos vulnerables y vulnerados en estos meses y no son pocos. Su salud física y mental se han visto afectadas. Curiosamente esa población menor de edad es quien mejor ha tomado y asumido las medidas higiénicas y de protección, con mayor naturalidad, en contraste con las resistencias de sectores jóvenes y de adultos", ha dicho la organización.
En este sentido, la FADSP ha recordado que se sigue oyendo que el impacto emocional de pacientes que "abarrotaban" hospitales y centros de atención primaria a causa de la Covid-19 han pasado factura a los propios profesionales sanitarios de primera línea. De hecho, apostilla, alegan que casi la mitad de los profesionales sanitarios presenta un riesgo alto de trastorno mental a causa de la pandemia y más del 10 por ciento sufre alguna patología mental discapacitante.
"El confinamiento tuvo efectos indeseables y no previstos. Se nos ha hablado de los riesgos de aumento de suicidios y de estrés postraumático, de servicios sanitarios desbordados y de la necesidad de acudir a las consultas privadas, que serían algunas de las dramáticas secuelas de esta pandemia, aunque sin datos que lo fundamenten, más allá de algunas encuestas telefónicas en muestras reducidas a algunos grupos de población, algo que no es serio, pero sí muy mediático", ha enfatizado.
¿Qué va a ocurrir tras la pandemia?
Por otro lado, la FADSP ha avisado de que investigadores coinciden en que las fuentes de estrés vendrán de las pérdidas económicas y del estigma por haber estado en contacto con el virus. Habrá que, a su entender, añadir que también por el propio confinamiento pues, una situación de aislamiento social prolongada ocasionó síntomas como, por ejemplo, ansiedad, depresión, sentimientos de irrealidad acompañantes, de detención del tiempo o trastornos del sueño.
"Hemos conocido el peor exceso de muertes desde 2015 superando las 92.000 personas, como recogen los registros civiles, colocando a España entre los países con más víctimas del mundo. Ahí se hallan muertes por Covid-19 y otras muchas situaciones. Con esto, al ver las cifras "oficiales" de fallecimientos por la pandemia, nos hace pensar que las cifras reales serán mayores, aunque alejadas de los confusos datos ofrecidos por la oposición al gobierno. De todos modos, unas u otras cifras son muy preocupantes y más cuando esto no ha terminado, sino que va a perdurar una larga temporada", ha dicho la organización.
Cuando finalice esta pandemia habrá "muchas secuelas, miles, cientos de miles de personas afectadas". Y es que, prosigue, al menos, cuatro o cinco personas por cada persona fallecida, podrían sufrir las consecuencias directas de no haber podido iniciar adecuadamente el proceso del duelo, incluidos sus rituales y relaciones interpersonales, algo muy arraigado en nuestra cultura.