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Una usuaria de una residencia de Vitoria, de 84 años de edad y vacunada contra la Covid-19, falleció la semana pasada tras contraer esta enfermedad, según han confirmado fuentes del Ayuntamiento, titular del centro residencial.
Se trata de la primera persona en morir por coronavirus después de haber recibido las dos dosis de la vacuna en País Vasco, en su caso de Pfizer. Ha coincidido con que justamente este sábado se notificó el primer deceso en semanas en la red de residencias de Euskadi, el de una persona del complejo Gazteluondo de Bilbao, según informa elDiario.es. En su caso, el fallecido había rechazado la vacuna lo que, tras producirse un brote con seis casos, le costó la vida.
La mujer era usuaria de la Residencia San Prudencio de la capital alavesa. Algunos trabajadores habían contraído la enfermedad, pero esta mujer no presentó síntomas en ningún momento. Solo cuando fue trasladada al hospital para hacerle una prueba médica rutinaria, se le detectó la covid tras una prueba PCR de control. También le realizaron una serológica en la que no presentó anticuerpos en el organismo. Posteriormente, su estado de salud empeoró, por lo que fue ingresada en un centro hospitalario, esta vez por los efectos de la Covid-19. Tras varios días hospitalizada, falleció la pasada semana en Txagorritxu.
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha recordado este martes, tras conocerse el fallecimiento de una usuaria de una residencia de Vitoria, que las vacunas anticovid "dotan de alto grado de defensa", pero "no es inevitable" el contagio.
En una rueda de prensa celebrada en Vitoria, Sagardui ha transmitido sus condolencias a la familia de la fallecida, y ha asegurado que la vacuna dota de "un alto grado de inmunidad y ayuda a desarrollar un alto grado de defensa ante el virus, pero no es inevitable totalmente la posibilidad de un contagio".
"Lo mismo nos ocurre con el desarrollo de la sintomatología, en función no solo ya de la vacuna, sino de la situación general que tenga la persona afectada", ha añadido.
Por ello, ha explicado que situaciones como esta "pueden darse", a pesar de estar vacunados. En todo caso, ha apuntado que se está demostrando que la eficiencia de las vacunas es alta, pero también hay que mantener las medidas de protección "aún con todo y tratar de ser prudentes al respecto porque el contagio puede darse". "Esperemos que desenlaces como este sean los menos", ha señalado, algo que, a su juicio, se constata "claramente" en los datos de residencias de los que se dispone.
Gotzone Sagardui ha apuntado, respecto a las personas que trabajan en centros sanitarios y sociosanitarios que no han sido vacunadas, que la vacunación es voluntaria y no se puede obligar a onocularse el antídoto. "Es una decisión personal. En este caso, es verdad que, además de tener una repercusión individual, es decir, el contagio de uno mismo, puede tener una consecuencia colectiva, que es contagiar a otras personas", ha añadido.
No obstante, ha precisado que en los centros sanitarios se mantienen medidas preventivas y se han establecido protocolos para tartar de evitar la propagación del contagio, no solo por parte de trabajadores, sino de todas las personas que pueden convivir en esos ámbitos".
Descenso de contagios y fallecidos tras la vacunación
En la primera ola, fallecieron 14 personas en esta residencia de Vitoria, llegando a ser una de las más afectadas en Álava junto con la de Sanitas en San Martín (la primera en España en entrar en cuarentena el 8 de marzo de 2020) y Caser Alto del Prado. En total en Álava, debido a la Covid, han muerto 210 mayores que vivían en residencias, de los cuales 48 lo hicieron después de la primera ola.
En términos generales, la vacunación ha logrado un descenso de los brotes, así como de la mortalidad después de que la pandemia del coronavirus se cobrase más de 1.000 vidas entre los usuarios de las residencias vascas.