Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorPasar mucho tiempo en una misma posición, ya sea en la oficina o en el sofá acaba por producir molestias en la espalda y, cómo no, en los glúteos que se quedan entumecidos. No obstante, los verdaderos problemas se presentan con el tiempo y uno de ellos es el síndrome piramidal o piriforme, también conocido como falsa ciática.
Este síndrome consiste en un adormecimiento, hormigueo o dolor intenso que se origina en los glúteos y afecta a la parte posterior de la pierna. Está causado por una afectación del músculo piramidal o piriforme (de ahí su nombre) a causa de una irritación o lesión producida por una caída, un giro repentino de la cadera, un sobreesfuerzo al realizar ejercicio o levantar peso, no realizar un calentamiento previo a la práctica de deporte o estar sentado durante un período de tiempo prolongado, lo que produce una fatiga del músculo. Esta fatiga también puede estar provocada por una disfunción pélvica, un escoliosis o una dismetría de las piernas.
El músculo piramidal esta inervado por el nervio ciático que nace a nivel de la columna vertebral, en la zona lumbar, y hace un recorrido por la pierna. La hiperirritación del músculo puede comprometer el nervio ciático ejerciendo una presión sobre él, lo que genera una falsa o pseudociática, por ser el dolor parecido al que se produce en un cuadro de ciática, y puede llegar a ser incapacitante, pues el músculo afectado participa en casi todos los movimientos que realiza la parte inferior del cuerpo, desde la base de la columna vertebral hacia las extremidades. Se trata de un músculo rotador corto que permite la rotación externa de la cadera, facilita la separación de la cadera cuando está en ángulo de 90º y, desde ahí, funciona como rotador interno.
El síntoma principal es un fuerte dolor en la zona del glúteo, una especie de pellizco interno, no superficial, que en ocasiones puede afectar también a nivel del nervio ciático, acompañando ese dolor de un hormigueo, adormecimiento, entumecimiento de la zona e, incluso, producir una especie de latigazo, debido a la compresión del nervio, que en función de la presión que ejerza puede alcanzar diferentes zonas del recorrido que hace el nervio:
Otras características de este síndrome es que hay necesidad de realizar cambios posturales para aliviar el dolor cuando se está sentado durante un tiempo relativamente prolongado. Y también se presenta dificultad para cruzar las piernas.
Además, el dolor va en aumento si no se producen esos cambios posturales, ya sea estando sentados, en bipedestación, realizando alguna carga de peso e, incluso, durante la marcha.
En decúbito supino, es decir al estar tumbados boca arriba, el músculo está en rotación externa por lo que la pierna afectada se ve más corta que la otra.
La principal diferencia que indica que se trata de uno u otro es el lugar dónde se origina el dolor. En el caso de síndrome piramidal el dolor intenso se concentra en el glúteo y de ahí se irradia. En el caso de la ciática el dolor se inicia en la parte inferior de la espalda y de ahí parte hacia el glúteo y la parte trasera de la pierna. Por otro lado, en el síndrome piramidal el dolor remite con el cambio postural y empeora con la actividad física, mientras que en la ciática el dolor es persistente.