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Unas 700 familias en situación de vulnerabilidad se encuentran en lista de espera para iniciar una nueva vida en un pueblo de la España vaciada, gracias al proyecto Pueblos Madrina, que la Fundación Madrina viene desarrollando desde hace 17 años.
En dicho periodo de tiempo, el proyecto ha conseguido alojar a más de 300 familias y 1.000 niños en aldeas y pueblos de toda la geografía española, una labor que expusieron la semana pasada al Ministerio de Transición Ecológica.
Según explica la Fundación, inicialmente, el perfil de las familias eran inmigrantes y asilados antes de la pandemia. Si bien, en la actualidad, y motivado por la crisis social derivada de la pandemia, el 50% son familias españolas y en nueva pobreza.
Además, el proyecto rural de la Fundación Madrina incluye "abuelos madrina", que son personas mayores del entorno rural que "adoptan" a una madre gestante o madre joven no menor, con la idea de acompañarla y, por otra parte, beneficiar a las jóvenes madres con un hogar.
Beneficios de la repoblación
La Fundación destaca que este proyecto permite a muchos pueblos de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, y valles, como el Amblés, Ambroz, La Corneja, beneficiarse de la repoblación con la llegada de nuevas familias con hijos menores en edad escolar. Además, señala que otros muchos más aguardan en las comunidades de Aragón, Galicia y Andalucía.
Estas familias consiguen que pequeños municipios de menos de 500 habitantes no cierren la escuela, como es el caso de Berrocal en el Valle de la Corneja, donde dos familias con 8 y 3 hijos han conseguido que en lugar de cerrar la escuela puedan abrir ahora dos aulas. Además, en abril nació el primer bebé de estas familias repobladoras de la España vaciada en Ávila.
Sobre la experiencia, muchas familias aseguran haber encontrado en los pueblos "la felicidad y la libertad". Por su parte, los abuelos de las poblaciones celebran que con los niños que están llegando es como "si les hubiera tocado la lotería".
En cuanto al coste, la Fundación estima que realojar a una familia en un pueblo cuesta 15.000 euros al año --5.900 euros de inversión y el resto, 9.000 euros, de gastos mensuales--. De momento, la Fundación está costeando estos primeros gastos de realojamiento de las familias que, por término medio, consiguen sus trabajos en el plazo de un mes. Realojar 1.000 familias costaría 15 millones de euros al año, si no se consigue empleo rural.
De colas del hambre a colas de familias sin techo
La Fundación Madrina pone en valor este proyecto ante la situación de pobreza en la que viven muchas familias en las ciudades, donde las denominadas "colas del hambre se están transformando en colas de familias sin techo", con familias que no pueden pagar los alquileres ni las facturas de luz, según aseguran.
Precisamente, la Fundación trata de luchar también contra la pobreza energética, generando Cooperativas energéticas o Comunidades energéticas. Con este fin, y en colaboración con Light for Humanity, proporcionará electricidad a los Pueblos Madrina y también a la Cañada Real en Madrid. Se trata de lograr la autosuficiencia o "soberanía energética" de los pueblos y la generación de empleo rural.
En este sentido, se desarrollarán determinados proyectos forestales en la España vaciada, de la mano de ingenieros agrónomos y forestales en una especie de "traje a medida" para cada pueblo que aproveche su entorno y riqueza ecológica, con el fin de generar empleo rural, 4 o 5 empleos por pueblo.
Se crearán igualmente viveros forestales y de plantas ornamentales, así como hornos de leña vegetal y plantas de biomasa, entre otros proyectos, cada uno de los cuales será tutelado desde la Escuela de Ingenieros Forestales de Madrid y servirán para un trabajo fin de curso de los alumnos que terminan la carrera.