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El caso de Ángel Hernández, el hombre que en abril de 2019 ayudó a su mujer enferma de esclerosis múltiple a morir entra en una nueva fase. La Fiscalía de Madrid ha hecho público que solicita seis meses de prisión por la comisión de un delito de cooperación al suicidio, penado con hasta 10 años, han informado fuentes fiscales.
En su escrito de acusación, el fiscal subraya que María José Carrasco le expresó de forma "constante" su deseo de acabar con su vida por los "intensos" dolores "más allá de lo que podía soportar" por la enfermedad crónica que sufría. Finalmente, su marido "desamparado por la falta de ayudas institucionales" cumplió los deseos de su esposa.
La fiscalía valora el indulto
Por ello, le imputa un delito de cooperación al suicidio. Además, anuncia que "para el supuesto de que se dictase sentencia condenatoria y se tramitase expediente de indulto, el Ministerio Fiscal, atendidas las circunstancias concurrente en el presente caso, emitirá informe favorable".
La petición llega después de que la juez de Violencia sobre la Mujer número 5 haya concluido la causa. En este caso, la Fiscalía de Madrid se opuso a que la causa encajara en un delito machista al no existir un contexto de "dominación y discriminación " del hombre sobre la mujer.
Ella, 30 años enferma de esclerosis
El fiscal precisa que en este caso concurren las atenuantes de confesión y parentesco, relatando que en 1989 María José, la esposa de acusado y con quien mantenía una relación sentimental desde 1982, fue diagnosticada de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), "una enfermedad crónica degenerativa e incurable".
En 1999, el acusado se acogió a una excedencia laboral y, a partir de ese momento, "se dedicó en exclusiva al cuidado de su mujer". Se instaló incluso un equipo medicinal en el domicilio mientras que al mismo tiempo la mujer sufría un deterioro físico progresivo a consecuencia de la enfermedad, si bien, mantuvo siempre "íntegras" sus capacidades cognitivas.
Maria José expresó su deseo de acabar con su vida
A partir de 2014, "en pleno uso de sus facultades intelectivas y consciente por ello de las consecuencias de ello", la mujer exteriorizó, y no solo a su marido sino también a otras personas, su deseó acabar con su vida.
Por ello, se pusieron en contacto con la asociación 'Derecho a Morir Dignamente' (@derechoamorir) donde recibieron asesoramiento. "Aun a pesar del avance de la enfermedad, el nulo apoyo de las administraciones y la firme voluntad de María José de poner fin a su vida, Hernández intentaba disuadirla o cuanto menos retrasar el momento", recalca el fiscal.
Entró en cuidados paliativos
Sin tener constancia de la fecha determinada, pero antes de 2018, la fallecida, "que aun podía usar sus manos", compró a través de Internet un frasco de 100 mililitros de pentobarbital sódico y una vez recibido, "lo guardaron en el domicilio por si en un momento dado tenían que usarlo".
Mientras, la situación de la mujer de Hernández empeoró aún más "sufriendo intensos dolores; más allá de los que podía soportar". En agosto de 2018 la mujer entró en cuidados paliativos y desde ese momento sufrió múltiples ingresos hospitalarios.
Testamento vital
"También desde esa fecha, las peticiones de María José de poner fin a su vida dignamente fueron constantes. Hizo un testamento de últimas voluntades y manifestó de forma expresa que rechazaba su alimentación por vía artificial (sonda nasogástrica o gastrostomía percutánea)", precisa el escrito de acusación.
En vista de la situación, e "incapaz ver poder seguir viendo sufrir a María José, desamparado por la falta de ayudas institucionales, y por las peticiones continuadas, serias, expresas e inequívocas de esta, el Hernández decidió finalmente ayudar a María José a poner fin a su vida".
El 3 de abril la ayudó a morir
Tal y como había acordado la pareja, sobre las 10:00 horas del día 3 de abril del 2019, "estando solos en su domicilio, Ángel, con la intención de cumplir el deseo de María José, que estaba inmovilizada en su cama, vertió el pentobarbital sódico que tenían en un vaso con una pajita y se lo acercó a la boca, siendo Carrasco la que lo ingirió con la pajita. A los 10 minutos el pentobarbital sódico provocó la muerte de María José por una intoxicación aguda que provocó una depresión respiratoria y neurológica en ella".
Acto seguido, el acusado llamó a emergencias para contar lo que había ocurrido. Y esperó en el domicilio a la llegada de una dotación Cuerpo Nacional de Policía a los que le contó lo que había hecho. Hernández fue puesto a disposición judicial el día 4 de abril y allí, "no solo relató todo lo ocurrido, sino que además aportó toda la documentación y videos sobre los hechos que tenía en su poder. Documentos estos, que redujeron muy notablemente, las gestiones para el esclarecimiento de los hechos".