La relación amor odio de Franco con la masonería es uno de los episodios históricos más controvertidos de la historia de España del pasado siglo XX. El dictador, antes de serlo, solicitó su ingreso en la orden pero no lo consiguió y se convirtió su más acérrimo perseguidos. Por contra, su hermano, Ramón Franco, 'el rojo', sí era masón y según la hermana de ambos Pilar, fue "asesinado por los masones".
Siempre se ha dicho que Francisco Franco intentó ingresar en la masonería.Lo hizo en dos ocasiones, ambas en 1932 cuando aún era Teniente Coronel. La primera vez que solicitó su ingreso fue en la logia de Larache y cuando se le denegó lo intentó en Madrid, en la logia Plus Ultra.
En esta segunda ocasión tampoco se le permitió al futuro dictador el ingreso a pesar de que, o mejor dicho, precisamente por ello, su hermano Ramón Franco que sí era masón y miembro de Esquerra Republicana de Cataluña se negó a que ingresase en la logia por considerar que no era "un hombre recto y de buenas costumbres".
A esta opinión se suma Paul Preston: "Quienes debían admitirlo sabían que era un trepa, que no quería compartir la ideología masona, y sí medrar y ascender más rápido. La motivación familiar es más potente: el odio a su padre que, sin serlo, admiraba a los masones y era librepensador, bebedor, jugador y un mujeriego que abandonó a su mujer, la madre de Franco", ha declarado el historiador a nuestro compañero Miguel Lorenzi de la agencia Colpisa.
Sin duda alguna este fue uno de los motivos, posiblemente el principal, que llevó a Franco a odiar tan profundamente a los masones y a perseguirlos con saña. No solo le niegan dos veces la entrada sino que además es por causa de la negativa de su propio hermano menor.
El temible "contubernio judeomasónico"
Menos de dos meses después de dar el golpe de estado que desencadenó la sangrienta guerra civil que asoló España, el 15 de septiembre de 1936 Franco publicó su primer decreto contra la masonería y en su artículo 1 se podía leer: "La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión".
El 1 de marzo de 1940, firmó la ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás "sociedades secretas" que dio origen al Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo cuya primera decisión fue la requisa sistemática de todos los archivos, bibliotecas y editoriales pertenecientes a las diversas logias masónicas.
El aparato de represión franquista contra la masonería inició desde el primer momento una requisa sistemática de todos los archivos, bibliotecas y editoriales pertenecientes a las diversas obediencias y logias masónicas. Con esta Ley, Franco "construyó un mecanismo basado en el Derecho penal de autor que estuvo vigente en España hasta 1958. Se buscaba el total exterminio y humillación de los rivales políticos. Este Tribunal, guiado por el Catedrático de Derecho penal de Salamanca Isaías Sánchez Tejerina no admitió la asistencia jurídica de los imputados y edificó sus condenas en base a teorías conspirativas inverosímiles", explica el el penalista Guillermo Portilla Contreras, de la Universidad de Jaén, en su obra El derecho penal de la posguerra.
Su odio hacia todo lo masón era tal que desde el 14 de diciembre de 1946 hasta el 3 de mayo de 1951, firmó en el diario Arriba 49 artículos anti masónicosbajo el seudónimo de Jakim Boor y que en 1952 se reunieron en un volumen titulado Masonería. En sus páginas encontramos constantemente afinaciones como esta: "La masonería es un poder internacional secreto mucho más terrible que todos los fascismos habidos y por haber".
Tan grande era su obsesión que el dictador se la llevaría con él hasta la tumba. Y es que el 1 de octubre de 1975 cuando pronunció su último discurso público, desde el balcón del madrileño Palacio de Oriente, antes de morir seis semanas después, dijo: "Todo obedece a una conspiración masónica izquierdista en la clase política en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece”.
Durante más de 40 años Franco culpó de todos males de España a ese supuesto contubernio judeomasónico que, entre otros motivos, también le sirvió para justificar la sublevación militar que encabezó.
Sin embargo los historiadores distan mucho de pensar lo mismo. Paul Preston sostiene que "el contubernio fue una engañifa, apenas había judíos y masones en España. Hasta 1933 solo había 3.000 judíos en España. Otros 3.000 llegaron luego huyendo del nazismo. No estaban en circunstancias de controlar el mundo ni de destruir la Iglesia católica. Masones había algunos más. Relevantes republicanos, como Azaña, estaban en la masonería. Antes de la Guerra Civil no había más de 8.000 en las logias españolas. Pero su más enloquecido enemigo, el padre Juan Tusquets, compiló unas listas con 80.000 masones para la administración franquista".
Como se recordará Juan Tusquets Terrats fue un sacerdote, pedagogo, propagandista y feroz antisemita que elaboró listas de judíos y masones junto a su secretario y también sacerdote Joaquín Guiu llegando entre ambos a incendiar una logia para robar los documentos con los que elaboraría buena parte de los artículos antimasónicos que publicaba en el diario Carlista El Correo Catalán.
"El miedo es una gran ayuda para los dictadores"
Quizás uno de los mejores resúmenes que se han escrito sobre la relación de Franco con la masonería sea el del historiador Antonio Chazarra Montiel cuando escribió, tras confesar que le gustaba releer las páginas que dejó Indalecio Prieto, que "es una pena que el mundo del exilio nos quede tan lejano y que los textos de 'don Inda' sean tan poco leídos y comentados, cuando hay en ellos mucho que extraer".
"En una fecha tan temprana como 1953, publicó un más que interesante texto, escasamente conocido, eso sí, que lleva por expresivo título Franco y la Masonería, donde con la inteligencia y socarronería que eran tan habituales en él, Prieto pone algunos puntos sobre las íes, aclarando no pocas cosas. Lo más interesante, desde mi punto de vista, es cuando afirma: 'Franco no ha descabezado a la hidra masónica por no existir tal hidra'. No conforme con vestir el maniqueo, el dictador y sus adláteres tergiversan y utilizan a su antojo, las invenciones más truculentas sabiendo que mentían y dando rienda suelta a sus fantasmas interiores", escribe Antonio Chazarra
Y el historiador concluye: "El miedo es siempre una gran ayuda para los dictadores que no suelen dudar en inyectarlo a sus súbditos utilizando, además, argumentos que serían abiertamente ridículos si no fueran trágicos. Y es que una vez más, los bárbaros son quienes rechazan el modelo democrático y utilizan medios innobles y tiránicos para perpetuarse en el poder".
El hermano rojo "murió víctima de la masonería"
Ya se apuntó más arriba que el hermano menor del dictador era conocido como Ramón Franco, "el hermasno rojo de Franco" y él sí fue masón. Paso a la historia por la hazaña de vuelo del Plus Ultra que le convirtió en un verdadero héroe.
Ramón Franco y Julio Ruíz de Alda en el 'Plus Ultra'
Era el hermano cuyo carácter más se asemejaba al de su padre, Nicolás, de carácter extrovertido, despreocupado y rebelde. Su madre, como era costumbre en la época, esperaba que se dedicara a la vida eclesiástica pero él optó, como su hermano, por la carrera militar y en 1924 llegó a ser condecorado por su actuación en Marruecos durante la Guerra del Rif.
Sus éxitos como aviador le animaron a organizar un raid con rumbo a Sudamérica que pasó a la historia como "El vuelo del Plus Ultra", una travesía que debería completarse en Buenos Aires. El 22 de enero de 1926, el hidroavión Dornier Wal, bautizado como 'Plus Ultra',despegó de la localidad onubense de Palos de la Frontera, desde donde hacía 430 años habían partido hacia América las carabelas de Colón, para iniciar un vuelo que duró en total 59 horas y 39 minutos hasta llegar el 10 de febrero a Buenos Aires tras haber recorrido 10.270 km y haber hecho escalas en Las Palmas, Río de Jainero, Recife y Montevideo. Desdxe aquel momento, Ramón Franco ese convirtió en el héroe más popular de la España de los años veinte y fue nombrado gentilhombre de cámara con ejercicio del rey Alfonso XIII.
Sin embargo, también ha quedado dicho, Ramón Franco era muy diferente a su hermano Francisco. Tras solicitar voluntariamente su baja en el Ejército, se dedicó a la política. En las elecciones del 28 de junio de 1931 salió elegido diputado por Barcelona e integrándose en el grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
La República a le trasladó más tarde a la embajada de Washington donde se encontraba cuando su hermano dio el golpe de estado del 18 de julio de 1936 y quiso volver para ponerse al servicio de la España Republicana. Ante esto, el presidente Manuel Azaña dijo: "Que no venga; lo pasaría muy mal". Pero a pesar de ello, Ramón Franco viajó en octubre a Portugal y se unió por Extremadura a la zona de los sublevados.
Algunos historiadores han señalado que pudieron más los lazos de sangre que las ideas políticas y otros apuntan a una venganza por el fusilamiento de su amigo y compañero en el vuelo del Plus Ultra, Julio Ruíz de Alda, a manos de los republicanos en la Cárcel Modelo de Madrid.
Ramón Franco falleció en octubre de 1938 durante un vuelo que llevaba a cabo desde la base de Pollensa. Fue un accidente cuyas circunstancias nunca se esclarecieron, pero su hermana y la del dictador, Pilar Franco, siempre sostuvo que fue "asesinado por los masones" a los que pensaba denunciar en un libro titulado La burla del grado 33. Nunca sabremos la verdad.
Pilar Franco, muerta en 1989 a los 96 años de edad, siempre mantuvo que los masones habían amenazado de muerte a su hermano Ramón. El día del accidente aéreo que le constó la vida "mi hermano registró todo el avión antes de salir por si había una bomba o algún tornillo suelto. Le tendió una trampa un masón vestido de soldadito diciéndole que le llamaba el Generalísimo cuando no era así. Encontró una rueda totalmente rasgada. Había que cambiarla, pero la trampa masónica es que no había ruedas. Entonces le cambiaron el avión y el subió sabiendo que iba a la muerte, pero tenía que cumplir las órdenes y subió. La bomba que habían colocado explotó y se fue al fondo del mar en Valencia. Así murió Ramón, víctima de la masonería".
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.