Los expertos sentencian: "Las ciudades y las residencias tienen que adaptarse a los nuevos sénior"

La crisis sanitaria vivida en las residencias, sobre todo durante la primera ola, ha venido a confirmar que los mayores ya no quieren vivir en entornos masificados, necesitan una Atención Centrada en las Personas, contar con servicios de proximidad así como, preferiblemente, envejecer en su domicilio. Y para todo ello, resulta imprescindible cambiar el modelo habitacional actual y hacerlo más amigable y accesible.

Estas son algunas de las conclusiones de los expertos presentes durante la jornada ‘Soluciones habitacionales para los sénior’, organizada por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE (@FM_Ageingnomics).

En concreto, en el debate, moderado por el doctor en economía Iñaki Ortega (@InakiOrtega) y presentado por el director del Centro de Investigación Ageingnomics, Juan Fernández Palacios, han participado la gerontóloga Mayte Sancho (@sancho_mayte), el aquitecto José Antonio Granero (@OTTOGRAN), el consejero delegado de la Sociedad de Tasación (@stvalora_com), Juan Fernández-Aceytuno y el consejero delegado de MAPFRE Vida (@MAPFRE), Raúl Costilla (@rcostilla72). 

Un modelo basado en "la cercanía y la personalización"

"Vivir en un tercero sin ascensor con 85 años es generar un candidato a un centro residencial", ha sentenciado la gerontóloga y miembro del Comité de Expertos de 65YMÁS, Mayte Sancho, quien ha advertido que todavía queda mucho por hacer para lograr que los mayores puedan envejecer con calidad.

“Con la pandemia, han aflorado algunas carencias del sistema de cuidados, lo que nos ha hecho reflexionar como sociedad y ser más conscientes de la importancia de responder a las necesidades y los deseos de los mayores. Hay que avanzar mucho más en el modelo de cuidados de larga duración para poder mejorar la atención de las personas que sufren dependencia”, ha comentado y ha pedido desarrollar un sistema "dinámico que proporcione la cobertura que requieren los mayores, como los ecosistemas locales de cuidados, cuyo fin es crear redes y proyectos colaborativos para atender y cuidar a las personas mayores y dependientes desde la cercanía y la personalización”.

Para @sancho_mayte las viviendas colaborativas para mayores tendrán éxito si logran "dar respuesta a las situaciones de fragilidad" #EconomíaPlateada @rcostilla72 @InakiOrtega @OTTOGRAN@FM_Ageingnomics@fmapfre pic.twitter.com/RIe8Gggscv

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Y en este sentido, ha indicado, son interesantes iniciativas como el coliving o el cohousing. Eso sí, en este tipo de alojamiento no se debe perder de vista que no son iguales las necesidades de una persona de 75 años que las de una de 90. "Hay que tomarse en serio la heterogeneidad de los mayores", ha afirmado.

Por ello, cuando se diseñen estas viviendas, ha propuesto Sancho, se debe tener en cuenta que son hogares en los que pasar los últimos años de vida, por lo que deben contar también con servicios de cercanía que den "respuesta a la fragilidad". "La fórmula debe ser válida para el resto de su vida", ha sostenido.  

"El modelo de residencias no está agotado. Necesita cambiar", comenta el arquitecto @OTTOGRAN #EconomíaPlateada @sancho_mayte @rcostilla72 @InakiOrtega@FM_Ageingnomics@fmapfre pic.twitter.com/nOdH539tQX

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Una vivienda no adecuada puede agravar la dependencia

Y es que, según ha explicado el arquitecto José Antonio Granero, el que una vivienda sea o no adecuada "es un factor agravante de la fragilidad y la dependencia". "Es necesario plantearse casas para toda la vida. Nos encontramos ante una oportunidad para diseñar nuevos espacios, similares al hogar, donde se garantice la intimidad y se personalice el cuidado, características esenciales para contribuir a la calidad de vida, el bienestar físico y emocional de los mayores, un grupo cada vez más activo, productivo y que no podemos aislar”, ha apostillado.

“Se trata de poner el foco en el equilibrio entre intimidad, convivencia, funcionalidad, accesibilidad y tecnología y otros factores como el diseño, la calidad del espacio, la luz y la integración con la naturaleza de los espacios”, ha añadido. Y para ello, también es necesaria la colaboración de la instituciones y un cambio de mentalidad de la propia sociedad. "En la Ley de Vivienda no aparece la palabra mayor o dependencia", ha ejemplificado. 

"En la Ley de Vivienda no aparece la palabra mayor, edad o dependencia", comenta Juan Fernández-Aceytuno @stvalora_com #EconomíaPlateada @sancho_mayte @rcostilla72 @InakiOrtega @OTTOGRAN@FM_Ageingnomics@fmapfre pic.twitter.com/xZkuLc4n1t

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Una oportunidad económica

Además, el cambio de modelo también puede suponer una oportunidad económica para el país. “Hablamos de un colectivo que crecerá aún más en los próximos años, más exigente y preparado y con mayor conciencia de sus derechos, aspectos clave que ponen de manifiesto la necesidad y posibilidad de negocio que representa el ‘senior housing’ para el sector inmobiliario. Esta línea de negocio está fuertemente consolidada desde finales de los años 70 en países como Estados Unidos y Canadá, pero sin embargo en España es incipiente”, ha valorado el consejero delegado de la Sociedad de Tasación, Juan Fernández-Aceytuno. 

Por esta razón, ha opinado, es importante “encontrar un equilibrio entre las nuevas preferencias y necesidades de la demanda y la oferta inmobiliaria actual y futura, un cambio que deberá ser impulsado por las administraciones y que debe vencer algunas barreras, como la ausencia de regulación específica, financiación y falta de oferta de suelo público”. 

"Buscar alternativas de vivienda es el gran reto de la administración, con múltiples fórmulas que no sean sólo la compra-venta, como por ejemplo la hipoteca inversa", explica @rcostilla72 #EconomíaPlateada @sancho_mayte @InakiOrtega @OTTOGRAN@FM_Ageingnomics@fmapfre pic.twitter.com/T5qq5rIFWs

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La importancia de monetizar el patrimonio inmobiliario

“Para 2050 la mitad de la población en España será mayor de 50 años, tendremos estructuras familiares distintas y habrá 1,7 personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años. Aunque pueda parecer un escenario complejo, es consecuencia de que nuestra esperanza de vida será mayor, lo cual es una excelente noticia, pero requiere que tomemos las decisiones adecuadas en la planificación financiera para poder vivir esos años con calidad de vida”, ha indicado por su parte Raúl Costilla, consejero delegado de MAPFRE Vida y director general de Negocio y Clientes de MAPFRE Iberia.  

También se ha referido al ahorro de los españoles, “canalizado históricamente a través del ladrillo”, y que plantea un gran reto, que consiste en cómo monetizar o licuar el patrimonio inmobiliario de estas personas “para que vivan mejor, puedan disfrutar del ocio o, en caso de necesidad, puedan ser atendidos por especialistas y ayudar a sus familias”. 

En este sentido, se ha referido a la hipoteca inversa, negocio en el que MAPFRE entrará en los próximos meses de la mano del Banco Santander a través de una sociedad conjunta, y que permite a los mayores de 65 años complementar sus ingresos a través de la vivienda, sin renunciar a la propiedad de la misma, algo esencial para muchas personas.  

“Este producto no está suficientemente implantado en España debido, entre otros factores, a nuestra cultura de la vivienda como parte de la herencia y también a una falta de oferta en el mercado por experiencias pasadas. Sin embargo, crecerá en los próximos años, a medida que la media de edad de la población siga aumentando y se incorporen a este mercado compañías que generan confianza al consumidor”, ha concluido.