España lleva varias semanas registrando incrementos significativos de casos, hospitalizaciones y muertes por coronavirus. Y es algo, que se comienza a notar en el sector funerario, que ha comenzado a ampliar su plantilla de cara a lo que pueda venir en los meses de noviembre y diciembre.
Con todo, en esta ocasión, la situación es diferente a la de la primera ola. Por una parte, porque se conoce más al virus, la media de edad de los infectados es menor, se detecta precozmente y la gente se protege más. Y, por otra, porque la incidencia está algo más repartida por todo el país y no sólo en unos pocos focos (Madrid, Cataluña y las dos Castillas) como sucedió durante la primavera.
Aun así, visto que países vecinos como Francia han vuelto al confinamiento total y se preparan ya para un incremento importante de la mortalidad por COVID-19, las empresas funerarias aseguran que ya se están preparando para hacer frente a esta nueva ola, con el objetivo de que no se repitan escenas vividas en marzo como que hubiese morgues saturadas, esperas de más 48 h. para el levantamiento de cadáveres u hornos crematorios colapsados. Sobre todos estos temas ha conversado 65Ymás con el secretario general de la principal patronal de las funerarias PANASEF, Alfredo Gosálvez.
Pregunta - ¿Cómo se prepara el sector ante un nuevo aumento de casos en otoño/invierno?
Respueta - Las empresas de servicios funerarios llevan meses preparándose. También alertando sobre una posible conjunción con la gripe estacional. En primer lugar, hemos hecho refuerzos de plantilla superiores al 12% en un sector que cuenta con cerca de 12.000 profesionales en toda España. En segundo lugar, hemos reforzado el aprovisionamiento de sudarios y ataúdes, así como equipos de protección para los trabajadores (EPIs). Además, se han aumentado los crematorios en funcionamiento, etc. En Madrid, por ejemplo, se han aumentado los crematorios en funcionamiento de 28 a 34.
Y, por supuesto, se han establecido unos rigurosos protocolos de higiene y seguridad sanitaria, revisados periódicamente. Lo más reseñable es que PANAESF impulsó en verano la Especificación UNE 0069 junto a la Asociación Española de Normalización (UNE) y las empresas de servicios funerarios han establecido protocolos conforme a dicha especificación. Por ejemplo, se han elaborado planes de riesgo y gestión, protocolos de limpieza y desinfección en espacios públicos y su potencial clausura temporal, protocolos de atención e información a usuarios, disposición y reducción de equipamiento y mobiliario, medidas de distancia social de seguridad, empleo de mamparas protectoras, etc.
El objetivo es garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como de los familiares que vengan a velar a sus seres queridos. El proceso psicológico del duelo es vital para superar la pérdida de un ser querido y nuestro trabajo es garantizar que sea seguro.
"Estamos en torno a aumentos del 12% de media nacional respecto a los fallecimientos habituales".
P. - ¿Temen un nuevo colapso como el de marzo/abril si no se logra controlar la transmisión?
R. - En la primera oleada hubo un impacto muy desigual, con picos de hasta el 500% de aumento en el número de defunciones en Madrid. Afortunadamente, a día de hoy, no tenemos la incidencia de los primeros meses de la pandemia, aunque estamos en torno a aumentos del 12% de media nacional respecto a los fallecimientos habituales. Además, esta incidencia está más repartida, no hay un “efecto Madrid” tan claro. Desde luego los fallecimientos van en ascenso y hay que estar alerta, pero el sector se ha preparado y lo que pide es que las Administraciones cumplan su parte. No hablamos de cifras, detrás hay personas, con rostro y familia.
P. - ¿Qué lecciones han sacado de la primera ola?
R. - La necesidad de la coordinación con las administraciones públicas. Si toman el control de un servicio, con morgues provisionales, las administraciones tienen que contar con expertos asesores del sector. Debe haber coordinación con las empresas funerarias. Tenemos la experiencia y somos los que estamos a pie del cañón gestionando sobre el terreno. Si llega el momento, no podemos enterarnos de nuevo de la creación de morgues provisionales por la prensa o con un telefonazo.
En esta segunda ola hay una línea directa con el Ministerio de Sanidad que no hubo en la primera. Falta por ver si los gobiernos autonómicos, que gestionan esta nueva fase de la epidemia, atienden a nuestros llamados e integran expertos del sector en sus centros de decisión.
"En esta ocasión, no hay factor sorpresa".
P. - ¿Qué queda por hacer para que no se repitan escenas como la saturación de los hornos crematorios y las esperas de 48 h para recoger los cuerpos en las zonas más afectadas?
R. - En la última oleada hubo una saturación de zonas concretas como Madrid, esta vez no estamos en la misma situación. Hay una incidencia más repartida. Además, el sector está mucho más preparado, hay más trabajadores y más hornos crematorios en funcionamiento en las zonas donde hay mayor nivel de alerta, etc.
P. - ¿Creen que será necesario volver a contar con morgues como la de El Palacio de Hielo instalada en Madrid o no llegaremos a ese punto?
R. - Las morgues provisionales se abrieron a iniciativa de las Administraciones Públicas y contaron con apoyo de la UME, pero apenas hubo coordinación o participación del sector funerario en su establecimiento. Sólo podemos decir que, si desafortunadamente llega nuevamente la ocasión, esta vez y a petición de la patronal del sector funerario el Ministerio de Sanidad y el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha establecido línea directa con representantes del sector. Pedimos a las Comunidades Autónomas que hagan lo mismo. En esta ocasión no hay factor sorpresa y desde el sector funerario hemos hecho los deberes con refuerzo de plantilla, instalaciones y materiales. Dicho esto, ojalá no tengan que volver a abrirse morgues provisionales.
P. - ¿Cómo está afectando el coronavirus al sector desde el punto de vista económico?
R. - En contra de lo que la gente puede pensar, estimamos una caída de más del 40% de facturación durante el primer semestre de 2020. Hay menos servicios por las restricciones y más costes. Los costes adicionales asociados a la COVID-19 van desde el cierre de salas, la prohibición de ceremonias, la compra de equipos de protección y sudarios específicos o los notables refuerzos de plantilla, que incluyen cientos de horas extras, etc.
P. - ¿Están notando un aumento en el número de incineraciones con la pandemia?
R. - La tendencia al aumento de incineraciones viene de lejos y se ha reforzado con la COVID. No tenemos un análisis detallado de cifras, pero podemos asegurar que el incremento ha sido muy, muy grande con motivo de la pandemia.
"El cambio de hábitos más destacado fue el aumento de peticiones de ceremonias en streaming".
P. - ¿Cómo están viviendo los familiares las restricciones de aforos impuestas por las administraciones en los velatorios y funerales? ¿Han planteado alternativas online para que más personas puedan asistir en esos difíciles momentos?
R. - A día de hoy, las instalaciones funerarias están abiertas, aunque con aforo limitado, distancia de seguridad, protocolos de higiene reforzados, más personal… El aforo permitido varía según la comunidad e incluso la ciudad, de acuerdo con la incidencia del virus en cada momento.
Durante el pico de la pandemia los tanatorios llegaron a estar cerrados, sólo podían acudir tres familiares a despedir a su ser querido, aunque, por ejemplo, el número de hijos fuera mayor. Fue muy duro. Se rompe el proceso de duelo, el acompañamiento que ayuda a decir adiós. El cambio de hábitos más destacado fue el aumento de peticiones de ceremonias en streaming.
Estas ceremonias digitales aportan ahora una alternativa frente al virus, pero en el futuro se mantendrán. Servirán para acortar distancias si los seres queridos de un fallecido están en ciudades o países distintos. La innovación es parte del sector funerario, la gente se sorprendería.
P. - ¿Cómo están viviendo el aumento del número de decesos por coronavirus de las últimas semanas?
R. - Es descorazonador, incluso estando mentalizado y preparado, la cantidad de personas que nos están dejando. Nuestros profesionales están en contacto directo con la realidad más dura de esta enfermedad, con el dolor de las familias. Sólo podemos acompañarlas y honrar a los fallecidos. También agradecer a los trabajadores del sector su esfuerzo diario, ya que son el último eslabón de la cadena sanitaria que realizan una labor social y de acompañamiento imprescindible.
A todos ellos, víctimas, familiares y profesionales, hemos querido rendir homenaje en estas fechas de recuerdo, con motivo del Día de Todos los Santos. Desde PANASEF hemos impulsado homenajes en las empresas de servicios funerarios de toda España para una fecha tan señalada para el recuerdo de los que no están. En primer lugar, con un minuto de silencio que guardará todo el sector simultáneamente.
Por otro lado, hemos querido recurrir al lenguaje universal de las flores, íntimamente ligadas a la profesión y al adiós de los seres queridos, para decir mucho más que lo que se puede decir con palabras’. Destacará el uso en los homenajes de la jornada de tres tipos de flores concretas por su simbología distinta y complementaria. El crisantemo, que representa la eternidad, con el objetivo de honrar la memoria de los fallecidos; el clavel, la admiración y el cariño sincero para con las familias y, la gerbera rosada, el agradecimiento a todos los profesionales por su compromiso diario.