El Gobierno prevé, al fin, mover ficha contra la soledad. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 (@MSocialGob) lleva meses trabajando en una estrategia nacional para combatir la pandemia de la soledad no deseada, que ya acechaba a los mayores (aunque no sólo a ellos) antes de la aparición del coronavirus, que los perjudicó con especial virulencia durante la COVID-19, y que lo sigue haciendo hoy día.
Tal y como publica el Periódico de España, el departamento dirigido por Ione Belarra estaría diseñando un plan con el objetivo de reducir los niveles de soledad en las personas mayores en situación de dependencia con un marco temporal fijado entre 2023 y 2030. Por el momento, no hay detalles de las líneas de actuación de este plan.
Este mismo año, a finales de abril, se creó el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, lanzado por Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE) en colaboración con otras entidades como: Cruz Roja, CERMI, la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), ONCE, la Plataforma del Tercer Sector, la Plataforma del Voluntariado, la Red Contra la Soledad No Deseada, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, la Unión General de Trabajadores, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, la Federación Española de Municipios y Provincias o el Consejo de la Juventud de España.
Este noviembre, el Observatorio ofrecía los primeros datos: una de cada cuatro personas piensa que la soledad no deseada es uno de los principales problemas sociales a los que se enfrenta el país. El 90% piensa que todos podemos sufrir soledad en algún momento de nuestra vida y el 70%, conoce a personas en su entorno que sufren aislamiento involuntario.
El presidente de la PMP (@PlataformaPMP), Ángel Rodríguez Castedo, reivindicaba durante la presentación del Observatorio la “urgente necesidad de elaboración y puesta en marcha de una estrategia a nivel estatal y de las administraciones públicas que permita prevenir y combatir la soledad no deseada”.
Rodríguez Castedo destacaba que este Observatorio, “sin duda, será un importante actor en la generación de conocimiento y que permitirá hacer más visible el problema de la soledad no deseada que afecta a tantos miles de personas, principalmente personas mayores y, entre ellas, una mayoría de mujeres”. Y parece ser que, en efecto, ha visibilizado el problema de cara a la Administración.
En España había 4.849.000 personas viviendo solas en 2020, de las cuales 2.131.400 personas, es decir un 43,6%, tenían 65 o más años. Y de ellos, 1.511.000, un 70,9%, eran mujeres. Los datos son abrumadores. En nuestro país, una de cada cinco personas mayores de 65 años vive sola. Más de 2 millones, según datos del INE. Entre ellas, más de 850.000 superan los 80 años y la gran mayoría son mujeres: 662.000. Además, un 27% de las personas mayores atendidas por Cruz Roja no reciben visitas nunca o casi nunca y un 23% no tiene a quién contarle sus problemas.
Derechos Sociales, tal y como recoge EPE, admite desconocer la dimensión exacta del problema, es decir, cuántas personas en España sufren la soledad no deseada, tanto por la limitación en los datos disponibles, como por la necesidad de instrumentos de medición o una limitada evidencia sobre los resultados de las intervenciones que ya están en marcha. Así, confirman que trabajan para plantear un Observatorio de la Soledad nacional que aúne recursos, herramientas, encuestas etc.
El ministerio dirigido por Ione Belarra sí coincide en que son las mujeres las que más sufren la soledad, por motivos como la viudedad y el hecho de su mayor longevidad, una mayor carga de cuidados y menores vínculos sociales ligados con el ámbito laboral.
Durante los últimos años, se realizan actividades desde los ayuntamientos y desde muchas fundaciones, que han establecido políticas al respecto y realizan actividades grupales para detectar riesgos en las personas mayores, entre ellos el de la soledad no deseada. Son iniciativas muy interesantes, pero aún escasas y sin conexión entre ellas.
La mayor parte de las Comunidades Autónomas tienen políticas en materia de soledad y, especialmente, de soledad no deseada. Son proyectos que tiene como objetivo principal reducir la soledad y el riesgo de aislamiento y exclusión social de las personas mayores. Aunque todavía queda mucho por hacer. Para los expertos, resulta imprescindible la cooperación entre diferentes administraciones, locales y autonómicas. En opinión del presidente de la PMP, “es importante apoyar la labor de los ayuntamientos de una manera especial, dado que de ellos dependen muchos de los servicios de proximidad tan relevantes en este contexto, así como también el trabajo de las diversas organizaciones sociales que vienen prestando servicios y financiar aquellos proyectos que se sabe que funcionan”.
