Carlos Blanco Cocho
Sociedad
Así se apodera la grasa de los ganglios linfáticos a medida que envejecemos
Los ganglios linfáticos se ocupan de transportar los glóbulos blancos por todo el cuerpo
¿Por qué, a medida que envejecemos, somos cada vez más vulnerables a cánceres, enfermedades autoinmunes y demás dolencias? ¿Qué le ocurre a nuestro sistema inmunitario que pierde su capacidad de defendernos? Existe un proceso que sobreviene con la edad y que convierte a los ganglios linfáticos, la sede del sistema inmunitario, en órganos con cada vez menos capacidad de respuesta frente a las infecciones o las enfermedades.
Este proceso, conocido como lipomatosis ganglionar, consiste básicamente en una transformación paulatina del tejido del que se componen estos ganglios -conocido como estroma- en tejido adiposo, es decir, en grasa. A pesar de su importancia, la lipomatosis no ha sido objeto de demasiadas investigaciones y no se pueden hallar demasiados estudios que se zambullan en sus causas y consecuencias. Sin embargo, una publicación de la Universidad de Uppsala, en Suecia, ha decidido dar el primer paso.
Consecuencias desde el inicio
El estudio, que ha sido lanzado por la Journal of Pathology, ha analizado minuciosamente más de 200 casos y ha encontrado, entre otras cosas, que incluso las primeras fases de este proceso, casi imperceptibles al examen médico, alumbra nefastas consecuencias para el paciente. Desde el principio, acarrea una perceptible incapacidad para responder ante diversos desafíos inmunitarios.
Según ha comentado la autora principal del estudio Tove Bekkhus, "nuestro estudio es un primer paso hacia la comprensión de por qué se produce la lipomatosis, y hacia el objetivo a más largo plazo de encontrar formas de prevenir su progresión y la destrucción del ganglio linfático".
En cuanto al mecanismo en sí, han descubierto que todo se origina en la médula, en la parte central de los ganglios, que es la primera en acusar la transformación en tejido adiposo. Después, se extiende al resto de la estructura e incluso puede llegar a afectar a los fibroblastos, a las células de sostén que, en función de su tipo, sucumben más o menos rápido ante su avance.
Vacunas y personas mayores
La afectación en los ganglios linfáticos acaba trastocando la relación entre el sistema inmunitario y el circulatorio. Los vasos sanguíneos y los linfáticos especializados en la transmisión de las células inmunitarias también acaban transformándose y la respuesta inmunológica se resiente a un nivel general.
De aquí, por tanto, podría partir una explicación de la peor respuesta que las personas mayores suelen tener hacia las vacunas. En última instancia, la grasa va apoderándose de todo el ganglio y su capacidad para responder ante una amenaza desaparece completamente.
Por su parte, una de las coautoras Maria Ulvmar subrayó la importancia de este factor a la hora de estudiar la respuesta de los mayores ante los vacunas o las infecciones. "Los cambios que observamos también son muy relevantes para la investigación del cáncer, ya que en varios tipos de cáncer los ganglios linfáticos son el primer lugar al que se diseminan las células cancerosas"