Los biomarcadores del envejecimiento resultan impredecibles para valorar los verdaderos resultados sobre la salud, así lo ha determinado un grupo de científicos en una investigación, en la que han descubierto que existen dos edades biológicas distintas, lo cual cuestiona el uso de estos biomarcadores. ¿Qué están midiendo exactamente? Esta es la pregunta de la que han partido.
Diferentes aspectos, como el ejercicio, la dieta o el estrés afectan de una manera determinada a nuestra calidad de vida, sin embargo, no está claro cuáles son los procesos que realmente impulsan el envejecimiento. Por lo general, la edad es medida contando los años desde el día de nacimiento, sin embargo, los autores del estudio, señalan que las células "no entienden nada del tiempo cronológico", es decir, que nuestro cuerpo puede envejecer más o menos rápido independientemente del paso del tiempo.
Así, consideran necesario buscar métodos para medir la "edad biológica" de nuestras células, ya que esta podría ser diferente de nuestra edad cronológica. Los biomarcadores del envejecimiento "podrían proporcionar una forma de medir la salud que podría revolucionar la manera en que practicamos la medicina", si se usaran para rastrear la edad biológica a lo largo del tiempo y medir el efecto de aspectos como el ejercicio, la dieta o el consumo de determinados fármacos, prediciendo sus efectos para prolongar o mejorar la calidad de la vida de una persona. Es decir, podríamos "empezar a tratar el envejecimiento en si mismo".
El problema, según indican, es que actualmente no se cuenta con ninguna prueba que mida la edad biológica de forma precisa, ya que aún no se sabe qué causa el envejecimiento. En este sentido, un equipo científico del Centro de Regulación Genómica (CRG), en Barcelona, ha creado una especia de máquina de la esperanza de vida, que busca esos biomarcadores del envejecimiento en gusanos C. elegans. Esta máquina recopila datos a una resolución y escala estadística de gran tamaño, analizando el comportamiento de estos gusanos desde que nacen hasta que mueren.
La 'Máquina de esperanza de vida'
Los resultados de la investigación, publicados en la revista PLOS Computational Biology, establecen que estos gusanos tienen al menos dos procesos de envejecimiento parcialmente independientes que ocurren al mismo tiempo: uno que determina el cese de movimiento vigoroso y otro el momento de la muerte. En otras palabras, cada gusano tiene al menos dos edades biológicas distintas.
Según los investigadores, la herramienta genética utilizada permitiría controlar la tasa de envejecimiento de los gusanos, pudiendo incluso controlar su esperanza de vida.
Sin embargo, los humanos son más complejos, por lo que "es probable que tengan un número mayor de edades biológicas. El estudio demuestra cómo múltiples procesos de envejecimiento, en su mayoría independientes, pueden funcionar en conjunto para hacer que diferentes partes del animal envejezcan a diferentes ritmos. Los hallazgos cuestionan el concepto de que los animales tienen una medida única y unitaria de la edad biológica que puede ser indicativa de la salud general de un individuo".
El estudio también refleja que "independientemente de las mutaciones e intervenciones que alteran la esperanza de vida en los nematodos, la correlación estadística entre las distintas edades biológicas se mantiene constante. Esto sugiere la existencia de una cadena de mando invisible, o estructura jerárquica, que regula los procesos de envejecimiento de los gusanos y cuyos mecanismos aún no se han descubierto. Esto significa que, si bien los procesos de envejecimiento pueden ser independientes, también es cierto que algunas personas envejecen más rápido y otras más lentamente”.
"Nuestro modelo muestra que los biomarcadores pueden desvincularse trivialmente de los resultados porque miden un proceso de envejecimiento que no está directamente relacionado con el resultado, sino que simplemente se correlaciona con él en un sistema de procesos jerárquicos", explica el Dr. Nicholas Stroustrup, jefe de grupo en el programa de investigación de Biología de Sistemas del CRG, es el responsable de construir el Lifespan Machine (Máquina de la Esperanza de vida). "Es decir, el hecho de que dos partes de un individuo tiendan a correlacionarse en su edad biológica, no significa que una sea la causa de la otra, o que es probable que compartan mecanismos de envejecimiento".
En su opinión, sería necesario encontrar biomarcadores que midiesen procesos de envejecimiento distintos e interactivos que también se correlacionen mínimamente entre sí. "Los biomarcadores utilizados para evaluar la edad biológica pueden cambiarse sin que esto signifique pasar de un envejecimiento rápido a un envejecimiento lento. Los investigadores deberían centrarse en medir el efecto de las intervenciones sobre los resultados funcionales, en lugar de suponer que los cambios en los biomarcadores predecirán los resultados de forma directa", concluía.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.