La Guardia Civil advierte sobre los únicos tres casos en los que se puede tocar el claxon

En cuanto empiezan a haber problemas en la carretera, muchos conductores no pueden resistir la tentación y se ponen a tocar el claxon como si el fuerte sonido fuera a solucionar algo. No hay más que recordar lo que suele ocurrir en los atascos. Pese a que los bocinazos no hacen más que crispar los nervios y crear el ambiente perfecto para que haya un roce o un golpe más violento, la gente recurre insistentemente a ellos. Y es que, utilizar la bocina en casos en los que no corresponde, puede resultar tan peligroso que acarrea una sanción. 

 

De hecho, solamente hay tres situaciones en las que su uso está justificado. Tres situaciones que ha enumerado la Guardia Civil en un reciente tuit. De ellas, dos se refieren a dos casos bastante claros mientras que el tercero está, sin duda, más abierto a interpretaciones, a la sensación subjetiva del conductor. 

En caso de adelantamiento

La típica carretera nacional de 90 kilómetros por hora de límite, un coche que anda, hablando en plata, de domingueo y un conductor que quiere adelantar pero que, por desgracia, se encuentra con un compañero de circulación que no se da cuenta de que debe ponérselo fácil para que lo haga. En estos casos, informa el cuerpo, está perfectamente justificado tocar el claxon para que el otro salga de su indiferencia y ceda algo más de terreno. Eso sí, este caso solamente aplica fuera de poblado.

En caso de emergencia 

 

Lo más parecido a una sirena de ambulancia que tiene un vehículo común y corriente es el claxon. Si, por algún casual, haya que transportar a una persona al hospital lo más pronto posible y no se pueda recurrir a una ambulancia, la Guardia Civil asegura que se puede emplear la bocina para alertar al resto de la carretera que tiene que hacer hueco para dejar pasar. 

Para evitar un accidente

 

Por supuesto, la percepción de los riesgos varía bastante de una persona a otra. Seguramente uno crea que está justificado utilizar el claxon en un caso en el que otro nunca hubiera visto un peligro. El único factor objetivo mencionado por la normativa a propósito de esta situación reza así: "de modo especial, en vías estrechas con muchas curvas". En otras palabras, cuando la visibilidad no sea la mejor. Por ejemplo, en caso de que un coche esté desaparcando y no vea que está a punto de chocar. 

Y, ¿a qué tipo de multa se exponen los que echan mano de la bocina cada dos por tres? Al tratarse únicamente de una infracción de carácter leve, no ascenderá más allá de los 80 euros. Eso sí, existen otras faltas relacionadas con esta parte del coche que sí pueden conllevar una multa más estricta. Por ejemplo, si se circula sin claxon o si se utiliza una sirena a pesar de no ser un vehículo prioritario, que pueden conllevar una sanción de hasta 200 euros.

Las señales del claxon

Señal que obliga a usar el claxon

 

De la misma manera que existen situaciones en las que está permitido emplearlo, también hay casos en los que la utilización del claxon es obligatoria. En ellos, nos encontraremos con una señal azul de forma cuadrada en la que se nos pide su empleo. Suelen estar presentes en carreteras especialmente estrechas en las que la visibilidad sea muy complicada o en puentes angostos donde el cambio de rasante sea tan pronunciado que no se pueda vislumbrar el otro lado.