Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl incremento de casos de insuficiencia renal y enfermedades relacionadas con este órgano, puede ser consecuencia del aumento de casos de ciertas enfermedades crónicas y degenerativas como la diabetes, el aumento de peso, la obesidad, problemas cardiovasculares y algunos malos hábitos que inciden en el funcionamiento de este órgano.
La insuficiencia renal crónica (IRC) es un padecimiento que afecta la calidad de vida tanto de quien padece esta enfermedad, como de sus familiares; y la prevención tiene un papel clave para retrasar su aparición.
En este sentido, adquirir unos hábitos en cuanto a la alimentación y un estilo de vida saludable, ayudarán a cuidar el riñón y su función, tan necesaria para el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.
1. Lleva una dieta equilibrada. Siempre hablamos de lo mismo, la importancia de una dieta equilibrada, con alimentos de todos los grupos en su cantidad diaria recomendada para nuestra edad, género y actividad física diaria.
2. Mantén una buen hidratación. Beber suficiente líquido es necesario para hidratar todo el organismo, pero también para limpiar el riñón, bajar la densidad de la orina y evitar que se acumulen depósitos sólidos que pueden dificultar la función renal.
3. Cuidado con el sodio. Hay que reducir el consumo de sal. Para ello empieza a cocinar usando especias en vez de sal, Al principio será raro, pero poco a poco te acostumbrarás. También revisa las etiquetas de los alimentos enlatados, no todos llevan la misma cantidad de sodio.
4. Reduce el consumo de grasas, en concreto el de las carnes rojas. Si la consumes procura que sean las partes más magras. En el caso del pollo, quítale la piel. Y los embutidos, que sean solo excepcionalmente.
5. Reduce el consumo de proteínas de origen animal. Para mantener el aporte proteico aumenta las de origen vegetal, leguminosas. Son de buena calidad y bajas en grasa.
6. Aumenta en consumo de fibra a través de frutas, verduras, cereales de grano entero y leguminosas. De esta manera evitarás el acúmulo de calcio en la orina y el riesgo de que se produzcan cálculos renales.
Por otro lado, es importante que moderar el consumo de algunos alimentos que, por su composición, ricos en fosfatos y oxalatos, pueden provocar cálculos renales. Estos alimentos son el chocolate, el té, los refrescos de cola y las espinacas, ricas en oxalatos.
Finalmente, realizar ejercicio diario, además de reforzar el aparato locomotor -huesos y músculos-, también ayudará a mantener el peso, una buena hidratación, a activar la circulación sanguínea y oxigenación del organismo, incluido los riñones.