Sociedad

"Cuando niegas a un vecino una rampa o un ascensor, te lo estás negando a ti mismo en el futuro"

María Bonillo

Foto: Bigstock

Lunes 10 de octubre de 2022

8 minutos

Hacer accesible la vivienda "mejora la independencia y la calidad de vida" de los mayores

COCEMFE pide que se incluyan las obras de accesibilidad en la Ley de Propiedad Horizontal  Foto: Bigstock
María Bonillo

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Lunes 10 de octubre de 2022

8 minutos

Vivir la vejez en soledad es el "gran temor" de casi la mitad de los españoles

 

La soledad en la vejez puede estar provocada por diferentes situaciones, y una de ellas es la accesibilidad de la vivienda. El 48% de los españoles teme sufrir soledad de mayores, según el estudio Los españoles ante la vejez, de la Fundación Mutua de Propietarios (@FundacionMdP), realizado en colaboración con la Universidad de Barcelona (@UniBarcelona). A este temor se le suman, entre otros, los problemas de movilidad, que preocupan al 68% de la población y que, según explica a 65YMÁS la vicepresidenta ejecutiva de la fundación, Laura López Demarbre, pueden "afectar la calidad de vida de las personas". 

Según la Encuesta Continua de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a 2020, en España un 9,98% de la población tiene 75 años o más, es decir, 4,73 millones de personas, de los cuales un 35,1% de las mujeres y un 14,7% de los hombres entre 75 y 84 años viven solos. Además, este porcentaje aumenta hasta el 44,1% y el 35,1%, respectivamente, a partir de los 85 años. En lo que respecta a los problemas de movilidad, una de cada 3 personas mayores de 75 años tiene dificultades para acceder desde la calle a su vivienda, ya sea porque no hay ascensor, porque tiene que subir de forma obligatoria escaleras, o por ambos factores.

De acuerdo con esto, el informe de la Fundación Mutua de Propietarios alerta de que un 51% de las viviendas está poco o nada adaptada, siendo las puertas automáticas (53%), suelos antideslizantes (43%) y rampas (38%) los elementos no disponibles que podrían facilitar la movilidad. Por el contrario, el ascensor (68%) o el plato de ducha (57%) son elementos que la mayoría, o bien ya lo tienen disponible, o bien consideran que no es necesario.

Las doctoras Manuela Alcañiz y Mercedes Ayuso, de la Universidad de Barcelona explicaban que "en sociedades envejecidas, es necesario mejorar la accesibilidad a la vivienda para garantizar que actividades fundamentales, como ir a comprar o ir al médico, puedan efectuarse con facilidad".

En este sentido, según la vicepresidenta ejecutiva de la Fundación, es difícil cuantificar si se están llevando a cabo las medidas necesarias. Hace referencia a otro estudio que realizaron, que reflejaba que "mucha gente espera que, por parte del Gobierno, se solucionen estos problemas. Pero la realidad, aunque puede haber ayudas o medidas, es que el peso recae de forma importante en las familias o las propias personas que tienen los problemas". 

López Demarbre señala los fondos Next Generation, enfocados en la eficiencia energética, que asumen un nivel de reforma del edificio con la que existe la posibilidad de incluir también obras de accesibilidad; también ayudas propias dependientes de las comunidades o ayuntamientos; el programa 'Sin barreras' de la Fundación Mutua de Propietarios, con el que "damos ayudas a fondo perdido para que las zonas comunes de las comunidades de propietarios puedan ser mas accesibles"; y otro con el que la fundación subvenciona los intereses de los préstamos, "que son para todo el territorio nacional". "En breve abriremos esa convocatoria, y dentro de lo que nosotros podemos accionar como palanca desde la fundación, lo hacemos", asegura.

A pesar de todo, considera que, a nivel general, estas ayudas "más o menos puntuales o de mayor o menor intensidad dependiendo de la comunidad o el ayuntamiento y los recursos que tengan, no son suficientes", sobre todo teniendo en cuenta el ritmo de envejecimiento de la población. "Por un lado, es maravilloso que podamos vivir tantos años, y además con una calidad de vida bastante alta, pero sigue faltando mejorar la accesibilidad de los edificios", afirma.

"Como las viviendas que tenemos no fueron construidas con criterios de accesibilidad, es normal que ahora, con una sociedad no tan joven, en la que los baby boomers se van haciendo más mayores, que esas necesidades cada vez serán mas importantes para todos", explica.

 

Hacer accesible la vivienda “mejora la independencia y la calidad de vida” de las personas mayores. Foto: BIgstock

El rol de las personas mayores ha cambiado

Desde la fundación destacan que la subida de precios y la pandemia han influido en agravar estas preocupaciones. De hecho, un 34% de los mayores señala que tendrá dificultades para mantener la calefacción encendida; un 43% para hacer frente a imprevistos superiores a 750 euros; un 42% para irse de vacaciones al menos una semana al año; un 36% para reponer elementos de casa gastados; y un 30% para hacer regalos a la familia o amigos. "Todo esto no deja de ser un reflejo de todo lo que ha ocurrido", aseguran. 

Además, Laura destaca que "el rol del mayor ha cambiado en estos años. Antes, se les visitaba esporádicamente, los hijos se habían independizado, pero muchos con la pandemia tuvieron que volver a casa de sus padres". En concreto, en el informe se aclara que un 85% confirma que "las personas mayores ayudan a sus familias". 

Sin embargo, vivir con los hijos no supone ninguna mejora económica para los mayores, todo lo contrario, ya que, en muchas ocasiones, la razón para volver a vivir con los padres son las dificultades económicas, por lo que estos hijos no aportan, sino que los ingresos de las personas mayores son los que se reparten entre todos los miembros del hogar.

Así, "las pensiones de los mayores, que de alguna forma son lo que tienen para afrontar su vejez en el día a día, se convierten en una renta repartida entre todos los miembros de la familia. Esa presión al pensar que ese dinero ya no es solo para sus gastos, sino que vuelven a tener una parte de la familia que depende de ellos, evidentemente genera una mayor preocupación. Si a eso le sumamos la factura Covid, reformas en el hogar, gastos imprevistos, subida de precios... pues es normal que estén preocupados". 

 

Hacer accesible la vivienda “mejora la independencia y la calidad de vida” de las personas mayores. Foto: Bigstock

"Todos nos hacemos mayores"

La accesibilidad en el interior de una vivienda "afecta a la calidad de vida de una persona". Tal y como explica Laura, "el poder de adaptar una vivienda garantiza una mayor autonomía por parte de la persona sin necesidad de tener que recurrir a un recurso externo", permitiéndole vivir de forma independiente durante mucho más tiempo. 

Ocurre lo mismo con las zonas comunes del edificio. "Cuanto más mayores nos hacemos y aumentan los problemas de movilidad, más pereza nos da salir de casa, lo cual conlleva que la vida social, que es lo que al final nos mantiene activos, sanos y de buen humor, se vea afectado. Superar un peldaño o no tener una rampa, muchas veces impide a una persona poder salir de su casa sin la ayuda de un tercero, lo cual ya limita mucho porque significa que si no tienes ayuda, no sales de casa. Esto acaba afectando considerablemente el bienestar de la persona y su buen desarrollo en esos años ganados de más que tenemos en España, frente a otros países", añade.

En ocasiones, estos cambios necesarios para adaptar las viviendas (o la imposibilidad de llevarlos a cabo) pueden echar para atrás a las personas. Según indica la vicepresidenta ejecutiva de la fundación, lo que suele ocurrir es que hay "una razón económica": "Al final, hacer estos cambios (como colocar un ascensor, que de promedio cuesta entre 60.000 y 80.000 euros para una comunidad) supone un desembolso muy grande de dinero, que provocará que se deba renunciar a otras cosas para poder hacer frente a la obra. La normativa varía según la zona, pero siempre que se plantea la realización de una obra de accesibilidad, se obliga a unos mínimos que se deben cumplir, sin embargo, esto no evita que sea una experiencia un poco traumática en la que muchas veces también se mezclan deseos contrapuestos entre vecinos. Por tanto, siempre es difícil de gestionar".

Desde la Fundación Mutua de Propietarios consideran que "poco a poco va cambiando esta situación" y que la gente se va concienciando de esta necesidad. "Todos nos hacemos mayores, y ya no es la percepción de que la movilidad reducida solo es el que va en silla de ruedas, sino que es algo que nos acabará afectando a todos", indica Laura. "Por tanto, hay que comprender que cuando estás negando a un vecino poner una rampa o un ascensor, te lo estás negando a ti mismo, quizás no para hoy, pero sí para un mañana". 

"Creo que con esta generación de baby boomers, que no deja de ser la generación más multitudinaria, que ahora empieza a hacerse mayor pero todavía son jóvenes, sí que empiezan a tener más concienciación, porque han vivido cómo sus padres sufren estas dificultades. Quizás años atrás no se le daba tanta importancia a este tema, era un país de jóvenes, pero ya no", concluye. 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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