La Guardia Civil (@guardiacivil) ha iniciado una investigación para averiguar de dónde proceden los huesos humanos que fueron hallados en un sendero del municipio valenciano de Picassent, por un hombre que paseaba a su perro.
Entre los restos enterrados a poca profundidad, se encontraban dos cráneos y tres fémures de diferente tamaño, que según los primeros análisis pertenecen a tres personas.
El descubrimiento tuvo lugar el 25 de abril cerca de la urbanización de l'Alteró de Mopoi, a escasos metros de la carretera CV-415 (Silla-Alborache). La Guardia Civil de Picassent tras recibir el aviso de hombre que encontró los huesos, se desplazó al lugar junto con el forense de guardia.
Mientras esperaban la llegada de la Policía Judicial, tal y como establece el protocolo, acordonaron la zona para que los especialistas pudieran examinar los huesos, y tomaran las fotografías necesarias de los restos, antes de embolsarlos y trasladarlos al Instituto de Medicina Legal de Valencia.
Primeras hipótesis
Aunque la Policía Judicial de la Guardia Civil de Picassent se hizo de las primeras investigaciones, serán los antropólogos forenses los que determinarán la muerte aproximada de los restos encontrados, cuando finalicen los análisis que están realizando.
Una de las hipótesis es que los restos procedan de algún cementerio cercano donde se habrían realizado obras y movimientos de tierra, aunque no se descartan otras opciones.
Los restos fueron hallados en un lugar que forma parte del itinerario de una ruta de senderismo por lo que el tránsito de senderistas es frecuente.
La Unidad de Antropología y Odontología Forense determinarán la antigüedad de los restos humanos y extraerán ADN de las piezas óseas para cotejar los perfiles genéticos con los de las bases de datos de personas desaparecidas.
La Guardia Civil utiliza desde el año 2000 el programa Fénix, una herramienta para identificar cadáveres, que recopila perfiles genéticos de los familiares de los desaparecidos para poder cotejarlos con los cuerpos que aparecen sin identificar.
Primer examen
Tras el primer examen a los huesos, el forense estimó que podrían tener una antigüedad de 30 años, perteneciendo a tres personas de diferente edad, aunque no descartan la posibilidad de un cuarto individuo.
Los cráneos no presentan señales de violencia que hicieran sospechar de una muerte homicida. Por el color de los huesos se estima que llevaban mucho tiempo enterrados.
Un equipo de guardias civiles volvió a la zona días después para rastrear el lugar: "Estuvieron escarbando en la tierra varias horas y apartaron también la pinocha. Los pequeños hoyos aún se pueden ver junto al sendero", explicó el dueño de un campo de naranjos cercanos a Las Provincias.
Los agentes también inspeccionaron los alrededores del camino por si las lluvias hubiesen desenterrado más huesos.
Otra de las hipótesis es que los huesos fueran utilizados en un ritual en el mismo lugar donde fueron encontrados.