Harvard recomienda dejar de conducir a los 65 años: ¿edadismo?

Los mayores, sobre la propuesta de adaptar los test de conducir a la edad: "Basta de discriminarnos"

Los mayores denuncian las nuevas normas excluyentes de la DGT para renovar el carnet: "Es edadismo"

 

El envejecimiento de la población nos plantea una serie de desafíos en diferentes ámbitos de la sociedad. La capacidad de conducción de las personas mayores se ha convertido un tema de interés y polémica en España. A principios de 2023 los mayores ya denunciaron las nuevas normas de la DGT para renovar el carnet de conducir, que tacharon de “edadistas”.

En esta ocasión, un estudio realizado en la prestigiosa Universidad de Harvard, llamado “¿Cuándo debe dejar de conducir una persona mayor?”, ha despertado polémica debido a un posible enfoque edadista. La investigación, realizada por el profesor Robert H. Shmerling, indica que los accidentes que involucraban a personas mayores de 65 años habían aumentado en un 15% en el período de un año, entre 2020 y 2021 en Estados Unidos.

El estudio también resalta que las personas mayores de 65 años “a menudo sobreestiman sus habilidades de conducción”, indicando que esta puede ser una de las razones por la que muchos conductores mayores inseguros continúan conduciendo a pesar de no tener buenas habilidades para hacerlo.

Indignación por parte de las asociaciones de mayores

65YMÁS ha consultado a las asociaciones de mayores, quienes muestran su posición frente al estudio “¿Cuándo debe dejar de conducir una persona mayor?" Lázaro González, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP)  afirma que “está demostrado mediante estudios y evidencias, que las personas mayores modifican sus patrones de conducción para compensar los déficits relacionados con el envejecimiento, lo que disminuye la probabilidad de accidentes en situaciones de mayor riesgo para otros grupos de edad”, indica.

“En la PMP sostenemos que se debería de animar a los/as conductores/as mayores a seguir prácticas de conducción adecuadas a sus capacidades al volante y, al mismo tiempo, apoyar la concienciación y la toma de decisiones sobre reducir o dejar la conducción. Consideramos que no existe una edad límite para la conducción siempre y cuando las capacidades acompañen y que las pruebas psicotécnicas deben de ser homogéneas para todas las personas conductoras”, añade.

Por otro lado, Vicente Pérez Cano, director de CONFEMAC, pone de ejemplo un caso de “edadismo puro” que le tocó vivir: “en el Teléfono de Maltrato a Personas Mayores, gestionamos el caso de un señor, al que la compañía de seguros le anuló la póliza del seguro del coche por el simple hecho de cumplir 80 años”. Además, indicó que es conveniente dejar el volante “cuando las capacidades físicas y cognitivas no sean idóneas para conducir con el mínimo de seguridad aceptable. Pero eso no lo determina la edad, sino las personas técnicas que nos hacen las pruebas para renovar el carnet de conducir".

Por su parte, Elisa Núñez Patiño, vicepresidenta de CAUMAS, habla sobre su experiencia propia al momento de conducir. “Personalmente me veo muy involucrada en este tema porque soy una persona que habiendo cumplido 70 años sigo conduciendo como el primer día. Con esa edad, todas las personas que conozco lo hacen sin problemas. Para coger la edad de 65 años me parece que están muy equivocados, porque se trata de gente muy joven para seguir conduciendo. Todo es puro edadismo, ya que para dejar de conducir tiene que haber un retroceso cognitivo, que suele llegar a partir de los 80 años”, indica.

Finalmente, el doctor Jesús Minaya, geriatra y coordinador médico del Hospital de Guadamarra, que fue representante de la SEGG en la Comisión Nacional de Sociedades Científicas para la prevencion de lesiones por accidentes de tráfico, menciona que “es innegable que con la edad se producen unos cambios fisiológicos que con el envejecimiento pueden influir negativamente en la capacidad para conducir, como las alteraciones visuales, alteraciones auditivas o lentificación psicomotora”. Si bien indica que “a cierta edad son más prevalentes ciertos estados patológicos que influirían negativamente en la capacidad para la conducción”, asegura que “la edad por sí sola no debe de ser un criterio de exclusión de la conducción, debe valorarse de forma adecuada e integralmente a la persona mayor conductora en los centros de reconocimiento médico para la renovación o no del permiso de conducir. Es lo que debe hacerse, valoración multidisciplinar e integral de la capacidad de la persona mayor para seguir conduciendo. A los 65 años hoy las personas están activas y no suelen tener problemas que les impida conducir”, señala.

En España, las estadísticas dicen lo contrario

La Dirección General de Tráfico (DGT) publica un informe con las cifras de las personas conductoras fallecidas en función de la edad, en España en el 2022, donde se demustra que los mayores son más precavidos frente al volante y son los que menos accidentes generan. Se puede observar que el grupo con más altas cifras lo representan las personas de entre 45 y 54 años, con un total de 228. Por otro lado, el menor número lo podemos ver en los de 75 y más, con solo 75 accidentes, seguido del grupo de edad de entre 65 y 74 años, con 112 víctimas de siniestros.

El cuadro muestra que ambos grupos representan al 7% y 10% del total, respectivamente, siendo porcentajes muy bajos comparados a los otros grupos etarios.

Por otro lado, una investigación de la Fundación Línea Directa revela que 3 de cada 4 conductores españoles (75%) reconocen conducir distraídos con cierta frecuencia. Entre las razones por la que se sufren accidentes por distracción encontramos a que los conductores estaban abastraídos, ajenos a la conducción (31%), por cansancio (29%), o por mirar el entorno (13%). Sin embargo, el estudio también indica que las personas mayores de 65 años se distraen 10 veces menos que los jóvenes de 18 a 29 años. 

Señales de alerta

El estudio de Harvard indica que a medida que las personas envejecen, las capacidades para conducir pueden disminuir tan lentamente, que no es muy notorio que se estén produciendo cambios preocupantes. Además, menciona las señales de alerta que podrían indicar que una persona mayor se ha convertido en un conductor inseguro:

• Comentarios de amigos o familiares
• Perderse en rutas con las que estaba familiarizado
• Quejas de otros conductores
• Conducir muy rápido o muy despacio
• Marcas o arañazos en el coche
• Pequeños accidentes frecuentes

La información publicada por la prestigiosa universidad estadounidense menciona también que las habilidades para conducir van disminuyendo con el paso de la edad debido a las siguientes razones:

• Condiciones médicas como artritis, neuropatía o demencia
• Consumo de medicamentos como sedantes o antidepresivos
• Cambios en el tiempo de reacción debido a la edad
• Problemas de visión o audición
• Menos flexibilidad o fuerza debido al envejecimiento
• Dificultad para procesar información que cambia rápidamente

Si bien el estudio tiene un apoyo médico y científico, es importante tener en cuenta que las investigaciones relacionadas a la capacidad de conducción en las personas mayores contribuyen a la discriminación basada en la edad de los conductores. O, en otras palabras, edadismo.