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La convivencia de adolescentes y abuelos durante la pandemia de coronavirus en este periodo de verano en el que varias familias se están juntando para pasar las vacaciones debe enfrentarse tomando "todas las prevenciones posibles", pero también buscando "reducir los niveles de miedo", según Montserrat Amorós, doctora en psicología.
"Los españoles somos muy sociables, afectuosos y cariñosos con los nuestros. Según qué personas, pueden tener cierto rechazo o respeto a esos reencuentros y el miedo paraliza. Pero si se intenta mantener las distancias, ese miedo puede disminuirse", ha señalado en una entrevista con Europa Press la coordinadora del área de Psicología de los grados de Educación Infantil y Primaria de la Facultad de Educación de UNIR.
"Al final, somos seres sociables y necesitamos vernos", ha añadido, para luego aclarar que es posible pedir cierta "responsabilidad" para los más pequeños a la hora de cumplir esas prevenciones. "En niños es más complicado, los adolescentes cada vez hay más, pero es verdad que con edades de 6 a 10 años hay quienes ya saben todo lo que sucede a través de los padres y son muy conscientes", ha señalado con motivo del Día Internacional de la Juventud, este 12 de agosto.
"Hay que intentar disminuir los niveles de miedo desde el respeto y la tolerancia entre nosotros y creo que los niños han sido muy valientes viviendo esta situación, en la que han tenido que experimentar cosas nuevas y entender con poco espacio de tiempo", ha afirmado. Para Amorós, también se ha dado "un gran trabajo de familia explicando el día a día" de la pandemia.
En el caso de los mayores, ha alertado sobre posibles consecuencias psicológicas en caso de que a futuro tuvieran que estar en sus casas mucho tiempo sin salir. "A las personas mayores hay que cuidarlas, con sus paseos, sus salidas... El aislamiento es duro y no lo veo como una opción viable", ha descartado.
Precisamente, la psicóloga también ha hecho alusión a esas posibles secuelas que va a dejar estos últimos meses de confinamiento en las personas. "A veces se habla a nivel psicológico de que, cuando hay pérdida, se tiene que elaborar un duelo. Pero es que ese duelo no ha sido elaborado por algunos familiares y esto a largo plazo puede llevar a algún tipo de depresión o ansiedad", ha concluido.