Un grupo de amantes de los animales se interesó hace cuatro años por cómo se jubilaban los perros de las unidades caninas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Canes que han participado durante años en operaciones policiales, de bomberos y Guardia Civil, entrenados para tareas tan específicas como la detección de estupefacientes, búsqueda de personas o casos de terrorismo. Así nació en 2015 el germen de Heróes de 4 Patas (@heroesde4patas), una organización sin ánimo de lucro que se dedica a gestionar la adopción de estos perros una vez que se retiran, bien por edad o por problemas de salud . "Yo misma, que soy Policía, me interesé un día por el futuro de estos perros. Nunca te paras a pensar qué pasa con ellos una vez que dejan de estar en servicio", explica Rosa Chamorro, presidenta de Héroes de 4 Patas a 65YMás.
"Hasta que llegamos nosotros, la mayoría se quedaba en los refugios o en las familias de sus compañeros o entrenadores. Pero nosotros queríamos ir más allá y darles un final de vida feliz. Nunca van a estar mejor que en una casa", cuenta Chamorro, que es a la vez miembro de la asociación y adoptante. Desde hace dos meses ha acogido a Byron, un labrador de cinco años que ha estado al servicio de la Policía Nacional al que califica de "bruto y bonachón" y que goza ahora de una vida de mascota junto a la familia de Rosa. "Cuando dejan de entrenar, dejan de trabajar y no actúan si no reciben una señal concreta para la que están adiestrados", aclara respecto a las dudas que pueden surgir sobre su comportamiento por "deformación profesional".
Apoyo de los famosos
Como Rosa, más de 150 familias han adoptado ya a estos canes, sobre todo tras la campaña de 2017 en la que varios rostros conocidos como Alberto Chicote, Sara Baras (@sarabaras), Mario Vaquerizo (@_MarioVaquerizo), Julia Otero (@julia_otero) o David Meca (@_davidmeca), participaron en el calendario solidario #AdoptaUnJubilado para dar a conocer el proyecto, que se ha repetido este año con la colaboración de Michelle Jenner (@MichelleJWeb) o Fernando Romay (@fernandoromay1). Actualmente cerca de 18 perros jubilados, en su mayoría pastores alemanes o labradores, están a la espera de que les adopte una familia. "No hay demasiados requisitos, solo que les gusten los animales y que les puedan dar una vida más o menos activa, ya que son perros muy atléticos y están acostumbrados a estar en lugares abiertos", explica Rosa Chamorro, quien detalla que para el proceso de adopción hay que enviar un email a la organización que le enviará un formulario de compatibilidad.
En general, estos perros aportan a las personas cariño y compañía, pero depende de la personalidad de cada uno. "Yo recuerdo a Tara, la primera perra que adopté. Era un amor de perra, había trabajado en detección de drogas y estaba acostumbrada a hacer exhibiciones en colegios. Cuando estaba cerca de niños, se ponía contenta. Tenía mucha ternura. Pero en general se comportan como una mascota normal, con la salvedad de que están muy entrenados físicamente", recuerda Charmorro. Sin embargo, hay de todo. Un ejemplo de ello es Loba, una perra de agua de mediana edad que ha sido recientemente adoptada por Maria Jesús, de 66 años, secretaria de redacción del Grupo Zeta, recién jubilada.
"A los mayores nos mantiene activos"
"Tiene mucho genio, pero me da mucha alegría", explica María Jesús que ha acogido a Loba el pasado febrero en Madrid. "Paseamos todos los días por el Parque del Oeste y eso me mantiene activa", asegura esta mujer que reconoce que el "trabajo que da", lo compensa luego "con la compañía que hace". Además relata que Loba, "es como una hija, es la niña de la casa" y recuerda que el animal demanda que paseen juntos su marido, ella y la perra. "A ella le gusta que vayamos los tres juntos". María Jesús reconoce que si no tuviese a esta perra jubilada adotada, se movería mucho menos, pero que afortunadamente ahora dispone de "más tiempo para dedicarla".
María Jesús cuenta que conoció este proyecto por la televisión y que volvería a adoptar de nuevo. Bromea incluso con que a veces siente que Loba se parece a su padre, antiguo Guardia Civil. "Es gracioso porque en ocasiones Loba se para, no sabemos por qué y sospechamos que es un recuerdo de su trabajo, pero nosotros no sabemos exactamente que tarea realizó en el pasado. También en los juegos que hacemos con la pelota demuestra su destreza en cuanto a la búsqueda", cuenta esta mujer de 66 años.
Lo que sí resalta es que este tipo de perros "llama la atención. Hay mucha gente que se nos acerca, pero ella es poco sociable. Elige mucho a los perros con los que se encuentra", lo que su dueña relaciona con un posible trauma. "Sabemos que la retiraron del cuerpo por estrés, la educadora nos está haciendo seguimiento estos meses para que apliquemos alguna pautas, pero no ha conseguido todavía relajarse". Considera que contribuir a que Loba "pueda descansar" y llevar una vida feliz es su meta en la vida ahora mismo. "Yo no quiero un animal para la foto sino para darle cariño y que ella me lo de a mí", puntualiza María Jesús, que siempre fue mas de gatos, pero ahora disfruta de la "pasión canina".