65ymás
Un biólogo canadiense ha descubierto que la forma en que las ardillas de tierra casi no queman energía cuando hibernan, sin perder masa muscular, podría tener aplicaciones para los viajes espaciales, según publican en la revista Science.
Cuando los osos y las ardillas de tierra hibernan dejan de comer y duran hasta la primavera simplemente con las reservas de grasa que han almacenado en sus cuerpos. Normalmente, este tipo de ayuno e inactividad prolongados reducirían considerablemente la masa y la función muscular, pero eso no sucede y hasta ahora no se sabe cómo lo evitan.
Ahora, un biólogo de la Universidad de Montreal, en Canadá, ha averiguado por qué, y sus hallazgos podrían tener implicaciones, entre otras cosas, para el futuro de los viajes espaciales. Mediante el estudio de una variedad llamada ardilla de tierra de 13 franjas que es común en América del Norte, Matthew Regan ha confirmado una teoría conocida como "rescate de nitrógeno ureico" que se remonta a la década de 1980.
La teoría postula que los hibernadores aprovechan un truco metabólico de sus microbios intestinales para reciclar el nitrógeno presente en la urea, un compuesto de desecho que suele excretarse en forma de orina, y utilizarlo para construir nuevas proteínas tisulares.
En teoría, plantea Regan, este hallazgo podría ayudar a los astronautas a minimizar sus propios problemas de pérdida muscular causados por la supresión de la síntesis de proteínas inducida por la microgravedad y que ahora intentan reducir haciendo ejercicio intenso.
Si se encontrara una forma de aumentar los procesos de síntesis de proteínas musculares de los astronautas mediante la recuperación de nitrógeno ureico, podrían conseguir una mejor salud muscular durante los largos viajes al espacio profundo en naves espaciales demasiado pequeñas para el equipo de ejercicio habitual, según su argumento.
"Como sabemos qué proteínas musculares se suprimen durante los vuelos espaciales, podemos compararlas con las que se potencian con el rescate de nitrógeno ureico durante la hibernación", explica Regan. "Si hay un solapamiento entre las proteínas del vuelo espacial y las de la hibernación, entonces sugiere que este proceso puede tener beneficios para la salud muscular durante el vuelo espacial".
En su estudio, Regan diseñó una serie de técnicas y experimentos para investigar los principales pasos del proceso de recuperación de la urea y aportar pruebas de si se producen o no en la ardilla de tierra cuando hiberna.
Los experimentos se realizaron en tres momentos del año: en verano, cuando estaban activas y no hibernaban; a principios de invierno, cuando llevaban un mes de ayuno e hibernación; y a finales de invierno, cuando llevaban cuatro meses de ayuno e hibernación. Y lo que encontraron fue definitivo: en cada paso del proceso, había claras evidencias de recuperación de nitrógeno ureico por parte de las ardillas con microbiomas intestinales intactos.
Además, las ardillas con microbiomas intestinales agotados no mostraron evidencias de recuperación de nitrógeno ureico en ningún paso, lo que confirma que este proceso dependía totalmente de la capacidad de los microbios intestinales para degradar la urea, algo que las propias ardillas no pueden hacer.
Regan y su equipo también descubrieron que la incorporación de nitrógeno ureico en la proteína tisular de las ardillas fue mayor durante el final del invierno, lo que sugiere que la recuperación de nitrógeno ureico se vuelve más activa a medida que avanza la temporada de hibernación. Esto es diferente a la mayoría de los procesos fisiológicos durante la hibernación, cuando tienden a reducirse significativamente.
Por otro lado, hallaron pruebas de que los propios microbios utilizaban el nitrógeno ureico para construir sus propias proteínas nuevas, lo que les resulta útil porque, al igual que la ardilla, están en condiciones de hibernación en ayunas. Así pues, tanto la ardilla como sus microbios se benefician de la recuperación del nitrógeno ureico, lo que convierte este proceso en una verdadera simbiosis.
Gran repercusión
Más allá de las implicaciones para los viajes espaciales y la salud de los astronautas, el descubrimiento de Regan podría tener repercusiones más inmediatas también en la Tierra sobre los millones de personas que pasan hambre en el mundo y en los ancianos.
"Los mecanismos que mamíferos como la ardilla de tierra han evolucionado de forma natural para mantener el equilibrio proteico en sus propias situaciones de limitación de nitrógeno pueden servir de base a estrategias para maximizar la salud de otros animales con limitaciones de nitrógeno, incluidos los humanos", afirma Regan.
"Para ser claros, estas aplicaciones están muy lejos de ser aplicadas, y se necesita mucho trabajo adicional para trasladar este mecanismo de evolución natural de forma segura y eficaz a los humanos", puntualiza Regan.
Aún así, "es alentador que un estudio de principios de los años 90 aportó algunas pruebas de que los humanos son capaces de reciclar pequeñas cantidades de nitrógeno ureico mediante este mismo proceso. Esto sugiere que ya existe la maquinaria necesaria y sólo hay que optimizarla", concluye.