La historia de la mítica silla blanca de plástico, la más utilizada en el mundo

La silla blanca de plástico blanco o 'monobloc' es uno de los objetos más utilizados del mundo. En múltiples versiones y adaptaciones, y en cualquier parte del planeta, la podemos ver en terrazas de bares y casas, cines de verano, chiringuitos... Forma parte de nuestro imaginario colectivo y parece que ni el paso de los años, como ha ocurrido con otros muchos objetos, puede con ella.

Los indicios indican que esta silla comenzó a fabricarse en 1967 por Grosfillex Group y como se hacía de una sola pieza recibió el nombre de 'monobloc'. Todo apunta a que fue el diseñador italiano Vico Magistretti el autor de este objeto, y lo hizo inspirándose en un diseño del arquitecto Joe Colombo. 

En los años 70 se disparó la producción de estas sillas, que se fabrican inyectando resina plástica en un molde a temperaturas que rondan los 220 y 230 grados, y se espera a se endurezca. A pesar de su económico precio (se venden por 10 euros en España), es capaz de resistir temporales sin problemas.

Se fabrican mil sillas al día

En España, el Grupo Resol, con fábrica en Olot (Girona), es uno de los principales productores de esta silla y otros muebles de plástico en Europa. Los fabricantes aseguran que pueden llegar a producir mil sillas 'monobloc' al día. 

Sin embargo, y como pasa casi siempre, hay personas que no están conformes con esta silla por ser de plástico, a pesar de que resiste el paso del tiempo. De hecho, hasta la propia Carmen Sevilla en el libro Sillipedia (La Fábrica) hace referencia a estas características. También en esta obra, el diseñador Martí Guixé opina sobre la 'monobloc', al igual que otros compañeros de profesión, como los hermanos Campana y Martino Gamper.

Nos guste o no, la silla blanca llegó hace tiempo para quedarse, y la podemos encontrar en cualquier parte. Eso sí: si pasas mucho tiempo sentado con falda o pantalón corto, ten cuidado: puedes hacerte daño.