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Sociedad
Historias con alma: dos amigos de la infancia se reencuentran en la residencia 75 años después
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Foto: Fontsana Son Armadams/Bigstock
Viernes 3 de marzo de 2023
ACTUALIZADO : Miércoles 8 de marzo de 2023 a las 10:34 H
5 minutos
Ninguno de los dos sabía que el otro vivía en el mismo lugar, hasta que se vieron a comienzos de año
Las residencias de mayores están repletas de grandes historias que los usuarios y usuarias guardan de años de experiencias, otras las crean ellos mismos durante su estancia allí, protagonizando momentos conmovedores para quienes las viven junto a ellos. José Berral y Antonio Belman, dos amigos de la infancia, han sido los protagonistas de una de ellas, que ha tenido lugar en Palma de Mallorca.
José Berral, de 94 años, y Antonio Belman, de 92 años, son amigos de la infancia y naturales del pueblo sevillano de Herrera. Los años los llevaron a vivir en la residencia Fontsana Son Armadams, pero ninguno de los dos sabía que su mejor amigo se encontraba también allí, lo cual llevo a un reencuentro de lo más emocionante en la residencia.
José Berral y Antonio Belman posan en Fontsana Son Armadams
Ha sido la propia residencia quien ha contado la historia de cómo estos dos amigos pasaron casi toda su infancia juntos. "Eran amigos y cómplices en sus travesuras, y se pasaban el día jugando al fútbol con una pelota de trapo. Ya de adolescentes empezaron a trabajar en la huerta que tenía la familia de Antonio, y después de faenar entre olivos y viñas recuerdan comer, muchas veces a escondidas, alcachofas recién cogidas", cuentan en una nota.
Sin embargo, en 1948, José y Antonio separaron sus caminos cuando el primero puso rumbo a Mallorca junto a su padre viudo y sus 6 hermanos. Se mudaron en busca de una vida próspera en la isla, y allí se quedaron, en la Puerta de San Antonio de Palma. Desde ese momento, José creó una vida en la isla, donde trabajó como vidriero en el barrio de Santa Catalina, se casó hace 67 años, tuvo 2 hijas y 3 nietos, 2 de los cuales son ingenieros, según relataba orgulloso.
Lo que no sabía era que su amigo Antonio acabó siguiendo sus pasos años después de que él se marchara. Y es que Antonio también se mudó a Mallorca, donde logró formar una familia también con la que fue su novia de toda la vida, y con la que tuvo 3 hijos. Él, por su parte, comenzó trabajando en la construcción como maestro de obra, sin embargo, poco después y debido a la crisis, se hizo camionero, lo cual le llevó a recorrer durante años las carreteras de España y Francia. Finalmente, se afincó en Son Anglada, por lo que tampoco supo nada de José hasta comienzos de este año.
Sin verse durante 75 años
Con todo, José y Antonio llevaban sin verse más de siete décadas, en concreto, 75 años en los que "no se han cruzado ni una sola vez en la isla que les acogió cuando dejaron su Herrera natal en búsqueda de prosperidad", señalan. Hasta que el pasado mes de enero, Antonio oyó hablar de José en la residencia Fontsana Son Armadams, donde entró tras el fallecimiento de su mujer, hace alrededor de un año.
"La alegría fue máxima cuando reconoció a su paisano, que también vive en el centro desde hace un año tras haberse quedado viudo", aseguran. "José y Antonio mantienen un buen estado físico y recuerdan perfectamente algunos de los episodios que vivieron cuando eran amigos de la infancia. Acaban de protagonizar un reencuentro de amigos que confirma cómo el destino a veces es caprichoso, y vuelve a unir a personas que durante 75 años no se han cruzado ni una sola vez en la isla", explican desde la residencia.
Setenta y cinco años dan para mucho, tal y como han demostrado los protagonistas de esta historia, por lo que no es de extrañar que ahora los dos amigos quieran aprovechar el tiempo para ponerse al día, recordar experiencias y crear recuerdos nuevos. Y es que desde que se reencontraron en la residencia de mayores del centro de palma Fontsana Son Armadams, tanto José como Antonio pasan el día juntos, "comparten las comidas y fusionan el pasado que los unió con trazos de sus longevas vidas", señalan.
Esta no es la única "historia con alma", sino que las residencias de mayores, como esta, han demostrado estar llenas de momentos emocionantes, como este tipo de reencuentros, personas que vuelven a verse después de muchos años sin saber el uno del otro, o incluso personas que encuentran el amor en ellas. Con esta, José y Antonio han demostrado una vez más que las residencias de mayores "están llenas de vida y de amistad, incluso pasados los 90".