Michele Barco estaba a punto de jubilarse a los 58 años, incluso había preparado una fiesta de despedida con postres y bebidas para todos sus compañeros para celebrar su último día de trabajo el pasado 31 de enero. Pero no pudo ser, ya que este italiano se derrumbó y murió en el acto, probablemente de un ataque al corazón.
Había trabajado como responsable de control de calidad más de treinta años en Belvest, en la provincia de Padua, en Italia, una empresa de confección de ropa fundada a mediados de los años 60. Sus compañeros trataron de ayudarlo de inmediato llamando a emergencias, pero ni siquiera los médicos pudieron hacer nada por él, según informaban medios italianos.
Todos los trabajadores detuvieron sus tareas en señal de luto, marchándose a sus casas. Michele era muy apreciado por sus compañeros, quienes lo describían como una persona sencilla, dedicada al trabajo y a la familia. Incluso habían preparado un cartel de despedida y agradecimiento por todo lo que ha aportado a la empresa, como su experiencia.
A pesar de su esfuerzo a lo largo de los años, Michele no ha podido disfrutar de su jubilación. No estaba casado y solo vivía con su madre, a quien deja junto con cuatro hermanos.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.