Pese a que el perfil del turista sénior ha cambiado (es más independiente, puede adaptar sus fechas, viaja más en pareja que en grupos grandes, etc.), el idioma sigue siendo una barrera importante cuando viaja, según la encuesta online realizada por 65YMÁS sobre el perfil del turista mayor de 50 años –en la que han participado 8.340 personas–.
El 76,9% de los sénior reconoce tener dificultades para manejarse en lenguas extranjeras. En concreto, para un 21,3% el idioma es un gran obstáculo cuando viaja.
El otro 55,6% se divide entre quienes opinan que la lengua constituye una barrera'bastante' importante(27,8%) cuando hacen turismo y quienes señalan que es 'algo' problemático (27,3%).
Por contra, sólo el 15,5% piensa que el idioma no es un gran obstáculo y el 8,1%, que ninguno.
Unos resultados, que coinciden con otros sondeos realizados por el Instituto Nacional de Estadística de los cuales se desprende que sólo el 10% de las personas de entre 55 y 64 años hablan con fluidez inglés, frente al 25%, en franjas de edad entre los 25 y 34 años –no se incluyeron a los mayores de 65 años en la encuesta–. Es más, la diferencia aumenta en quienes sólo 'chapurrean' el idioma: un 50% de las personas de 18 a 24 años, frente al 31% de la población sénior de 55 a 64 años.
Posibles soluciones
"Los idiomas se asocian, aunque no siempre, a niveles de formación elevados. Y hay menos personas de nuestra generación con estos conocimientos que entre los que tienen hoy 30 o 40 años. Eso sí, también es verdad que la formación en España ha sido catastrófica", valora el presidente de Seniors Españoles para la Cooperación Técnica (@Secot_), Inocente Gómez.
"Las personas mayores no hemos estudiado muchos idiomas y, cuando llegamos a un país que no es el nuestro, nos cortamos mucho. En los hoteles, saben hablar nuestra lengua pero, si nos pilla en plena calle, nos limitamos mucho. Es una de las razones por las que muchos prefieren hacer viajes organizados con guía y no ir por su cuenta", argumenta el presidente de la Federació d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (@Fatec), Josep Carné.
Aun así, comenta, estas carencias tendrían dos posibles soluciones: que el personal de atención directa hable varios idiomas y que los sénior se formen.
"Cuando nos jubilamos, intentamos mantenernos al día respecto de las actividades que más nos gustan. Si, por ejemplo, lo que nos agrada es viajar, pues hacemos cursos de inglés para defendernos cuando vayamos al hotel, a hacer el check in o a pedir en un restaurante, etc.", señala.
Coincide con Josep Carné el presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (@CEOMA_ong), Juan Manuel Martínez. "Por no conocer más idiomas que la lengua materna, las personas mayores pierden muchas oportunidades de conocer diferentes lugares del mundo. Además, esta carencia puede generar inseguridad y miedo a viajar", opina.
"Una posible solución sería facilitar formación a este grupo poblacional para fomentar el ocio y la cultura. Podría ser una interesante colaboración entre las compañías especializadas en este sector y la organizaciones dedicadas a las personas mayores", plantea.
La gestión digital, otra barrera
Por otra parte, cabe señalar que la gestión digital de los viajes sigue suponiendo una barrera para muchos sénior. En concreto,el 57,8% de los miembros del colectivo así lo entiende.
Y el porcentaje aumenta a medida que se cumplen años. En la franja de encuestados de más de 75 años, el 65,9% asegura que estas gestiones le resultan problemáticas.
"Las competencias digitales disminuyen a medida que aumenta la edad. Es así. Es evidente que las generaciones que ahora tienen 60 años son más hábiles respecto a quienes tienen 70 u 85. Y en algunos de esos casos, si se sigue dejando de lado, será difícil recuperarse", afirma el presidente de SECOT.
Para revertir esta tendencia, propone, es muy importante que no se dejen de prestar servicios telefónicos, simplificar los procedimientos web e invertir en formación continua.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.