La necesidad de beber agua y reponer líquidos es exactamente igual en todos los periodos de la vida. Sin embargo, es cierto que, con la edad, se pierde la percepción de sed. Sencillamente, dejamos de tener de sed. Es por eso que las personas mayores son uno de los colectivos más vulnerables de sufrir deshidratación.
Cuando somos jóvenes, el organismo ‘nos avisa’ cuando estamos perdiendo líquidos a través de la sensación de sed. El sistema de regulación de la temperatura corporal y del equilibrio hidro-electrolítico encargado de detectar la pérdida y el exceso de líquidos o sales minerales, envía un mensaje al cerebro, y éste, al resto del organismo a través de esa ‘sensación de sed’.
Pero con la edad, ese sistema se ve alterado, se ralentiza y no cumple bien su función. Las personas mayores tardan mucho más tiempo en recibir esa señal y por tanto en ‘sentir sed’. En ocasiones, sencillamente, dejan de sentir la necesidad de beber, aun cuando el proceso de deshidratación ha comenzado.
Lo peligroso de esto es que la deshidratación tiene efectos negativos en el rendimiento cognitivo. De hecho, expertos han logrado demostrar que la deshidratación leve puede afectar a la atención, la memoria y el tiempo de reacción, ya que el flujo sanguíneo disminuye, así como el suministro de oxígeno al cerebro, alterando así su funcionamiento.
El agua es beneficiosa para la memoria
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV), el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y el Centre de Recerca Biomèdica Xarxa de Fisiopatologia de l'Obesitat i la Nutrició (CIBERobn), ha publicado en la revista BMC Med, la relación que existe entre el nivel de hidratación y el funcionamiento cognitivo en personas mayores.
Al parecer, los mayores que tienen bajos niveles de hidratación experimentaron un deterioro cognitivo con el paso del tiempo, en comparación con los que si estaban bien hidratados. Esta relación se apreció sobre todo en los mayores con problemas de obesidad o síndrome metabólico.
Por otro lado, los mayores que bebían entre 1 y 1,5 litros diarios, experimentaron una mejora de 0,17 puntos en las pruebas neuropsicológicas que realizaron durante la investigación, en comparación con lo que no llegaban a beber ni medio litro a lo largo del día.
No obstante, la investigación también ha tenido en cuenta lo que sucede cuando el agua no es el único líquido que se ingiere y en este caso, la mejora fue de tan solo 0,12 puntos.
Consejos para mejorar la hidratación
Es por ello que la comunidad médica recomienda beber sin esperar a tener sed, a lo largo de todo el día. Agua, pero también infusiones, leche, caldos, zumos, etc.
Tal y como sugiere la 'Guía de buenas prácticas clínicas en Geriatría: alimentación, nutrición e hidratación en adultos y mayores', de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), es «muy recomendable» comenzar el día con un vaso de agua de 200 mililitros para facilitar la motilidad intestinal; aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después de actividad física, además de elegir las bebidas en función del nivel de actividad física, temperatura ambiental, necesidades fisiológicas y estilo de vida.
El 80% del agua recomendada para un día, debe de proceder de las bebidas, incluida el agua, y un 20% de los alimentos. También es importante controlar el aporte de azúcar añadido, apostando por las variedades de bajo contenido en azúcar o sin azúcar, y aumentar el consumo de ciertos alimentos con alto contenido en agua como frutas y verduras (melón, sandía, naranja, pomelo, uva, zanahoria, pepino, etc.) que ayuden a mantener un adecuado nivel de hidratación.
Además, estos consejos pueden venirte bien:
Bebe mucha agua. Aunque parece obvio, es importante que incorporemos a nuestro día a día, la rutina de beber entre 8 y 10 vasos de agua diarios.
Ponte recordatorios para no olvidarte de beber agua.
Acostúmbrate a llevar contigo una botella de agua, que te ayudará a mantenerte hidratado y cumplir con tu objetivo.
Dos litros de agua son 8 vasos de agua aproximadamente. Con esta sencilla comparación, es fácil que cada uno analicemos si bebemos lo suficiente al cabo del día. El 77% de los mayores reconoce que no bebe la cantidad de líquidos que debiera, según datos de la Fundación Edad y Vida.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.