La vida de Ana Silva, una mujer de 80 años que acudió al Hospital de Getafe por dolores en la espalda en febrero de 2017, dio un vuelco en menos de 72 horas. Tras una intervención quirúrgica de vértebra calificada como "sencilla", pasó de tener autonomía de movimientos a quedar parapléjica en una silla de ruedas desde entonces. El problema no estuvo en la operación en sí, según explican los familiares, sino en el postoperatorio cuando empezaron a aparecer los primeros síntomas de daños en la médula que "deberían haber sido tratados con urgencia y que debido a la falta de medios, tardaron varias horas", alegan sus abogados.
Ahora el Juzgado de Primera Instancia de Madrid ha obligado a la aseguradora del Hospital de Getafe a pagar una indemnización de 247.000 euros, más intereses por valor de 14.000 euros, al considerar que "esa demora en el diagnóstico y el tratamiento" podría, quizás, haber evitado la discapacidad de la paciente que llega al 80%. "Pero no está pagado", explica a 65Ymás Antonio, uno de los cuatro hijos de Ana. "Este dinero nos ayudará a pagar tratamientos de fisioterapia y a los cuidadores pero ella psicológicamente no está bien y la familia tampoco. Ella era una persona muy vital y ahora no quiere seguir más tiempo así", asegura tras contar que han tenido que vender la casa en la playa para sufragar los gastos.
En silla de ruedas por un estornudo
"Da bastante rabia pensar que ella acudió por una lesión leve de osteoporosis en una vértebra producida por un esfuerzo como un estornudo y salió sin poder caminar", añade Antonio quien cuenta que los médicos recomendaron hacer una vertebroplastia, una intervención "sencilla" que consiste en inyectar cemento óseo a través de un pequeño orificio en la piel en la parte fracturada.
Estaba previsto que esa misma tarde la diesen el alta pero empezó a notar un dolor agudo y un hormigueo en las piernas que le fue subiendo hasta el vientre. "Informamos alarmados al personal sanitario, pero nos dijeron que eran normal", explica su hijo. "Esa misma noche fue visitada de nuevo por el traumatólogo, que pospuso al día siguiente las pruebas pertinentes", según recoge el acta del Juzgado.
Tuvo que esperar hasta las 11 de la mañana siguiente para que le hiciesen una resonancia magnética urgente, "que ya mostraba restos de cemento y daños en la zona", explican los abogados que han llevado el caso, Adrián Carriedo Reina y Clara Lozano Gallego, de Lex Abogacía. Esa misma tarde, sobre las 5 de la tarde, fue intervenida por neurocirugía, confirmando la presencia de un gran hematoma difícil de evacuar debido a su consistencia y que se extendía más allá de los límites expuestos. "La lesión medular ya era irreversible", explican los abogados.
Se podía haber actuado más rápido
"Decidimos denunciar porque consideramos que hubo negligencia o al menos que se debería haber tratado con urgencia cuando alertamos de los primeros síntomas y tal vez así se podría habar evitado el daño. Es más, preguntamos a la neuróloga que le hizo la segunda intervención y nos confirmó nuestras sospechas.", recalca Antonio. Los familiares asumen que "todos cometemos errores" pero defienden que "se podría haber actuado con más celeridad", tal como confirma la sentencia Y donde el juez concluye que "existió demora" y eso pudo afectar al resultado final.
Achacan a los recortes sanitarios de los últimos años y la falta de personal la cadena de errores o de malas decisiones a altas horas de las tarde/noche. "Pero ante síntomas tan claros en una persona mayor, deberían haber actuado antes", insisten. Dudaron mucho si denunciar ya que tiene familiares dentro del hospital pero consideran que "casos como estos son más comunes de lo que parece y que hay que darlos a conocer para que no se repitan".
"Una parte importante de los daños se producen por falta de medios. Los recortes siempre afectan al personal que está saturado y en última instancia, al paciente", opina el abogado. En este caso además ha habido que hacer matizaciones ya que las sanciones por este tipo de lesiones están contempladas en caso de accidentes de tráfico y no tienen en cuenta la edad. "Nosotros esperamos que con este reconocimiento la calidad de vida de Ana pueda mejorar", apunta.