Muy cercana a las posturas feministas y la lucha por los derechos de las mujeres dentro de la familia, los más de 40 años de trayectoria de la catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Inés Alberdi (Sevilla, 1948) dan para mucho. Tanto que han sido reconocidos hace unos días con el Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2019 otorgado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (@Cis_Estadistica) el pasado 4 de diciembre. Precursora en la Sociología de Género en España, partícipe de la ley del Divorcio de 1981 y primera mujer española Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM), Alberdi cuenta a 65Ymás en esta entrevista que el gran reto pendiente para las mujeres es que "dejemos de ser bichos raros en los lugares importantes y que ya no haya pioneras porque seamos una mayoría. Lo veo con optimismo, ahora son las mujeres jóvenes las que tienen que pelear por que la igualdad sea una realidad plena".
P.- Antes que nada, ¿cómo se siente al recibir el premio Nacional de Sociología y Ciencias políticas?
R.- Siento satisfacción por este galardón, que ya han recibido antes muchos colegas a los que aprecio, como Mari Ángeles Durán, la primera mujer en hacerlo en 2018.
P.- Usted ha sido pionera en muchos ámbitos. Entre ellos, fue de las primeras mujeres catedráticas en la Facultad de Sociología, ¿cómo fue abrirse camino en la universidad en los años 70/80?
R.- Sí, fui la primera en la Complutense, en otras facultades de España ya había algunas. Pero me siento de una generación que tuvo mucha suerte ya que fue la primera en la que tanto hombres como mujeres tuvieron acceso a la universidad, que vivió el cambio a la Democracia, que desarrolló su carrera profesional y que ahora se están jubilando. Es decir, el cambio más importante que hemos vivido ha sido el de pasar a un sistema político completamente distinto, democrático, conseguir las libertades, conseguir la igualdad entre hombres y las mujeres, que ahora es una realidad a nivel legal... Es verdad que quedan cosas por hacer porque la tradición pesa muchísimo, pero hemos podido vivir todo ese cambio, también desde el análisis y desde la vida profesional.
Yo además me he dedicado a estudiar la situación de las mujeres en la sociedad, en la familia, en las posiciones políticas y es verdad que ha sido difícil. Yo creo que ahora empezamos a tener resultados de verdad, aunque aún queda mucho por hacer. Pero es verdad que cuando yo llegué no había ninguna profesora catedrática ni adjunta. Es decir, había una ausencia muy grande de personal femenino y por tanto, el primer paso siempre es más difícil y cuesta un poco más.
"El cambio más importante que hemos vivido ha sido el de pasar a un sistema político completamente distinto y conseguir la igualdad entre hombres y las mujeres"
P.- Uno de sus focos de estudio ha sido además el papel de la mujer en el núcleo familiar, ¿por qué se decantó por esta línea y no otra?
R.- En aquellos años yo me junté con varios grupos feministas de los que surgieron en los años 60 y 70, en la facultad, en el barrio, en grupos de madres con hijos... Y para todas el tema clave era la familia, porque en su concepto tradicional, era lo que más limitaba a las mujeres en cuanto su posibilidad de ser autónoma e independiente. Y reconozco que se ha avanzado mucho.
Yo empecé trabajando el tema de la familia, en unos momentos en los que no era posible el divorcio en España, que no llegó hasta la reforma del Código Civil sobre Familia y Divorcio de 1981, en la que participé. Yo creo que es una reforma muy saludable para todos sus miembros, porque tanto para los hijos como para los padres el poder salir de un matrimonio desafortunado podía suponer la solución a muchos problemas familiares, que antes de agravaban y desembocaban en muchos casos en malos tratos.
P.- ¿Cómo era la España de entonces? ¿Cuáles son las principales trabas que encontró para aprobar la legalización del divorcio y la reforma del Código Civil de 1981 en la que participó?
R.- La Constitución de 1978 estableció por primera vez que todos somos iguales ante la ley. A partir de ahí la reforma del 1981, fue una transformación legal importante hacia la igualdad tanto de hombres, como mujeres, como hijos...Hasta ese momento la autoridad familiar la ejercía el marido sobre su mujer y sus hijos; el adulterio por parte de la mujer estaba sometido a penas de cárcel y había hijos ilegítimos. Con la reforma del Código Civil se reconocieron los mismos derechos y tardó en calar, pero creo que ahora está ampliamente aceptado.
"Hasta ese momento la autoridad familiar la ejercía el marido sobre su mujer y sus hijos"
P.- ¿Cree que las mujeres mayores, que vivieron durante la dictadura, son más reticentes al divorcio?
R.- Puede ser que durante los primeros años después de aprobar la ley hubiese diferencias por edad. Pero ahora ya no, sino que depende más de factores familiares, religiosos... yo creo que es una figura que no gusta a nadie pero es una salida a problemas mayores. Ahora ser madre soltera soltera no supone ningún agravio pero antes era frecuentemente expulsada del núcleo familiar. Por suerte esto se ha liberalizado como consecuencia de las peticiones de las feministas de la época, que eran las que más lo reivindicaban.
P.- ¿Considera necesarios cambios en la legislación actual de Violencia de Género? ¿Supone Vox una amenaza a los avances logrados?
R.- Creo que se han dado pasos amplios y la legislación actual al respecto ya es muy severa. Eso no quiere decir que no tenga que ser revisada. Considero la mayoría de los hombres ya no piensan que las mujeres son algo de su propiedad. Otra cosa es erradicar estos comportamientos, que supondría sobre todo un tema de educación a los más jóvenes. En cuanto a la posición de Vox, creo que su postura es simplemente por falta de información, sus diferencias entre Violencia de Género e intrafamiliar muestran que no lo han estudiado bien. Pero aunque sea un pensamiento minoritario, es muy grave.
Considero la mayoría de los hombres ya no piensan que las mujeres son algo de su propiedad
P.- También ha analizado durante su carrera la situación social de las viudas, ¿cómo ha evolucionado esta figura en las últimas décadas?
R.- Hablamos de viudas porque las mujeres en general tienen una esperanza de vida más larga. A todos los problemas que supone la viudedad, como quedarse solo, había que sumarle hace 60 años en el caso de las mujeres que la mayoría no estaban insertas en el sistema productivo y por tanto tenían pocos ingresos, de ahí el origen de las pensiones de viudedad. Ahora, por suerte, esto ha cambiado mucho y está casi solucionado. Es más, en muchos países europeos ya se está acabando con esta prestación.
P.- ¿Cree entonces que en un futuro próximo podrían desaparecer las pensiones de viudedad en España?
R.- Sí, yo creo que nos lo deberíamos ir planteando, con un tiempo suficiente de adaptación y para las nuevas incorporaciones.
"A todos los problemas que supone la viudedad, había que sumarle hace 60 años en el caso de las mujeres tener bajos ingresos"
P.- También a nivel internacional, usted fue la cuarta mujer directora ejecutiva de Unifem (2008-2010). ¿Qué destacaría de aquella experiencia?
R.- Fue muy interesante aplicar lo mismo que había estudiado en España a nivel internacional. Principalmente estudié la participación de la mujer en la vida pública, la incidencia de enfermedades como el SIDA en las mujeres o los tipos de violencia que sufrían frente a los hombres y concluí que existen unos altos niveles de necesidad y gravedad en muchos países. Todavía hay mucho trabajo que hacer para conseguir la igualdad en el mundo.
P.- Y, ¿qué retos nos quedan a las mujeres para el futuro y en concreto a las mujeres mayores de 65 años?
R.- La soledad no deseada podría ser uno de ellos, aunque en España la red de relaciones familiares es bastante tupida. Pero sí sería necesario acrecentar las redes de vecindario, en los barrios, pueblos, etc para incluir a todos los mayores. Otro factor clave para vivir en dignidad es tener unos ingresos dignos y que los subsidios se establezcan no por razón de edad sino por las diferentes necesidades, porque el grupo de mayores es muy diverso y no todos necesitan lo mismo. Pero me gustaría resaltar el avance fantástico que se ha producido en el sistema sanitario desde los años 90 y que con algunos recortes se puede destruir el trabajo de décadas.
"Sería necesario acrecentar las redes de vecindario, en los barrios, pueblos... para incluir a todos los mayores"
P.- Ha escrito más de 20 libros y mantenido una carrera activa desde su jubilación ¿Tiene algún proyecto próximo en mente?
R.- No, solo seguir yendo a la universidad a dar clases de vez en cuando. He tenido la suerte de tener una profesión que me ha permitido siempre tener unos horarios privilegiados y poder conciliar y dedicar mi tiempo a otras cosas. Espero seguir así...