Teresa Rey
Internacional
¿Debemos seguir en alerta por el virus del Ébola?
Siguen dándose casos y la preocupación entre las autoridades sanitarias no ha desparecido del todo
A pesar de que ya no se escuche hablar tanto de él, el virus del Ébola sigue siendo una realidad y la preocupación sobre su presencia no ha desaparecido entre las autoridades sanitarias. El brote más reciente anunciado por la Organización Mundial de la Salud se produjo en agosto de 2018 en la República Democrática del Congo (RDC) y a día de hoy las cifras de muertos y afectados han seguido aumentando. El descontrol que se vive en este país favorece el que se hayan incluso dado casos de 80 afectados por semana en algunas regiones del país, según fuentes de la organización. A pesar de que se están administrando dos vacunas que forman parte de un ensayo clínico, y que han demostrado el 90% de éxito si el virus se detecta a tiempo, todavía el riesgo existe pues los contagios se producen a gran velocidad.
Los primeros casos registrados
Este virus lleva bastante tiempo circulando por África, pues se identificó por primera vez en el año 1976, al producirse varios brotes en Yambuku, una aldea de la RDC cercana al río Ébola (de ahí el nombre), y en otra zona de Sudán. Se desconocen las causas que lo originan, pero se piensa que los murciélagos frugívoros, de la familia Pteropodidae, pueden ser huéspedes, tal y como se podido verificar en algunas pruebas.
El contagio
Una de las principales características de la enfermedad del virus del Ébola es que se transmite de persona a persona con mucha rapidez. No obstante, el contagio inicial se produce por el contacto de la población con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, en concreto, de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines que se hallaban muertos o enfermos en la selva.
Después, las personas se lo van pasando entre ellas a través del contacto directo (por medio membranas mucosas, principalmente) o también de órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales. Además, se cree que se puede transmitir por vía sexual, aunque sobre este punto es necesario investigar más.
Mientras el virus permanece en la sangre el paciente puede contagiarlo. Es por ello que las ceremonias de inhumación en África en donde hay una relación directa con el cadáver, también favorecen su propagación.
Situación actual
En la actualidad, no hay ningún tratamiento terapéutico aprobado. Se está experimentado con algunos fármacos y otras terapias. Paralelamente se están probando dos vacunas que apuntan como posibles candidatas, pero aún se encuentran en fase de investigación.
Los trabajos que se están haciendo para contener su propagación son principalmente de vigilancia y rastreo del virus. Del mismo modo, la OMS está centrada en hacer campañas de sensibilización entre la población para que sea consciente de los factores de riesgo de contagio. Existen acuerdos firmados con las autoridades de los países socios en los que aparecen casos, pero a veces estos no se cumplen debidamente, lo que dificulta el control de la enfermedad.