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Tres ingenieros de la Universidad de Massachussetts (UMass) Amherst han inventado un tejido que pone punto y final -después de 80 años- a la búsqueda del inspirado en la piel del oso polar para fabricar ropa sintética. Ya se está desarrollando en productos que están a disposición comercial.
Estos animales viven en zonas con las condiciones más duras de la Tierra sin sufrir por temperaturas árticas tan bajas como -45º C. Aunque los osos tienen muchas adaptaciones que les permiten prosperar cuando la temperatura llega a esos límites, científicos de la década de 1940 se centraron únicamente en su pelaje, preguntándose cómo mantiene calientes a los osos polares.
El pensamiento popular dice que la forma de mantenernos calientes es aislarnos del clima. Pero esta no es la única manera: uno de los principales descubrimientos de las últimas décadas es que muchos animales polares utilizan activamente la luz solar para mantener su temperatura, entre ellos, el oso polar y su pelaje.
Desde hace tiempo se sabe que parte del secreto de este animal es la blancura de su pelaje. Pese a que se cree que el negro suele absorber mejor el calor, en este caso, el blanco es extremadamente efectivo para transmitir la radiación solar hacia la piel de los osos. "El pelaje es solo la mitad de la ecuación", dice la autora principal del artículo, Trisha L. Andrew, profesora asociada de química y adjunta en ingeniería química en la UMass Amherst. "La otra mitad es la piel negra de los osos polares".
Absorber la luz del sol y mantener el calor
Tal y como explica Andrew, el pelaje es esencialmente una fibra óptica natural que conduce la luz del sol hasta la piel del oso. Esta absorbe la luz y calienta al animal. Sin embargo, el pelaje también es bueno para evitar que la piel ya calentada irradie todo ese calor ganado. Cuando brilla el sol es como si tuvieran una manta gruesa cubriéndoles que atrapa ese calor y lo mantiene junto a la piel.
El equipo ha diseñado una tela bicapa en la que la superior está compuesta de hilos que, al igual que la piel de un oso polar, conducen la luz visible hasta la capa inferior, hecha de nailon y recubierta con un material oscuro llamado PEDOT.
Es tan eficiente que una chaqueta de PEDOT es un 30% más liviana que una de algodón, pero al mismo tiempo podrá mantener cómoda a la persona que la lleve a temperaturas de hasta 10 grados más frías de lo que podría soportar una chaqueta de algodón; siempre y cuando el sol brille o haya una habitación bien iluminada.