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Un proyecto de investigación integrado por expertos del Foro QPEA, el grupo de investigación SAVIArquitectura de la Universidad de Navarra, y ASBAR analiza cómo influye el diseño arquitectónico de las residencias de mayores en el impacto que puedan causar epidemias o pandemias como la provocada por el COVID, que recoge Europa Press.
El objetivo es "establecer los parámetros arquitectónicos y ambientales que ayuden a prevenir y reducir esos efectos perniciosos para sus usuarios".
Tal y como destaca el grupo de investigación, "las personas mayores fallecidas en residencias durante la crisis del coronavirus en España han representado el 55% del total de defunciones. 18.500 personas según las cifras ofrecidas por el MTAS en 2020". En Navarra, señalan los expertos, el número de fallecidos en residencias en la primera ola ascendió a 647, de un total de 5.835 plazas residenciales, según el Informe Observatorio Realidad Social de Gobierno de Navarra.
"Teniendo en cuenta el consenso internacional sobre la clara vulnerabilidad de las personas mayores en centros, agudizada por las medidas de aislamiento social que se tomaron en el caso de la pandemia, creemos que el diseño ambiental de los entornos de cuidado socio-sanitarios puede resultar clave para el manejo de los síntomas psicológicos. Especialmente de las personas con demencia, para quienes es muy importante la calidad de la luz, la temperatura, el ruido o la disposición del mobiliario, etc.", explica en una nota Inés Aztarain, de QPEA.
Ana Sánchez-Ostiz, investigadora principal del proyecto en SAVIArquitectura de la Universidad de Navarra, ha subrayado que la ventilación "se ha demostrado fundamental para evitar el riesgo de contagio", medida que se ha fomentado con motivo de la pandemia. "Sin embargo, en el caso de las personas mayores resulta imprescindible garantizar unas condiciones adecuada de temperatura en invierno y verano, ya que se ha demostrado que la mortalidad y la morbilidad aumentan en épocas frías y en olas de calor. En especial para la población vulnerable", destaca la también directora del Máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios (MDGAE).
En este sentido, la experta añade que el estudio va a contemplar cómo las tipologías de los centros, con o sin unidades de convivencia, pueden ser menos o más propicias al contagio y a la propagación de los virus.
En esta fase inicial del estudio, pionero en España, los expertos requieren de la participación de las 71 residencias navarras a través de una encuesta. Asimismo, se llevarán a cabo focus group en 10 residencias. En este momento ya se están monitorizando cuatro residencias, en las que se miden de forma continua las condiciones de temperatura, humedad y CO2, la presencia de microorganismos (para conocer la calidad del aire interior y si la ventilación es eficaz), etc.
"Las 4 residencias se han seleccionado en función del año de construcción, de la localización en zona urbana o rural, del tamaño del municipio y la zona climática. Además, dentro de estas cuatro residencias se está monitorizando la primera residencia Passivhaus en España, situada en Cizur Menor", especifica Ana Sánchez-Ostiz.
Otra de las investigadoras participantes en el estudio, la microbióloga del centro académico Ana Isabel Vitas, adelanta que los resultados de las muestras de aire analizadas hasta el momento "confirman que, en general, los niveles de microorganismos -los predominantes entre las bacterias aisladas son los habituales en la microbiota normal humana- son similares a los observados en el ambiente exterior de las residencias". "El hecho de que no haya amplificación bacteriana indica que la renovación del aire es adecuada y/o que los niveles de ocupación son correctos", indica.