Jan Holman, de 68 años, tenía no solo el amor de su esposo Dennis, sino también el de sus dos perros, Monty y Rowley, y su caballo Bob. Cuando una enfermedad terminal la llevó a terminar en una cama de hospital, Holman deseó poder despedirse de sus tres amigos, y su deseo fue cocedido.
Los trabajadores del hospital donde estaba ingresada, el Hospice of the Good Shephard, un centro de paliativos al sur de Liverpool, en Reino Unido, junto con la ayuda de su esposo Denis, decidieron hacer todo lo posible porque el deseo de Holman se cumpliera, sin importar que no pudiese moverse de la cama del hospital.
"Tras su llegada al hospicio, nuetro equipo de atención pronto descubrió que la paciente Jan Holman tenía unos amigos muy especiales en su vida y, tras un periodo de cuatro semanas en el hospital, los echaba de menos desesperadamente", escribía el Hospice of the Good Shephard en su Instagram (@hospice_gs), donde compartieron la conmovedora historia del reencuentro de Jan con sus animales. "Nuestro objetivo no es solo cuidar las necesidades clínicas de nuestros pacientes, sino también cuidar sus necesidades emocionales y espirituales. Se trata de hacer una diferencia para nuestros pacientes y sus familias de la forma en que podamos".
Así fue como Jan de repente encontró junto a su cama a sus dos perros de raza Cavalier King Charles Spaniels. Los trabajadores incluso movieron su cama hasta el patio del hospital para poder ver a su caballo Bob. Pudo acaricarlos, alimentarlos con manzanas y zanahorias, recibir sus besos y hasta jugar un poco con ellos, todo lo que su reducida movilidad le permitió.
"Ver la sonrisa en su rostro fue absolutamente maravilloso"
No podía creer lo que el personal del hospicio había hecho, declaraba al medio ITV, claramente emocionada de poder verlos una vez más. "Hasta hace unas semanas seguía montando a Bob todos los días y él es una parte muy importante de mi vida y lo he echado mucho de menos", contaba Jan. "Sabía que conseguir que mis perros me visitaran era posible, pero no esperaba que fuese posible también que viniera Bob para verlo una vez más".
Su esposo, Dennis, con el ha estado casada durante 46 años, aseguró sentir un "gran alivio" al ver que Jan era trasladada al hospicio en Chester, ya que en el hospital no podía recibir visitas, "mucho menos las de sus mascotas". “Nunca imaginamos que podríamos incluir a nuestros perros y el caballo en la lista de visitantes”, aseguró. "Ver la sonrisa en su rostro fue absolutamente maravilloso".
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.