Japón, donde una de cada cinco personas tiene 70 años o más, sigue liderando la adaptación de las ciudades hacia una pirámide de población cada vez más envejecida. En medio del debate sobre si los mayores deberían seguir conduciendo, el gobierno nipón ha aprobado un plan que obliga a los conductores mayores de 75 años a disponer de freno automático en sus vehículos. La renovación de sus licencias, por tanto, sólo será efectiva si sus vehículos cuentan con un sistema de frenado automático de emergencia (AEB por sus siglas en inglés), según publica el Ministerio de Transporte japonés. La medida, que entrará en vigor a finales de año, será obligatoria en todos los coches nuevos en Japón a partir de 2020, y de 2022 en Europa.
La iniciativa se encuentra entre las recomendaciones presentadas en Tokyo para reducir la siniestralidad en carretera, tras una serie de accidentes en los que se han visto implicados mayores que no gozaban de plenas facultades para conducir. Las estadísticas policiales demuestran que la confusión con los pedales de freno y acelerador es la principal causa de los accidentes con conductores mayores, a su vez, las principales víctimas de los accidentes de tráfico. El plan contempla también la prohibición de circular en las inmediaciones de colegios, el impulso del transporte público y los vehículos autónomos.
Qué es el sistema de frenado automático
La técnica de frenado de emergencia que se aplicará en Japón y pronto en los nuevos coches que salgan al mercado, es un sistema de seguridad que consiste en un sistema que detecta una colisión frontal inminente con otro vehículo o con un ser humano, y ayuda al conductor a evitar o mitigar el impacto. El sistema indica primero al conductor que corrija su reacción para evitar el choque y, si la respuesta no es suficiente o lo suficientemente rápida, aplica automáticamente los frenos para evitar el choque. En el caso de que el conductor golpee repentinamente el acelerador, el sistema asumirá que el conductor ha cometido un error y aplicará automáticamente los frenos.
Con esta medida, el Gobierno japonés pretende reducir el número anual de víctimas mortales en accidentes de tráfico hasta menos de 2.500 para el año 2020, por lo que será necesario introducir más medidas que salvaguarden la vida de los conductores, pasajeros y peatones de edad avanzada. En 2018 la cifra de víctimas mortales en accidentes de tráfico entre las personas de 65 años o más se redujo en 54 respecto al año anterior, con un total de 1.966 muertes según las cifras oficiales. No obstante, comparada con el número total de víctimas mortales, 3.532 muertes (162 por debajo del año anterior), que supuso un mínimo histórico, la proporción total de fallecidos mayores no disminuyó en igual proporción. El caso se complica entre aquellos que viven en zonas rurales, en los que el vehículo privado es imprescindible para sus visitas al hospital o al supermercado. Así, uno de cada cuatro octogenarios reconoce utilizar el coche a diario, según una encuesta publicada por el diario Nippon.
Revisiones cada tres años
Desde 2016 además, es obligatorio en Japón que los mayores de 75 años se sometan cada tres años a una revisión médica que mide sus reflejos. Desde los gobiernos locales y las grandes compañías se encadenan incentivos para que los ancianos entreguen voluntariamente su carnet de conducir: descuentos en restaurantes, en baños y transportes públicos e incluso en los gastos funerarios. Estos llamamientos a la responsabilidad han conseguido que las licencias entregadas voluntariamente se hayan triplicado en los últimos cinco años. Más de 400.000 conductores japoneses renunciaron a su carnet el año pasado, según medios locales.
Número de conductores que ha devuelto voluntariamente su carnet
Aún así, en Japón hay más de cinco millones de conductores mayores de 75 años, el doble que una década atrás, según datos oficiales. El debate está abierto, ya que el límite de capacidades cognitivas para seguir conduciendo no es igual en toda la población mayor, sino que depende de sus capacidades motoras y cognitivas. En España hay más de tres millones de conductores mayores de 65 años que poseen el carnet de conducir y su renovación y el consiguiente reconocimiento médico a esta franja de la población no implica pruebas distintas a las que debería pasar una persona de 40 años. El límite definitivo no es tanto la edad como el estado de salud. “La cuestión, no es quitar a los mayores de la carretera, sino estar seguros de que conducen con seguridad”, aseguran desde la DGT (@DGTes).
Posible implantación en Europa en 2022
La Unión Europea estudia también implementar el uso obligatorio del freno automático a partir de 2022, así como otros sistemas de seguridad vial en el interior de los vehículos para evitar accidentes entre conductores de todas las edades. Entre ellos destacan sistemas de prevención de fatiga, distracciones o la implementación obligatoria de un asistente de velocidad inteligente.
1. Sistema contra la somnolencia. El sueño y la fatiga al volante engloban el 10% de fallecidos en carretera. Por esta razón, los coches contarán con un nuevo sistema que advertirá al conductor con somnolencia y pérdida de atención que tracen una trayectoria errática o sinuosa. Todo apunta a que éste pueda basarse en una cámara que detecte si el conductor cierra los ojos o ladea la cabeza.
2. Sistemas que ayudan a evitar distracciones. Una de las principales causas de accidentes de tráfico mortales, son las distracciones por enviar mensajes de texto con el móvil o el uso del sistema GPS. Ante este problema, se plantea un sistema de alertas sonoras que se detectará a través de un análisis de retina.
3. Caja negra. Este elemento será clave en las investigaciones judiciales de siniestros y las administraciones lo utilizarán bajo secreto de identidad para estudios de seguridad vial.
4. Manteamiento de carril y frenado de emergencia. En caso de cambio de carril sin señalizar y riesgo de colisión, choque o atropello, se emplearán diferentes sistemas que lo eviten y lo corrijan.
5. Detector de marcha atrás y alerta de cinturones asientos traseros. Este método está ya muy extendido, no obstante, será de uso obligatorio y optimizado.
6. Asistente de velocidad inteligente y señal de frenado de emergencia. Ante frenazos repentinos, las luces de emergencia tradicionales serán sustituidas por potentes destellos de luz automáticos. A partir de ese año, los coches contarán con inteligencia artificial encargada de avisar al conductor de la trasgresión de los límites de la velocidad.
7. Sistema de bloque “Alcohol-Lock”. A partir de ese año, los jueces podrán instalar como medida preventiva sistemas de bloqueo de vehículo a aquellos conductores que tengan altas probabilidades de reincidir en delitos de alcoholemia.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.