Muere María Branyas, la mujer más longeva del mundo a los 117 años
La japonesa Tomiko Itooka, de 116 años, se ha convertido en la mujer y la persona viva más longeva del mundo tras el fallecimiento este martes en Olot (Girona) de la catalana Maria Branyas a los 117 años, considerada desde enero de 2023 y hasta entonces la persona más longeva del mundo.
María Branyas fallecía, según informaba su familia en un comunicado, "como ella quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor", y aseguraban que la recordarán siempre por sus consejos y su bondad.
Ahora, el Grupo de Investigación en Gerontología y un representante de Guinness World Records han confirmado su edad este miércoles, dando el relevo así de este título a la japonesa, que celebró su cumpleaños número 116 hace tres meses.
Se encuentra actualmente en el puesto 24 como la persona de mayor edad registrada en la historia, cuyo primer puesto ocupa la francesa Jeanne Calment, que cumplió 122 años y 164 días.
El secreto de su longevidad
Nacida el 23 de mayo de 1908, Tomiko creció en Osaka, aunque vive en una residencia de mayores en Ashiya, en la Prefectura de Hyōgo (Japón), desde 2019, después de haber vivido en casa con sus dos hijas hasta los 110 años, según recoge Guinness World Records en su web oficial.
Fue la segunda de tres hermanos, se casó a los 20 años, tuvo cuatro hijos y, ahora, numerosos nietos y bisnietos. También vivió la Segunda Guerra Mundial, durante la cual dirigió la oficina de la fábrica textil de su marido, que falleció en 1979.
A Tomiko le gustaba escalar. De hecho, escaló varias veces el monte Nijo, y logró llegar a la cima en dos ocasiones del monte Ontake, de 3.000 metros de altura. Por si fuera poco, con 80 años completó dos veces la peregrinación Saigoku Kannon, un viaje en el que se visitan 33 templos budistas en la región de Kansai. Llegó incluso a subir hasta el Santuario Ashiya sin bastón a los 100 años.
Su familia asegura que este ejercicio es "el secreto de su longevidad". De hecho, más allá de algunos problemas de audición, sus cuidadores aseguran que se comunica "con claridad".
En cuanto a la alimentación, destaca que los plátanos son su comida favorita y que bebe Calpis (una bebida de origen japonés de sabor lechoso y ligeramente ácido) todas las mañanas.