Sociedad

Cuando coger el tren cuesta menos que una habitación: recorre 1.600 kilómetros al día para trabajar

María Bonillo

Foto: Bigstock

Lunes 23 de enero de 2023

ACTUALIZADO : Lunes 23 de enero de 2023 a las 12:34 H

3 minutos

No ha conseguido encontrar un piso asequible respecto a su salario para vivir cerca de su trabajo

Cuando coger el tren cuesta menos que una habitación: recorre 1.600 kilómetros al día para trabajar. Foto: Bigstock
María Bonillo

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Lunes 23 de enero de 2023

3 minutos

Giuseppina Giugliano es una chica de 29 años que vive en Nápoles, Italia, pero que cada día tiene que recorrer unos 800 kilómetros hasta Milán, donde trabaja como conserje en el Instituto Boccioni de Milán. Esto significa que cada mañana tiene que levantarse muy temprano para coger un tren hasta el trabajo, todo por la imposibilidad de encontrar un piso a un precio asequible que le permita vivir en la misma ciudad en la que trabaja. 

En concreto, Giuseppina tiene que coger el tren a las 5 de la mañana para recorrer la distancia hasta Milán y comenzar su jornada laboral, lo que significa levantarse casi a las 3 de la mañana. De esta forma, comienza a trabajar a las 10:30 y finaliza a las 17:00 horas. Y de nuevo, coger el tren de vuelta a su casa, donde llega sobre las 23:30 horas, dejándole poco margen para descansar y disfrutar de su familia o amigos. 

"Traté de encontrar una casa que no costara demasiado, teniendo en cuenta que mi salario mensual es de 1.165 euros, pero me di cuenta de que ahora en Milán es más fácil encontrar una aguja en un pajar", explicó al medio italiano Il Giorno.

 

 

Estos viajes diarios le permiten "no tener gastos adicionales a los del tren" y "ahorrar algo de dinero", ya que vive en casa con sus padres. Contaba a su vez que consigue que el tren le cueste poco, "unos 400 euros, mucho menos que una habitación compartida en Milán", gracias a que acumula puntos con los viajes que hace y comprando los billetes con mucha antelación. 

Giuseppina aseguraba no haber perdido la esperanza y seguir buscando alojamiento en la ciudad, una tarea con la que muchos ciudadanos han tratado de ayudarla ofreciéndole una casa a buen precio tras conocer su historia. "Todo el mundo me está ayudando en la escuela y eso me llena de alegría porque no me siento abandonada. Pero debo decir que también estoy un poco desmoralizado por no haber logrado aún encontrar un alojamiento cómodo a un precio aceptable". Pero la joven no puede perder la oportunidad de su trabajo, así que "hasta que encuentre algo que se ajuste a mis posibilidades, seguiré así".

Explicaba que su trabajo "no me pesa y viajar en tren tampoco, aunque me enfermé con todos estos viajes porque tengo problemas pulmonares desde que era una niña. Estoy decidido a seguir adelante". "A algunos les puede parecer hasta una locura. Pero a mí me parece bien", insiste, ya que no solo se trata del elevado precio del alquiler en Milán, sino del resto de gastos que tendría que afrontar, como la compra de comida.

En cualquier caso, espera que "esta situación no dure para siempre, porque ahora todavía soy joven y puedo soportar el esfuerzo, pero a medida que envejezco, no lo creo".

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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