65ymás
Cuatro jóvenes amigos, de entre 27 y 30 años, médicos residentes del hospital sevillano Virgen de Valme, volaban de Madrid a Argentina cuando a mitad del vuelo, aún sobre el Atlántico, a tres horas de Buenos Aires, y sin que fuese viable intentar ningún tipo de aterrizaje una azafata pasó ante sus asientos preguntando si había algún médico a bordo.
Los cuatro se levantaron de inmediato y preguntaron qué sucedía. Les dijeron que que una pasajera parecía haber sufrido un ataque epiléptico y, como ha explicado la madre de una de ellos a ABC, “le colocaron una vía para suministrarle la medicación conveniente, que supongo que estaría en el avión, porque ellos no llevan más fármacos de los que puede hacerle falta a una persona para cuestiones habituales”.
Los jóvenes médicos lograron estabilizar a su inesperada paciente que finalmente terminó recuperándose. Cuando volvió a estar consciente la mujer explicó a sus médicos que viajaba hasta Argentina por trabajo. Una vez hubo aterrizado el avión en el aeropuerto de destino, la mujer fue trasladada a un hospital para ser sometida a las exploraciones pertinentes.
Fueron los propios sevillanos los que llamaron a sus familias y explicarles lo sucedido asegurando que ni siquiera estando de servicio en urgencias se habían enfrentado a una situación así. En definitiva, un susto con final feliz.