Una de las consecuencias del estado de alarma y consecuente confinamiento es que ha afectado de forma especialmente importante a familias que necesitan ayudan en especial aquellas en las que son los abuelos los encargados de ayudar a sus hijos. De hecho cuatro de cada diez abuelos están ayudando a sus hijos.
Las personas mayores de entre 65 y 74 años son los que más ayudan a sus familias, pero también las que menos tienen. El porcentaje de mayores que auxilian a su familia directa alcanza el cifra de 8 de cada 10, y un 20% lo ha hecho con sus amigos y vecinos.
En cualquier caso, no se puede obviar que en ocasiones esta ayuda se ofrece tras padecer un chantaje emocional del tipo “si no me dejas la casa, no te dejo a los hijos”. Un grave problema que nunca se denuncia al tratarse de los propios hijos y nietos.
Al hilo de esto, el magistrado juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, ha querido comentar las cifras en la cadena COPE: “Se han quedado cortos en lo que han contado. Mira, padre trabajador e hijo rico, nieto pobre. O esto otro, niño pequeño, problema pequeño. Niño grande, problema grande. A medida que los niños van creciendo, la gente piensa que tener niños es tener un problema. Esta es la dura realidad. En el primer caso, esta generación va a ser peor que la anterior. Los niños se creen que el dinero cae del cielo, mientras los padres se han matado a trabajar. Me están llegando muchas consultas de abuelos que dicen que los hijos no les dejan ver a los nietos” ha comentado el juez.
“También me he encontrado con maltrato por parte de los nietos hacia los abuelos. Te estoy diciendo que me he encontrado a chicos que les han dado palizas a sus abuelos, y aun así les adoran. Se aprovechan de ellos y te da muchísima pena” ha dicho Emilio Calatayud.
