65ymás
Un estudio realizado en una residencia de mayores en Sudáfrica sugiere que los programas que promueven la interacción entre residentes y niños pueden aportar beneficios para la salud mental y podrían ayudar a controlar trastornos mentales comunes -ansiedad o depresión-, según se publica en la revista 'PLOS ONE'.
Otras investigaciones ya sugerían que en las residencias a menudo no se diagnostican ni tratan trastornos mentales comunes. El tratamiento habitual de estos suele ser una combinación de medicación e intervenciones no farmacológicas. Por otro lado, pruebas sugieren que los programas que permiten a los adultos mayores interactuar regularmente con los niños pueden mejorar la salud mental.
Sin embargo, la mayoría de estas investigaciones se han llevado a cabo fuera de residencias de mayores, y pocos estudios han abordado este tipo de programas en centros sudafricanos. Para profundizar en estos posibles beneficios, Elizabeth Jane Earl y Debbie Marais, de la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica), realizaron un estudio donde los residentes podían interactuar regularmente con los niños de un centro preescolar.
Entre las actividades que podían realizar estaban jugar, hacer puzzles, leer o cantar juntos. El programa está en consonancia con una filosofía de atención a personas mayores denominada Alternativa Edén, que pretende minimizar los factores que contribuyen a la ansiedad y la depresión.
Experiencias positivas
Rellenaron un cuestionario en el que se evaluaban sus niveles de ansiedad y depresión y se les pedía que describieran sus experiencias con los pequeños. En el estudio participaron diez mujeres, cuatro de las cuales con ansiedad, depresión o ambas. Todas ellas interactuaron con los niños, aunque algunas más que otras. En general, todas relataron experiencias positivas.
El análisis de sus respuestas sugirió que las interacciones promovían un sentido de pertenencia y propósito, recuerdos afectuosos de su propia infancia y efectos positivos sobre el estado de ánimo y las emociones. Hay que tener en cuenta que los participantes tenían ideas preconcebidas distintas sobre los niños, que podría haber influido en sus experiencias individuales.
Sobre la base de los resultados, los investigadores concluyen que los programas de interacción intergeneracional tienen el potencial de ayudar a gestionar las condiciones de salud mental comunes para las personas que habitan residencias de mayores. Además, esbozan recomendaciones para poner en práctica los programas y piden que se realicen estudios más amplios para explorar más a fondo los beneficios potenciales.