Gregorio Gómez Mata, secretario de la Asociación ALMA contra la violencia de género, que, entre otros, tiene en marcha el '#ProyectoALMA' (@Asociacion_ALMA) que consiste en el diseño de un dispositivo camuflado de auxilio para víctimas de violencia de género; el proyecto 'A tu lado' de atención integral a mujeres víctimas de violencia de género; el proyecto 'Ygualex, entre tod@s, entre iguales', por un mundo sin violencia de género; o el proyecto socioeducativo 'Las Invisibles', que recoge libros para las mujeres recluidas en la cárcel.
PREGUNTA: ¿Cuántos tipos de violencia machista sufren las mujeres?
RESPUESTA: Violencia física, sexual, psicológica, económica, patrimonial… esas son las principales, aunque luego hay muchas más variaciones sobre el mismo tema. Pero me gustaría subrayar la violencia psicológica porque es la que aún no quiere ver la autoridad judicial.
P.: ¿Cuáles son sus consecuencias?
R.: Si no se trata, si la mujer no recibe la ayuda necesaria, volverá, si consigue salir de ese infierno, a caer en manos de otro maltratador. Es muy fácil, de hecho, ocurre habitualmente y no volverán a ser ellas mismas, van a tener una vida continuamente repleta de dudas, de preguntas, de sentimiento de culpa y todo por no haberse recuperado con la ayuda adecuada. Nosotros venimos a este mundo como un puzzle desmontado que se va formando conforme nos vamos educando y recogemos la información que la sociedad nos ofrece. Cuando una mujer cae en manos de un maltratador, él va quitando las piezas de ese puzzle y deja de ser persona, logra que pierda todas sus habilidades, su capacidad de tomar decisiones, todo, psicológicamente lo pierde todo. Si nadie ayuda a esa mujer a recomponer ese puzzle, difícilmente podrá volver a tener una vida en condiciones.
P.: ¿Es posible conocer la cifra real de mujeres que sufren violencia de género?
R.: La estimación, a la baja, a nivel nacional de mujeres que están sufriendo maltrato supera los 2,5 millones. Si tomamos los números de la ONU son bastantes más. No hay que perder de vista que se tienen como normalizadas muchas conductas machistas y la primera y más importante es el lenguaje que hace que nuestra mente interprete cosas que no son, lo tomamos como normal y no lo es. Hace poco denunciamos un cartel que para anunciar una prótesis para la pierna utilizaba la fotografía de una mujer en ropa interior y con una posición claramente sensual y hemos recibido quejas de los vecinos por haber hecho que se retirara. La sociedad no comprende que para vender una prótesis no es necesario cosificar a una mujer fotografiándola en ropa interior. Pon un hombre en la misma postura y ya veremos si lo ven normal.
P.: ¿De dónde saca la fuerza una mujer maltratada para decir: ‘Hasta aquí he llegado, voy a denunciar’?
R.: Cada mujer es un mundo. Si la mujer tiene hijos y el maltratador los toca ya tienen la fuerza para dar ese paso, en otras ocasiones son los propios hijos los que toman la decisión de denunciar, de hecho tenemos varios casos ahora mismo… cada caso es diferente y cada mujer tiene su propio momento para decir hasta aquí.
P.: ¿Cómo se puede identificar la violencia de género?
R.: Hoy es fácil porque la tenemos presente en todos los ámbitos de la sociedad, simplemente hay que ver una cadena de televisión que tiene una campaña para sensibilizar contra la violencia de género en la que incluso lanzan mensajes para ello los periodistas de sus telediarios y luego a la hora de dar las noticias no hablan de asesinato sino de que ha muerto una mujer. En cualquier caso, si una persona no es consciente de lo que es violencia de género es difícil detectarlo, el maltratador es muy sutil y de cara a la galería pueden llegar a ser las mejores personas del mundo.
P.: ¿Y cómo se puede proteger a estas mujeres?
R.: Hay que apoyar a las mujeres que son víctimas de violencia con recursos reales, no con lo que se nos vende que se está haciendo porque no se está haciendo. Necesitamos jueces, fiscales y abogados que no sólo estén formados en lo que es la violencia de género sino que también estén concienciados. Un policía nacional o un guardia civil que ha hecho su curso de formación, si no tiene conciencia de lo que realmente es violencia de género podemos encontrarnos, como nos ha sucedido, con policías de la UFAM que son la unidad destinada a combatir la violencia de género que al mismo tiempo son maltratadores de sus parejas. Hay que dar formación, pero también concienciar y dar recursos, no podemos tener un policía nacional para atender a 90 mujeres maltratadas.
P.: ¿Por qué la Ley de Violencia de Género no califica como crímenes sexuales aquellos en los que el asesino mata a familiares o amigas de la víctima que vivían con ella o la protegían?
R.: Así es, la ley no lo reconoce y realmente son también víctimas de la violencia de género como lo son los niños asesinados por sus progenitores a los que hasta 2013 no se empezó a contabilizar como víctimas. Ahora mismo no tenemos una ley acorde con las necesidades de la sociedad. Se dio mucho bombo en su día al Pacto de Estado que se publicó, pero lo único para lo que ha valido es para repartir unos millones, sin embargo hay pueblos a los que les corresponde 800 euros de ese Pacto. ¿Cómo va a ayudar ese ayuntamiento a las mujeres víctimas de violencia de su municipio con una dotación de 800 euros?. Es imposible. Los políticos han hecho un paripé haciéndonos creer que habían encontrado la panacea para acabar con el problema, sin olvidar que algunas cosas sí se han hecho, pero en realidad el problema está guardado en un cajón y siguen sin tomarse decisiones tan importantes como la de la custodia compartida que siguen utilizando los maltratadores para hacer daño a sus parejas y a sus hijos.
P.: ¿Cómo afecta a las mujeres mayores el problema de la violencia machista?
R.: Mucho, porque hay mujeres de esas edades que han recibido una educación y tienen una cultura de que eso es lo que les ha mandado el Señor y lo tienen que aguantar. No denuncian por miedo a que se repita de nuevo, aunque vuelve a repetirse una y otra vez, o por el qué dirán o porque ‘es lo que me ha tocado’. Muchas de ellas no reconocen que están sufriendo maltrato. La situación de las mayores maltratadas es terrible. Son invisibles. También aquí los medios tienen aquí su parte de responsabilidad porque, por ejemplo, en la provincia de Badajoz apenas aparecen noticias sobre la violencia de género y nuestra Asociación en la ciudad lleva dos meses con cinco denuncias diarias, 200 denuncias en dos meses. Ahora saldrán noticias a diario por acercarse el Día Internacional contra la Violencia de Género, pero después todo el mundo se olvida, incluidos los políticos. Ahora les entran las prisas, pero ¿y el resto del año qué?
P.: ¿Empeora el problema en el ámbito rural?
R.: Es peor aún y es donde más población envejecida hay. En los pueblos aún ruge la norma del qué dirán y si una mujer entra en el cuartel de la Guardia Civil todo el mundo sabe a lo que ha entrado. No hay por qué ser hipócritas, la familia y los vecinos lo saben porque en un pueblo se conoce todo el mundo. Realmente estas mujeres mayores lo tienen muchísimo más complicado que en las ciudades.